MIAMI.-RUI FERREIRA
Especial
@ruiefe
En la calle no todo está claro. La gente está especulando mucho sobre lo que pueda suceder. Algunos cubanos esperan un levantamiento del embargo económico y otros piensan que Obama solo "vendría a reunirse con un dictador"
MIAMI.-RUI FERREIRA
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La visita del presidente Barack Obama a Cuba está siendo vista con una mezcla de esperanza pero a la vez con reluctancia: posturas encontradas resultantes de una cierta aprehensión motivada por la ausencia de grandes explicaciones por parte de las autoridades políticas del país.
Tras más de 55 años de enfrentamiento, el enrarecido ambiente de Guerra Fría se ha descongelado en menos de año y medio, desde que el 17 de diciembre del 2014 los dos países anunciaron la reanudación de relaciones diplomáticas a nivel de embajadores.
“(El presidente) Raúl Castro tiene que hacerlo, no dudo que lo haga. Hay que decir que Raúl ha mostrado en todo esto un mayor pragmatismo que su hermano”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS el profesor universitario Enrique López Oliva, al destacar la necesidad de que la población sea informada de las interioridades y el significado político de la visita, como en 1997 lo hizo el entonces líder cubano Fidel Castro cuando la visita del papa Juan Pablo II.
Tal como ha sucedido durante todo el proceso del deshielo, los cubanos no se enteraron del anuncio de la visita en Washington por la prensa local en la mañana de este jueves, sino a través de las trasmisiones de la cadena de televisión TeleSur y el sitio web (oficial) Cubadebate. Es previsible que se enteren en los noticieros nocturnos cuando estos confirmen la visita y, quizá, difundan la rueda de prensa de la directora de Norteamérica de la cancillería local, Josefina Vidal.
“El presidente Obama cuando visite a Cuba va a ser tratado con todo respeto y toda consideración. (…) Va a ser una oportunidad importante para que él pueda tener una aproximación directa a la realidad cubana y a todo lo que hemos estado haciendo en los últimos años en nuestro país como resultado de decisiones soberanas del Gobierno de Cuba, a las cuales ha contribuido la población cubana, precisamente, para realizar las transformaciones que sean necesarias en nuestro país, dirigidas (…) a la mejoría del bienestar de la población cubana”, enfatizó la funcionaria al destacar que el dialogo entre los dos países en materia de derechos humanos es parte de los esfuerzos de una nueva relación.
Pero en la calle no todo está claro. Según aseguraron varias fuentes en la isla a DIARIO LAS AMÉRICAS, aunque la visita de Obama es vista como una especie de solución a todos los problemas que agobian a la población, con alguna esperanza, lo cierto es que existe desorientación. “La situación económica está muy difícil, los alimentos, el costo de vida, todo es cada vez más caro. La gente está especulando mucho sobre lo que pueda venir a suceder”, explicó una de las fuentes.
Desde diciembre del 2014 se ha especulado sobre una posible visita del mandatario estadounidense a la isla y, de inmediato, muchos cubanos la asociaron a un levantamiento inmediato, o por lo menos a corto plazo, del embargo económico. La gente, según constató DIARIO LAS AMÉRICAS a fines del año pasado, pese a los 55 años de enemistad oficial con el poderoso vecino del norte, sigue manteniendo una cierta admiración por Estados Unidos en parte, sin duda, por la proximidad geográfica y la fuerte presencia cubana en el sur de Florida.
“Si esto no mejora nuestra vida no sé qué es lo que la va a mejorar. Los salarios son muy bajos, hace falta abrir ya el comercio, los cubanos esperamos mucho de eso”, explicó otra fuente, quien enfatizó a la vez que el incremento de las visitas de estadounidenses al país ha disparado esas esperanzas de mejoría en lo cotidiano.
Esa esperanza también es compartida por el campo opositor, aunque las reacciones por la visita de Obama al país, el 21 y 22 de marzo, no son unánimes. Hay división, constató la agencia de noticias EFE.
Aunque líderes de tres grupos opositores coincidieron en sus deseos de que Washington siga apoyando los esfuerzos de los activistas cubanos por la “democratización de la sociedad”, no todos miran la visita con agrado e, incluso, han colocado algunas condiciones para encontrarse con el mandatario, como éste desea.
Es el caso de la líder de uno de los subgrupos en los que han quedado divididas las Damas de Blanco, Berta Soler, quien pidió a Obama que “piense bien” su visita, puesto que vendría a reunirse con “un dictador” en un país donde no “ve avances” en el tema de derechos humanos.
Para Soler, los puntos clave necesarios para que tenga lugar un encuentro “formal” con el mandatario es que Obama pida públicamente una amnistía para los presos políticos y el cese de la violencia contra los activistas.
A su vez, según EFE, el expreso político José Daniel Ferrer, que lidera la Unión Patriótica de Cuba, ve como “muy positiva” la visita de Obama y garantizó que su grupo le dedicará la “más cordial de las bienvenidas” en nombre de los “cientos de personas que en el país luchan pacíficamente por la democracia”. En su opinión, los cubanos “respetan y admiran” al presidente norteamericano, y advirtió que “las campañas antiestadounidenses del Gobierno cubano no han logrado su cometido en el pueblo”.
Una opinión parecida a la de Manuel Cuesta Morúa, del Partido Arco Progresista de Cuba, quien insistió en que si Obama decide reunirse con representantes de la disidencia enviaría “un mensaje claro” de apoyo y reafirmaría la posición de su país a favor del respeto a las libertades fundamentales y la democracia.
Es que, “esta visita va a demostrar también la enorme popularidad que Obama tiene en Cuba, mucho mayor, con distancia, que la de muchos dirigentes de la isla”, advirtió.