lunes 10  de  febrero 2025
CONVENCIÓN DEMÓCRATA

Inician días cruciales para Hillary Clinton

La decisión de apartar a Wasserman Schultz responde a la necesidad de Clinton de lograr una convención con el apoyo de Sanders en un abanico de temas para mostrar al electorado un partido único. Uno de ellos es la cuestión del candidato a la vice presidencia

Rui Ferreira | Especial
Miami
@ruiefe

La convención demócrata comienza este lunes en Filadelfia en medio de una crisis. La presidenta del Comité Nacional Demócrata, Debbie Wasserman Schultz , anunció este domingo que renunciaría al cargo, al finalizar el cónclave, tras conocerse que había sido impedida de hablar o presidir el encuentro.

La noticia de que a Wasserman Schultz le había sido negado todo tipo de protagonismo en la Convención se dio tras la divulgación este fin de semana de un legajo de correos electrónicos que evidencian que gente de su entorno diseñó planes para sacar de la carrera al senador Bernie Sanders, rival de la virtual nominada Hillary Clinton.

Los correos electrónicos fueron divulgados por Wikileaks, pero el director de campaña de Clinton, Robby Mook, dijo el domingo los correos salieron a la luz pública gracias a un “hakeo” originado en Rusia para favorecer la candidatura del republicano Donald Trump. Poco después, Sanders dijo a la cadena CNN que la revelación no le sorprende “porque siempre sospechamos de que había gente en el partido que no quería nuestra candidatura”.

“Ella ha sido puesta en cuarentena”, confirmó Mook refiriéndose a Wasserman, quien ha sido remplazada en la presidencia de la convención por la congresista por Ohio, Marcia Fudge. En uno de los correos se da entender que el entorno de la también congresista por Ft. Lauderdale, estudió la posibilidad de distorsionar la convicciones religiosas de Sanders para apartar de su campaña a los electores sureños. En otro, un abogado demócrata instruye al partido de cómo lidiar con la acusación de Sanders contra Clinton de que ésta no quiso participar en recaudaciones de fondos conjuntas.

La decisión de apartar a Wasserman Schultz responde a la necesidad de Clinton de lograr una convención con el apoyo de Sanders en un abanico de temas para mostrar al electorado un partido único. Uno de ellos es la cuestión del candidato a la vice presidencia. Aunque el escogido fue el senador por Virginia, Tim Kaine, durante mucho tiempo Sanders presionó para que se escogiera a Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts, mucho más radical que su colega de Virginia, un hombre pragmático y conocido por sus posturas moderadas de centro que le permiten tener un buen diálogo con los republicanos.

La exsecretaria de Estado llega a esta convención más debilitada de lo anticipado. Aunque el Departamento de Justicia ha decidido no llevarla a los tribunales por el caso de los correos electrónicos confidenciales que guardó en un servidor particular sin la más mínima seguridad, lo cierto es que el asunto ha terminado por afectarla. En Florida por ejemplo, donde lideró los sondeos durante meses, Clinton ahora se encuentra cuatro puntos por debajo de Trump.

Otro escollo es el electorado de Sanders que desconfía y critica a Clinton por su proximidad con la alta finanza, Wall Street y las grandes corporaciones, un tema que el senador por Vermont usó contra ella durante las primarias. Además, no creen que la exsecretaria de Estado, en caso de ser electa, vaya a gobernar volcada hacia las necesidades básicas del estadounidense medio y termine por doblegarse al estamento político conservador en un intento de lograr impulsar algunos puntos de su agenda.

Un punto de unidad es, quizá, uno de los principales temas de la convención: inmigración. El sábado en Miami, Kaine dijo que el dúo piensa impulsar una reforma migratoria durante los primeros 100 días del mandato, y Clinton ha reiterado que las deportaciones deben restringirse a aquellas personas violentas, con un pasado criminal fuerte pero de ningún modo debe abarcar a los menores de edad. Es por ello que desde el primer día de la Convención, la generalidad de las intervenciones se van a centrar en ese tema, con una constelación de los pesos pesados del estamento hispano demócrata abogando por la reforma migratoria y de la política de deportaciones. La idea es apartar a Clinton de la política del presidente Barack Obama, considerado por los activistas de defensa de los inmigrantes como el ‘deportador-en-jefe’, ya que nunca hasta su administración se envió de regreso a sus países tantos inmigrantes indocumentados.

Pero aun antes de comenzar esta convención ya está haciendo historia,  porque será la primera vez en 230 años de vida política estadounidense que una mujer será nominada a la presidencia del país por uno de los dos grandes partidos, algo que algunos consideran que debía haber sucedido hace mucho. “Desde mediados de la década los 70 que vengo trabajando por la mayor participación de las mujeres en la política y nunca pensé que tardara tanto tener a una nominada a la presidencia”, ha dicho Susan Carroll, investigadora en el Centro para las Mujeres en la Política Estadounidense (CWAP, por sus siglas en inglés).

El gran reto de Hillary Clinton durante la convención y de ahí en adelante hasta las elecciones de noviembre es lograr proyectar una imagen de moderación de modo a conquistar al electorado demócrata escéptico, de centro, clase media y que es propenso a los cantos de sirena de su rival republicano. A su vez, aunque ha manifestado una gran proximidad con los postulados de Obama, a quien considera una gran presidente, deberá también apartarse de él en aquellos temas controversiales como la forma en que ha sido manejada la lucha contra el terrorismo. Deberá demostrar ser una ‘mujer de hierro’ pero al mismo tiempo lo suficientemente flexible para aceptar un abanico de opiniones y necesidades.

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