MIAMI.-LAURA RIVERA
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@lauritrw
Pese a la falta de voluntad del Gobierno cubano para dar paso a un proceso de democratización, en materia de viajes, turismo, comercio e inversión sí se están viendo avances paulatinos y significativos
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El presidente Barack Obama pisó suelo cubano después de más de 80 años de la última visita de un mandatario estadounidense y más de 50 años de bloqueo económico de EEUU a la isla. Una visita simbólica que ocupará, sin dudas, un lugar importante en los libros de historia. El hito cúlmine en la ruptura del hielo entre las naciones y, tal vez, el comienzo de un paso de página en la política cubana, que -contrario a las ansiedades de muchos- podría tomar varios años.
Diego Moya-Ocampos, analista de riesgo económico y político de la prestigiosa compañía mundial IHS, basada en Londres, explicó a DIARIO LAS AMÉRICAS que aunque la visita presidencial no signifique un cambio drástico en la realidad sociopolítica de la isla, sí “marca un antes y un después en las relaciones diplomáticas entre los países”, y un “avance paulatino” en varios sectores como el del comercio, el turismo y el de inversiones.
Las concesiones que ha dado Estados Unidos son mayores que las que cedió Cuba, señaló el analista. El Gobierno de los hermanos Castro todavía no ha dado indicios de voluntad en los pedidos de EEUU de dar paso a una democracia, ni tampoco de hacer cambios en materia de derechos humanos y libertades civiles.
Claros ejemplos de esto fueron las palabras de Raúl Castro, cuando frente a Obama y la prensa internacional cuestionó que hubiera presos políticos en su país. “Dame una lista de presos políticos ahora mismo y esta noche estarán sueltos”, respondió cuando se le preguntó al respecto.
También cuando rechazó las críticas por la situación de las libertades civiles en la isla. "Defendemos los derechos humanos", enfatizó y dijo que ese tema no se puede politizar, que la mayoría de los países respetan sólo una parte de la larga lista de derechos humanos y que Cuba es uno de ellos.
Cambios reales
En cuanto a cambios reales que se están viendo y se verán en Cuba tras el paso de Obama, desde el punto de vista práctico y más importante que la visita como tal, el analista destacó las medidas que se tomaron antes del viaje, anunciadas por el Departamento del Tesoro. “Esas medidas contribuyen a flexibilizar el embargo. Sientan las bases para el incremento significativo del comercio y la inversión”.
Desde que se hizo el anuncio del restablecimiento de relaciones entre los países se ha visto un incremento del comercio y la inversión hacia Cuba. Pero hasta el momento hay más avance en cuestión de viajes y turismo que en otros temas concretos. “Los cambios se están haciendo más rápido en EEUU que en La Habana”, dijo Ocampos.
Por ejemplo, las personas que quieren sacar un permiso para comercializar con la isla lo consiguen sin mayores complicaciones en Estados Unidos, con reglas claras, pero un inversionista que va a Cuba y quiere hacer una operación comercial, puede encontrarse con un panorama muy diferente, turbio y complicado.
Evidentemente, “se ve que las autoridades todavía no están preparadas para presentar o crear un marco regulatorio y que las cosas están yendo un poco más lento en suelo cubano que en suelo americano, lo que ha confundido a inversionistas no solo americanos sino también a otros que tienen mucho interés en Cuba”, explicó. “En el Puerto del Mariel, sin embargo, hay un marco un poco más claro”.
Lejana democracia
La falta de voluntad del Gobierno cubano de ir a un proceso de democratización y la existencia todavía de presos políticos van a seguir siendo un obstáculo hacia la normalización de las relaciones entre EEUU y Cuba, aseguró el analista. “Pero esas dos condiciones no son ya una traba para que siga avanzando la relación comercial, en el sector transporte y en el turismo”.
“Sí lo seguirán siendo en el sector de telecomunicaciones, porque el Gobierno va a continuar manejando la prensa. Cuando se trata de infraestructura y tecnología, no hay problema pero el aparato cubano del Estado va a seguir regulando los contenidos”, aclaró el analista.
“Nosotros no creemos que el Congreso cubano que abre en abril próximo vaya a tener una reforma política que permita una democratización del sistema, lo que veremos será probablemente que se le dé mayor autonomía a las provincias, o que se permita que dentro del propio partido comunista existan más candidatos, pero un modelo plural o el principio de alternabilidad democrática no lo veremos”.
Ocampos indicó que no habrá un levantamiento del embargo hasta que no haya un proceso de democratización "serio" en Cuba. Y eso tampoco va a suceder hasta que Raúl Castro no salga del poder, en el 2018, como está pautado. “A partir de ese año viene una transición, que será la primera desde 1959 que no esté liderada por los hermanos Castro. Aparentemente será por Miguel Díaz Canel, el primer vicepresidente, o por algún otro político”.
Mientras tanto, “el levantamiento del embargo no es viable porque el partido republicano lleva las riendas del Congreso. Hasta el 2018, si se va Raúl Castro, no habrá levantamiento”, observó el analista. Además, indicó que hay que ver si el nuevo presidente que sea electo en EEUU continúa o revierte las relaciones con la isla.
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