La decisión de los líderes opositores Leopoldo López y Daniel Ceballos de declararse en huelga de hambre ha recrudecido la tensión política después de que aproximadamente 91 venezolanos se sumaron a esa forma de protesta, según el partido opositor Voluntad Popular.
Cinco presos políticos, un exalcalde, un diputado del Consejo Legislativo del estado Carabobo, siete concejales, un diputado a la Asamblea Nacional, el presidente del Federación de Centros Universitarios de la Universidad del Zulia, un profesor universitario y 74 ciudadanos, son los protagonistas de esa lista de personas que luchan por Venezuela. Entre ellos está el general retirado Antonio Rivero, quien desde su exilio en Florida, EEUU, alzó la voz para pedir justicia y democracia por el país.
Rivero explicó en exclusiva a DIARIO LAS AMÉRICAS que se sumó a la huelga de hambre porque “es una herramienta de lucha que puede ejercer una presión sobre la instancia del régimen”.
Aclaró que las peticiones que realizan los líderes que se mantienen en huelga de hambre en Venezuela tienen una connotación diferente a quienes están en el exterior bajo la misma situación. Aunque los objetivos se engranen, detalló que su decisión de sumarse a la huelga de hambre fue, en primer lugar, para luchar por la democracia en Venezuela y, luego, porque desde que está en el exilio ha esperado un pronunciamiento de la ONU, tras haber denunciado persecución del régimen chavista, y no ha obtenido respuesta.
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En este sentido, reiteró su petición de una presencia de un alto comisionado de la ONU para que constate la situación de violación de los derechos humanos en Venezuela. Al respecto, Rivero informó que funcionarios de la institución le dijeron que este lunes le darían una respuesta sobre esto y sería hasta este día que se mantendría su huelga de hambre.
Asimismo, aplaudió la lucha de los presos políticos Leopoldo López, quien tiene 19 días haciendo huelga de hambre; y a Daniel Ceballos, quien llevaba 20 días bajo esa forma de protesta, pero la abandonó. Sobre este último, dijo estar de acuerdo con su decisión porque “favorablemente” por su salud retiró esa protesta, pero “esto no implica que estamos cediendo en la lucha política por un cambio en Venezuela y una deposición de este Gobierno que nos ha llevado al caos”.
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Sobre López, indicó que apoya la petición que la esposa del dirigente, Lilian Tintori, le ha dicho sobre dejar a un lado la huelga de hambre. “Yo me uno a ese llamado, sobre todo, por lo daños físicos irreversibles que eso genera. Pero es una decisión muy personal”.
Oponerse… ¿y qué más?
La oposición venezolana ha recurrido a cuanta forma de protesta oficial y creativa ha sido posible: marchas, vigilias, cacerolazos y ahora ha cobrado fuerza la huelga de hambre. Después de esto, ¿qué hay? Rivero contestó que todo aquello que sea constitucionalmente realizable se hará.
Eduardo Bavaresco y Josmir Gutiérrez, dos exiliados venezolanos que viajaron desde Miami hasta Nueva York para comenzar una huelga de hambre y presionar para que el Consejo de Derechos Humanos intervenga en su país. (EFE)
A su juicio, teniendo unas elecciones parlamentarias pendientes por agendar en el calendario electoral del país, se puede tener esperanza en estas elecciones para que cambie el panorama político. Sin embargo, no es una opción certera, aún cuando el socialismo haya sufrido una caída sustancial: “Los organismos políticos no están trabajando para que se garantice la transparencia en el voto y exista una confianza. No puede haber elecciones bajo un panorama fraudulento que maneja el oficialismo, por eso veo un peligro para la oposición aunque tenga una mayoría de votos”.
Otra opción que plantea Rivero es la aplicación del artículo 350 de la Carta Magna, el cual dictamina que “el pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.
Con esta herramienta, “se puede ejercer una presión que conlleve a una renuncia definitiva. La gente en la calle sin retorno puede conducir a una desobediencia civil y no hay régimen que pueda mantenerse cuando el pueblo se impone y deje claro que es quien pone y quita a los Gobiernos”.
¿Juntos pero no revueltos?
El pasado 30 de mayo Leopoldo López convocó a una marcha por los presos políticos. Este llamado no fue apoyado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), alianza opositora donde convergen la mayoría de los partidos políticos de oposición.
Ante ello, Antonio Rivero confesó que, en su opinión, “la oposición siempre ha estado dividida porque son varios contextos ideológicos. Eso divide”.
Por eso, insistió en que hay que mantener una unidad para dirigir los procesos electorales. Para ello, hace falta hacer un llamado a todos los sectores y se hagan operaciones contundentes que repercutan hasta lograr un cambio: “Hay que buscar puntos de encuentro, porque sino lo que logremos siempre será a medias”.
