viernes 20  de  septiembre 2024
¿Condenados a la nicotina?

Jóvenes estadounidenses rendidos ante los e-cigarros

Ante el alarmante aumento de fumadores adolescentes urge diseñar estrategias para evitar la publicidad, venta y uso de estos dispositivos entre menores

La polémica en torno a los cigarrillos electrónicos no cesa. Hay quienes consideran que son eficaces para combatir el tabaquismo, mientras otros, ven en ellos un mecanismo que promueve el hábito de fumar, especialmente entre los más jóvenes. Estos dispositivos desarrollado en China por Hon Lik de Ruyan, que se vende libremente en Europa, Japón y Estados Unidos, llegaron al mercado hace casi un decenio y funcionan con baterías. Contienen un líquido con entre 0 mg y 36 miligramos nicotina, propilenglicol y/o glicerina vegetal, así como sabores y aromas opcionales.
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Cuando un usuario inhala a través del aparato, el flujo de aire es detectado por un sensor, entonces, el microprocesador activa el nebulizador que inyecta minúsculas gotitas del líquido, convirtiendo la nicotina en un vapor para inhalarse, adicionalmente, se enciende una luz LED de color naranja en la punta del aparato para simular los rasgos característicos de un cigarrillo tradicional. Aunque los fabricantes insisten en los beneficios de este producto, la Organización Mundial de la Salud sostiene que, ante la carencia de estudios rigurosos, no se les puede reconocer oficialmente como terapia efectiva de remplazo. Por su parte, la Agencia de Drogas y Alimento de EEUU, confirmó, al analizar dos de las marcas lidere del mercado, la presencia de dietilenglicol y las nitrosaminas, sustancias potencialmente dañinas.
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En medio de la polémica, la Oficina de Tabaquismo y Salud, ha señalado que cerca del 90 por ciento de los fumadores se inicia en el consumo antes de los 18 años, y en base a estos datos, manifiestan su preocupación ante la posibilidad de que el fácil acceso de los jóvenes a los e-cigarrillos los convierta en potenciales dependientes de la nicotina, una droga altamente adictiva. Estos dispositivos, que se venden sin restricciones y pueden comprarse en cualquier parte, se han convertido en los favoritos de los estudiantes de las escuelas intermedia y secundaria en todo el país. n

Pero no todo son críticas, pues un estudio comparativo del Instituto Nacional de Innovación en la Salud de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, liderado por Chris Bullen, sostiene que estos dispositivos funcionan tan bien como los parches de nicotina que ayudan a dejar de fumar. Esta fue la conclusión tras estudiar el comportamiento de 657 fumadores a quienes se les pidió que usaran cigarrillos electrónicos con y sin nicotina, así como los tradicionales parches por un período de seis meses. El resultado arrojó que entre un 6% y un 7% de los participantes dejaron de fumar y un porcentaje significativo redujo el consumo. nAmén de esta investigación, ningún resultado es concluyente y lo ciertos es que el uso de cigarrillos electrónicos entre los estudiantes de secundaria y de universidad en Estados Unidos se ha duplicado en apenas 1 año.

Tan sólo en 2012 1,78 millones de jóvenes los usaron, y de ellos, unos 160.000 los consumieron sin haber fumado antes un cigarrillo tradicional, según datos de la agencia federal de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Se espera que el gobierno de Estados Unidos anuncie planes de regulación de estos e-cigarrillos que incluyan una prohibió a la venta para menores de edad, pero más allá de eso, la alerta sobre su impacto global en la salud pública sigue siendo incierto.
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