sábado 7  de  diciembre 2024

Joven describe abusos de agentes de inmigración

Ana Medina, de 16 años, asegura que la expusieron al hambre y el frío

JOSÉ PERNALETE

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@jpernalete

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La incertidumbre por el paradero de Ana Medina llegó a su fin para su madre, Denia Celaya. Quizás pareciera que permanecer separadas durante nueve años habría sido lo más difícil para esta familia hondureña. Sin embargo, lo peor ocurrió hace aproximadamente un mes cuando Celaya esperaba en Miami por la llegada de su hija mayor de quien no supo nada durante más de 20 días.

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Medina es una adolescente de 16 años quien junto a su hija de tres partió en un viaje el pasado mes de junio desde la ciudad de La Ceiba, al norte de Honduras, junto con otras personas y un coyote, hacia la frontera entre México y Estados Unidos.

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El duro trayecto fue recorrido en autobús, a pie y hasta en una lancha rudimentaria. Además de quedar a la deriva por el guía que los traía, la peor parte de acuerdo al testimonio de la muchacha, comenzó al ser interceptados por la patrulla fronteriza norteamericana.

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Relató que los agentes federales les quitaron sus pertenencias y sólo le daban una manzana y un emparedado al día para mitigar el hambre. u201cA veces nos quitaban las cobijas y nos colocaban en lugares sucios u201d, contó Ana, al referirse a los tratos recibidos en la sede de la Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en la ciudad de McAllen, en Texas.

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Contó 20 días transcurridos dentro de esas instalaciones y asegura que permaneció incomunicada. Los oficiales le manifestaron que u201codiaban a Barack Obama u201d por facilitar el ingreso de inmigrantes centroamericanos.

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Los últimos días de su retención fueron muy preocupantes por la inflamación intestinal que padecía su niña. La gravedad provocó que la pequeña fuera trasladada a un hospital donde afortunadamente mejoró. Luego, fueron llevadas a una casa hogar en Nueva York, donde pudo hablar vía telefónica con su familia en Miami.

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u201cAhora que estamos juntas la voy a mimar y consentir, para poder recuperar los años perdidos mientras estuvimos separadas", dijo la madre. La dejé en Honduras como una niña pequeña y ahora está muy grande u201d, exclamó Celaya tras el encuentro.

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La mujer trabaja en limpieza de hoteles, tiene 31 años y a partir de ahora estará al cuidado de cinco menores. u201cLa única que trabaja soy yo, un salario no alcanza para mucho pero recibo ayuda del Gobierno u201d dijo.

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Huyó hace diez años de su país porque presenció el asesinato de un primo a manos de bandas armadas. En tan sólo doce meses perdió a ocho parientes de manera violenta.

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Una de sus hijas, de 12 años, arribó a EEUU a comienzos de 2014. Ya había pagado $4.000 por traer a Ana pero fue timada por un coyote. Después reunió otros $2.500 para pagar el traslado. Sin duda nunca imaginó que ese viaje sería tan tortuoso.

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Denia Celaya se siente más tranquila, pese a que aún tiene otro hijo en su tierra natal. Relató que su hija mayor fue víctima de abusos donde vivía y por eso decidió traerla sin documentos. u201cNo es que sea egoísta pero luego de ver por lo que tienen que pasar la gente para venir desde Honduras y de haber sabido eso, nunca las habría hecho venir de esa manera. No hay que arriesgar la vida de los hijos así u201d, advirtió.

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