martes 4  de  febrero 2025
Análisis

Honduras: ¿Un estado secuestrado por el narco? 

En marzo último, fiscales estadounidenses dijeron que, efectivamente, Honduras se ha convertido en un "narcoestado"
Por ALAN RIVERA

“Cuando el río suena, es porque piedras trae”, reza un viejo refrán. Y en Honduras, las “piedras” que arrastran el narcotráfico son bastante más grandes que las del caudaloso río Ulúa, al oeste del o país.

¿Qué es un “narcoestado”? Hablar de un “narcoestado” significa hablar de una asociación económica y política en aquellos países cuyas instituciones logran ser influenciadas e incluso tomadas por el narcotráfico, llegando hasta niveles en los que los líderes del narcotráfico o sus aliados más cercanos son designados a cargos gubernamentales de relevancia… o electos por votación popular. Y es que un país secuestrado por el narcotráfico no es cualquier cosa.

Ejemplos en la historia hay algunos y las consecuencias fueron y son nefastas. Pongamos dos ejemplos: Colombia estuvo sitiada por los cárteles de Medellín y Cali, y el tristemente célebre Pablo Escobar llegó a ocupar un escaño como representante a la cámara en el Congreso Nacional en 1982. Venezuela ha sido calificada por EEUU como un “narcoestado”: el jefe de la organización narcotraficante es Nicolás Maduro, y su segundo al mando es el general Padrino López, que también sindica a Michael Moreno, el jefe de la Corte Suprema de Justicia, Diosdado Cabello, y también el vicepresidente Tarek Elaizami, aparte de otros altos funcionarios del gobierno, como el actual ministro de Energía Eléctrica, Néstor Reverol Torres, quien es acusado por una corte de Brooklyn, en Nueva York, por distribución de cocaína en los Estados Unidos.

¿Califica Honduras como un narcoestado?

En marzo último, fiscales estadounidenses dijeron que, efectivamente, Honduras se ha convertido en un “narcoestado”, comenzando por su presidente, Juan Orlando Hernández, quien, en complicidad con varios funcionarios y entidades de su gobierno, ha trabajado directamente con narcotraficantes para trasladar grandes cantidades de cocaína a Estados Unidos.

Un juez en Estados Unidos sentenció a cadena perpetua al hermano del mandatario, Tony Hernández, por crímenes de narcotráfico. En la sentencia, el juez de Nueva York, Kevin Castel, señala que Hernández recibió varios pagos de narcotraficantes a cambio de garantizar la protección del gobierno hondureño.

Adicionalmente, según el fiscal Jacob Gutwillig, el narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez confesó que le había pagado a Hernández para recibir protección de las fuerzas de seguridad en Honduras.

Hernández se defiende y afirma que las acusaciones son mentiras de los involucrados y subraya que, por el contrario, él ha sido un aliado de Estados Unidos para realizar operaciones migratorias y antinarcóticos, durante los gobiernos de Barack Obama y Donald Trump.

Hay, por cierto, más pistas que conducen al presidente Hernández y hombres de su gobierno, en vínculo directo con el narcotráfico. ¿Candidatos a continuar el narcoestado? Todo no pasaría de ser una pesadilla de la cual Honduras pueda despertarse con un cambio de mando, si no fuera porque en las próximas elecciones generales de noviembre, el narcotráfico vestido de política no estuviera presente.

Es el caso de Yani Rosenthal, candidato del poderoso Partido Liberal, quien se declaró culpable de realizar transacciones con bienes de procedencia ilícita el 26 de julio de 2017. Tras confesar haber cometido delito de lavado de dinero, fue condenado a 36 meses de prisión por una corte de Nueva York y el pago de dos millones y medio de dólares. La acusación del Departamento del Tesoro y a Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York calificó como traficantes de narcóticos al padre de Yani, el expresidente de Honduras Jaime Rosenthal (fallecido en 2019) y a su sobrino Yankel Rosenthal, quienes, según la sentencia, actuaron en complicidad con el cartel hondureño Los Cachiros.

Aunque las encuestas de hoy no lo favorecen, Yani Rosentha sigue en carrera, y como en política nada está escrito, no sorprendería que pueda ganar una elección, pues no sólo lidera al partido más organizado y longevo de Honduras, sino que es la cabeza visible de una de las familias más ricas del país.

Sin duda, Honduras es un país que afronta quizá el momento más difícil de su historia republicana, en la lucha por liberarse de una sombra que se ha convertido en su mayor enemigo: el narcotráfico. *Periodista y escritor. Consultor para temas de política internacional

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