El líder opositor Leopoldo López publicó un escrito en la sección Tribuna del El País de España donde asegura que Venezuela tiene el reto de luchar contra el coronavirus y contra la dictadura, por lo que no es posible enfrentar la pandemia sin enfrentar al dictador.
"El esfuerzo por afrontar la crisis del COVID-19 en Venezuela es inseparable de la lucha en contra de la dictadura. No son, como intenta promover el régimen, ámbitos que puedan resolverse separadamente. Ni se podría, tampoco, entregar recursos financieros o de otra índole, a un dictador que roba todo cuanto encuentra a su paso: un poder que ha demostrado su naturaleza delincuente" indica.
Destaca que la responsabilidad absoluta de la debacle venezolana es del dictador Nicolás Maduro. "A esta hora, cuando los contagios avanzan en todo el país, la dictadura y la pandemia constituyen para los demócratas un único y simultáneo objetivo".
Indica que tanto los sistemas de salud como los servicios públicos y la industria petrolera han sido destruidos y saqueados por el régimen. "El país, que por su población debería contar con, al menos, 100.000 camas hospitalarias, no alcanza las 15.000. Es decir, la capacidad está hoy muy por debajo del 20% mínimo necesario. Más alarmante aun, es el dato de la disponibilidad de UCI con respiradores mecánicos: solo 84 en el sector publico y 120 en el privado. Apenas 200 unidades para responder a una enfermedad que ataca el funcionamiento de los pulmones y que si llegara a afectar a la mitad de la población como se estima en la mayoría de los países, se requerirán al menos 150.000 atenciones en cuidados intensivos".
Asegura que la narco-dictadura ha convertido la pandemia en su escudo humano. "Las denuncias y testimonios de médicos, paramédicos, sindicatos y usuarios de los hospitales son unánimes: el sistema hospitalario venezolano está en ruinas. Muchos no tienen agua -léase bien: hospitales sin agua-, el más elemental e imprescindible recurso para la acción sanitaria y el insumo básico para la recomendación elemental: lavarse las manos. En la mayoría son recurrentes los fallos del servicio eléctrico -léase bien: hospitales sin energía eléctrica-. Todos, absolutamente todos, carecen de los insumos mínimos básicos para atender a los pacientes y para proteger a los profesionales de salud. No hay batas, gorros, guantes, mascarillas, provisiones de alcohol, jabón y demás artículos para evitar la multiplicación acelerada de los contagios. No hay medicamentos -léase bien: hospitales sin medicamentos-. No hay desinfectantes. El único recurso con el que cuentan, es la voluntad de los trabajadores de la salud, que ahora mismo se preguntan cómo harán para salvar las vidas de los enfermos, cuando la mayoría tiene dificultad para llegar a su centro de salud por la falta de combustible que ha paralizado al país durante los últimos días. Han sido las políticas encabezadas por Maduro las que han creado esta hecatombe",
Destaca que la preocupación que lo impulsa a escribir el artículo no se origina solo en la catástrofe del sistema público de salud. "En el centro de nuestra angustia está el crecimiento de la precariedad, el cada más acusado deterioro de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de los venezolanos. Tenemos los demócratas de Venezuela y del mundo, que pulsar el botón de alarma, cuando leemos que menos del 7% de la población dispone de agua potable constante, y que casi el 18% no la recibe nunca. Hay que pulsar el botón de alarma cuando leemos que menos del 10% recibe un servicio eléctrico constante. Hay que levantar la voz en todos los escenarios, para decir que solo el 6% de la población tiene acceso garantizado a los alimentos necesarios para vivir. Hay que hacer lo indecible para llamar la atención del mundo, para advertir que, ahora mismo, menos del 1% tiene acceso al combustible. Lo repito: la responsabilidad exclusiva de la casi inexistencia de servicios públicos y de combustibles es del dictador. Debemos actuar sin demoras para evitar que la enfermedad arrase el país".
FUENTE: REDACCIÓN