MIAMI.- Hace menos de un año el Gobierno chino promulgó la polémica ley de seguridad nacional para Hong Kong y ahora un tribunal del enclave asiático condena a siete personas por su participación en una protesta.
MIAMI.- Hace menos de un año el Gobierno chino promulgó la polémica ley de seguridad nacional para Hong Kong y ahora un tribunal del enclave asiático condena a siete personas por su participación en una protesta.
En los últimos meses numerosos activistas han sido condenados a largas penas de prisión por delitos relativamente menores.
De hecho, China acaba de implementar una ‘reforma electoral’ que implica que los votantes tendrán menos voz en la composición de los órganos legislativos de Hong Kong y, de este modo, se reduce la influencia de partidarios democráticos.
Pekín ha declarado que sólo quiere que gobiernen en Hong Kong los "patriotas", es decir, políticos que apoyen al Gobierno chino.
En virtud de los acuerdos entre China y Gran Bretaña, que produjeron la ‘entrega’ de Hong Kong a Pekín, sin que el pueblo hongkonés fuera consultado, el Gobierno chino debe permitir, al menos hasta 2047, que los más de siete millones de la ciudad país mantengan las libertades que habían disfrutado como colonia británica hasta 1997, incluida la libertad de expresión y un poder judicial independiente.
Estas nuevas normas constituyen un cambio de gran calado que afecta el principio 'un país, dos sistemas' que resume el encaje de la pequeña zona en el gigante asiático.
"El éxito de Hong Kong, su espíritu emprendedor, su éxito económico, su energía se han construido sobre su autonomía, sobre el paradigma de 'un país, dos sistemas'", destacó el primer secretario de Estado y ministro de Exteriores de Reino Unido, Dominic Raab.
Raab no dudó al calificar de "amenaza" la ley de seguridad nacional.
"Urgimos a China a retroceder desde este abismo, respetar los derechos del pueblo de Hong Kong y cumplir francamente sus obligaciones internacionales bajo la declaración conjunta (de Pekín y Londres) y con la comunidad internacional" en general, reclamó.
Por otra parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, reafirmó una determinación hecha el año pasado por el expresidente Donald Trump de que Hong Kong ya no es autónomo y no debe tener un trato especial comercial.
En un comunicado enviado al Congreso, Blinken dijo que China había continuado "desmantelando" la autonomía de Hong Kong desde que su predecesor, Mike Pompeo, tomó la determinación de retirar el estatus especial en mayo de 2020.
Como resultado, dijo Blinken, la excolonia británica no garantiza el comercio justo con Estados Unidos, ni tendrá los beneficios económicos que había disfrutado desde que volvió al dominio chino en 1997, con la promesa de Pekín de que disfrutaría de una autonomía significativa durante 50 años.
"Continuaremos pidiendo a China que cese el desmantelamiento de las instituciones democráticas, la autonomía y el estado de derecho de Hong Kong", anticipó el secretario.
Tras la imposición de Beijing de una ley de seguridad nacional punitiva en Hong Kong en junio del año pasado, el gobierno del Reino Unido introdujo una visa que permite a los habitantes de Hong Kong vivir y trabajar en el Reino Unido durante cinco años y eventualmente solicitar la ciudadanía.
Entretanto, el Gobierno británico estima que más de un millón de hongkoneses podrían mudarse a Gran Bretaña en los próximos cinco años, por medio del estatus British National Overseas (BNO), que concede visa de residencia a quienes nacieron en los territorios colonizados por los británicos.
En el caso de Hong Kong, solo podrían solicitar la visa quienes nacieron antes del 1 de julio de 1997, y sus dependientes, cuando la ciudad país fue ‘entregada’ a Pekín, lo que significa que muchos jóvenes involucrados en las protestas contra la ley de seguridad nacional no calificarían.