El origen de la frase “pan y circo” se remonta al antiguo imperio romano. Los emperadores, como distracción a las miserias que aquejaban a la población, cuando los ánimos se caldeaban, solían regalar pan y orquestar eventos gratuitos que mantuviesen a los atribulados ciudadanos entretenidos. En la Cuba actual, los esbirros de la dictadura tienen necesidad de lo mismo. La diferencia es que montan el circo y no dan pan, a no ser que lo paguen con los dólares que envían los “malos” desde exilio.
En Cuba los apagones duran 18 horas, el transporte es pésimo, escasean los alimentos y medicamentos, la gran mayoría de las viviendas padecen un lamentable deterioro que se hace aún más deprimente con las montañas de basura que abundan en cada esquina. Solo que ya el “bloqueo” dejo de ser el culpable. Cada vez con más frecuencia por las calles llenas de baches circulan automóviles de lujo. Los dirigentes y turistas no padecen apagones porque el combustible disponible va a parar a los generadores eléctricos que los alumbran.
Cada vez con más frecuencia surgen por toda la isla nuevos restaurantes, cafeterías, dulcerías y lugares especializados con manjares tan ajenos e impensables para el cubano promedio como algo traído de otra galaxia. En medio del desolador panorama que vio partir a casi un millón de cubanos cruzando fronteras para llegar a Estados Unidos en los últimos tres años, surgen almacenes repletos de la leche que le quitan a los niños oficialmente de la libreta de racionamiento al cumplir los siete años. Los deslumbrantes paraísos repletos de carnes, buenos vinos, embutidos, frutas frescas, quesos importados, dulces, costosos licores, jabones, limpiadores, perfumados o cualquier otro lujo burgués, florecen en almacenes sin ventanas. Es de suponer que por motivos de seguridad. Aunque inexplicablemente de manera provocadora e hiriente, despliegan en pantallas televisivas en el exterior, todos los codiciados productos a la venta que por décadas le han hecho creer al pueblo que estaban bloqueados.
Cuando el verano es caliente, la paciencia es corta. Los ánimos están caldeados y el Partido Comunista Cubano lo sabe. ¿Qué hacer? Acudir a la antigua manía Fidelista del enemigo externo. No tiene que ser real, nunca lo ha sido, pero le hacen creer a los esclavos que los malos no son los que imponen la represión interna, son los que envían la ayuda desde el extranjero.
El penoso espectáculo de la nueva lista actualizada de terroristas enemigos de la revolución, carente de pruebas, fue presentada en una conferencia de prensa en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores en La Habana con la presencia de un selecto grupo de integrantes del Cartel de La Habana. El coronel Víctor Álvarez Valle de la Dirección de Investigación Criminal del Ministerio del Interior, dijo que esta ahora incluye ciberterrorismo y el uso desmedido de las redes sociales para incitar a la violencia y a la agresión contra las entidades gubernamentales. ¡Cómo han cambiado las cosas desde que me acusaban de “terrorista radial”! Eduards Roberts Campbell, jefe de la Dirección de la Fiscalia General de la República, advirtió que los que están en territorio nacional han sido juzgados, pero quedamos pendientes los que residimos en el exterior con crímenes que según él no prescriben.
Alexis Batista Segrera, director de Relaciones Internacionales del Ministerio de Justicia, publico la lista en la Gaceta Oficial con la finalidad de buscar la cooperación de otros estados para la captura de los integrantes del listado. La viceministro de Relaciones Exteriores Josefina Vidal Ferreiro, calificada hace años por las agencias de inteligencia de Estados Unidos junto a su esposo José Anselmo López Pereira como “diplomáticos formados desde los servicios de inteligencia de Cuba”, expulsados de la EU en el 2003 por “actividades que no concuerdan con su estatus diplomático” que no es más que un eufemismo en lenguaje diplomático para el espionaje, dio el toque surrealista informando que Cuba está entregando al Secretario General de Naciones Unidas una carta con la lista actualizada.
Habría que ver con todos los conflictos mundiales actuales, desde guerras, sequías, hambrunas, limpieza étnica, peligro nuclear y cambio climático que sacuden al planeta que Antonio Guterres tenga tiempo para recibir personalmente una lista formulada por una dictadura de seis décadas que ha cometido todos los crímenes habidos y por haber, que además ha sido condenada en múltiples ocasiones por la propia Comisión de Derechos Humanos de la ONU como país violador de los derechos humanos.
Como respuesta a las medidas tomadas por la administración del presidente Donald Trump para recortar los fondos a la dictadura y el odio que profesan a un cubano americano llamado Marco Rubio, jefe de la diplomacia americana, debemos ser capturados y devueltos a Cuba para que caiga sobre nosotros el peso de la ley. Tras el anuncio, el Secretario de Estado cancelo visas a Miguel Díaz-Canel y otros sicarios, lo que me indica que las personas non gratas son ellos y no nosotros. Segura estoy que primero veremos a los represores enfrentando la justicia junto a su mentor y jefe de la mafia Raúl Castro que la deportación de los que figuramos en la infame lista.
El reunir a los medios de prensa, armar el espectáculo circense sin pruebas y la denuncia burda y absurda es una muestra de las prioridades de quienes dirigen un país que lleva años ya a la deriva. El galardón de la ignorancia e incompetencia va a los órganos de inteligencia y represión de Cuba. Después de años atacando a mi padre, incluyendo el propio Fidel Castro pretendiendo enfangar el historial de mi familia, súbitamente me convirtieron en la hija de Ignacio y Blanca que no tengo idea de quienes son.
De nuevo, no me quita el sueño ninguna de las acusaciones que me imputan. Sobre el supuesto atentado a Fidel Castro en Madrid en 1992 me enfrente a él con la palabra. Le grité cobarde por no querer responder a mi pregunta de cuando terminaría la represión en Cuba. Hecho que basto para que desataran la jauría de testaferros infiltrados entre los medios de prensa.
Harían mejor en dedicarse recoger la basura que reduce al cubano a tener que convivir con ratas y cucarachas. A entender que un pueblo mancillado un día descubre su fuerza. Entonces veremos quienes terminaran ante los tribunales con un abultado y bien documentado expediente de crímenes de lesa humanidad. A Guterres y demás apologistas que se prestan al macabro juego de defender a la dictadura comunista de Cuba, que quede claro: Hoy, tras 66 años de barbarie, la complicidad con el régimen de Cuba constituye un acto criminal.