El entrenamiento estuvo marcado por la lluvia y las temperaturas inusualmente bajas para esta época del año, incluso en la capital rusa, ya que los termómetros marcaban unos 10 grados.
El propio jugador del Real Madrid saltó al campo de entrenamiento situado en la localidad de Krátovo, a unos 25 kilómetros al sureste de Moscú, con jersey de manga larga y mallas térmicas en las piernas.
Cristiano, cuyo futuro en el Real Madrid está en el aire, comenzó nervioso, e incluso durante el partidillo pateó el balón por encima de las gradas tras cometer un fallo en un control.
Con todo, los 200-300 aficionados que se congregaron en el campo, ya que el entrenamiento fue abierto al público, ni se inmutaron con los gestos del astro luso y no dejaron de animar a su ídolo.
"¡Cristiano! ¡Portugal!", coreaban los niños de varias escuelas deportivas invitados al evento.
Su insistencia recibió el merecido premio cuando el futbolista madridista se acercó al final a las gradas para firmar autógrafos y sacarse fotos con sus seguidores.
Uno de los hinchas incluso le mostró el retrato que le había hecho, una pintura que guardaba mucha similitud con el futbolista luso.
Aunque el más atento con los aficionados rusos fue el más insospechado, Pepe, el antiguo defensa del Real Madrid, que estuvo unos diez minutos satisfaciendo los deseos de la hinchada rusa.
Por lo demás, el entrenamiento, que se prolongó por espacio de más de una hora, tuvo rondos, disparos a puerta y un partidillo a medio campo.
Se le vio especialmente activo al valencianista Guedes, que podría compartir punta de ataque con Cristiano, dada la mala temporada de Andre Silva en el Milán.
Cristiano, que atrajo a numerosos periodistas de todo el mundo, incluido españoles, argentinos, mexicanos, chinos, ingleses y rusos, sí asomó alguna sonrisa cuando marcó un par de goles.
Todas las conversaciones de la prensa giraban en torno al estado de ánimo del portugués debido a su posible salida del Real Madrid y pocas aludían al crucial partido del viernes entre portugueses y españoles.
Cualquier gesto era analizado al detalle, como si fuera indicativo de sus intenciones de irse o permanecer en Madrid, incluido cuando pareció mandar tímidamente callar a los aficionados que le animaban.
Según informó la oficina de prensa de la selección lusa, Portugal permanecerá concentrado en las afueras de Moscú hasta el 14 de junio, cuando partirá rumbo a Sochi (mar Negro), donde se enfrentará al día siguiente a España.