miércoles 11  de  septiembre 2024
OPINIÓN

El arma secreta de Castro: el ruido silencioso sucio

Ell régimen de Castro y su policía política utilizan el sonido como torturas en su sistema carcelario nacional y en las prisiones preventivas
Diario las Américas | OSCAR ELÍAS BISCET
Por OSCAR ELÍAS BISCET

El sonido, su utilización en cierta frecuencia y tono, es una habilidad natural de algunos animales para poder cazar y alimentarse. Las bestias, en especial los grandes gatos, género pantera, o sea león, tigre, jaguar y leopardo, son especialistas en este tipo de habilidad por su fuerte rugido que al final van acompañados de ondas sonoras de vibraciones altas e infrasonidos, nombrados gruñidos, con efecto paralizante para sus presas. Esta característica hace a los depredadores más temibles en las praderas y selvas.

Por supuesto, el sonido se ha utilizado como método de aplicación de torturas para quebrantar a oponentes políticos y disidentes por la dictadura castrista. No fue aprendido de la naturaleza felina sino de su búsqueda malsana en su experiencia empírica para sostenerse en el poder del país, sin peligros.

Empero, antes de exponer las evidencias concretas de los crímenes del régimen castrosocialista con las aplicaciones sónicas como condiciones extremas estresantes, definidas como torturas, conozcamos unas breves características físicas del sonido.

El sonido es un fenómeno que su propagación es en forma de ondas elásticas, audibles o no, a través de un fluido u otro medio elástico que esté generando el movimiento vibratorio de un cuerpo. En el ser humano se fundamenta en ondas sonoras que se producen cuando las oscilaciones de la presión del aire, son convertidas en ondas mecánicas en el oído humano y percibidas por el cerebro.

Las propiedades del sonido se manifiestan en la frecuencia, intensidad, duración y el timbre. Describiremos por interés para este trabajo las características de la frecuencia e intensidad del sonido:

La frecuencia sonora mide el tono o altura en agudos, medios y bajos; es audible el sonido por los humanos en las frecuencias de 20 hercios (Hz) a 20 000 Hz (20 KHz). Las bajas frecuencias son vibraciones lentas o sonidos graves y las altas frecuencias, vibraciones rápidas o sonidos agudos. Por encima de 20 KHz son ultrasonidos y por debajo de los 20 Hz, infrasonidos. Los sonidos en el rango de ultra e infra no son audibles por el oído humano.

La intensidad de la onda sonora es determinada por su potencia o amplitud y se expresa en fuerte y débil, medidas en decibelios (dB). Según el Manual de Medicina Merck, el sonido más débil oído por el humano es de 0 dB; el susurro y quietud en la biblioteca, 30 dB; la conversación normal, máquina de lavar, 60 dB; cortacésped, tráfico de camiones [8h diaria es la máxima exposición sin protección (mesp)] 90 dB; sierra de cadena, martillo neumático, (2h es mesp) 100 dB; concierto de rock, claxon de automóvil, (15 min diario mesp) 115; explosión de armas, motores de propulsión, 140 dB; plataforma de lanzamiento de cohete 180 dB. Para la exposición a sonidos de más de 85 dB recomiendan protección de los oídos y más 140 dB es el umbral del dolor y aunque tengas protección se producirá daño en la salud.

La Organización Mundial de Salud (OMS) expone que los niveles sonoros altos pueden acarrear afectación de salud y la calidad de vida. El ruido en el adulto puede causar distorsión del sueño, alteraciones psicológicas, cansancio, estrés, enfermedades respiratorias, cardiovasculares y ulceras gastrointestinal, trastorno cognitivo. En los niños puede padecer un proceso parecido al del adulto, más alteraciones del lenguaje y el aprendizaje.

Por supuesto, con este conocimiento, el régimen de Castro y su policía política utilizan el sonido como torturas en su sistema carcelario nacional y en las prisiones preventivas, entre ellas, la de Cien y Aldabó y Villa Marista. En estos lugares utilizan altavoces (bocinas) de gran potencia acústica con música estridente contra la población penal y en los lugares de detención preventiva aplican la técnica del “fantasma de la máquina” para desequilibrar emocional y psíquicamente a los cautivos.

El fantasma de la maquina es una seudopercepción en los movimientos a los lados del campo visual desencadenado por un infrasonido que golpea el globo ocular que desenfoca la visión, de manera que el cerebro lo interpreta como una imagen fantasmal.

El científico Vic Tandy, de la Universidad de Coventry, Inglaterra, 1998, demostró que esa imagen fantasmal es producida por un infrasonido de un ventilador defectuoso en función de extractor y con una frecuencia de 18.98 Hz en una onda estacionaria. Asimismo, 1964, el investigador francés Vladimir Gavreau, Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, probó que un ventilador con una frecuencia infrasonora de 7 Hz podía hacer vibrar las vísceras internas del cuerpo humano, incluso toda la habitación como en un terremoto, sin repercusión en la habitación contigua. Estos son los infrasonidos con dB altos.

Por consiguiente, las frecuencias críticas infra sónicas, situadas entre 7–12 Hz, desencadenan malestar intenso que dificultan la capacidad intelectual. Incluso, no solo vibraciones de las vísceras internas sino sus estallamientos. Esto se desarrolla en el gruñir de los grandes felinos que mata algunas de sus presas. Esos infrasonidos no son inofensivos, son los ruidos silenciosos sucios.

¿Posee Cuba castrista esa arma sónica? No lo conocemos, pero sabemos que tienen sus víctimas. En Cuba, enfermaron 34 personas, eran diplomáticos y turistas, 24 estadounidenses y el resto canadienses. Aunque no se posee el arma homicida, sí es una realidad convincente las de sus víctimas.

Hasta ahora no se ha podido lograr el instrumento que haga unidireccional y efectivas a las ondas sonoras. ¿Lo logró Castro? Sin embargo, pudiera haber avanzado en la creación de esa arma con las ondas de choque y las de microondas que pueden causar daño cerebral irreversible.

La tecnología de microondas ya está en la industria armamentista, controlada bajo estricto secreto. También en muchos equipos electrodomésticos, que con personal capacitado pudiera convertirlos en armamento militar. Del mismo modo las ondas de choque están en uso en los equipos médicos de litotricia, que pueden romper litiasis (piedras) de diferentes tamaños y propiedades. Castro no tiene dinero para alimentar al pueblo cubano; pero sí, para comprar y crear armas que le den la superioridad militar en el terreno.

El ataque a la salud de los diplomáticos estadounidenses y canadienses y a turistas estadounidenses es un delito criminal que no debe quedar impune. Raúl Castro y sus lacayos dicen que esos hechos son falsos, que todo ese proceso es una persecución política.

En realidad, lo más importante es que este ataque a la salud contra ciudadanos inocentes, es un acto concreto de guerra; que me hace recordar a la ilustrísima Margaret Thatcher: “Un crimen es un crimen; no es política. ¡No hay tiempo para estar inseguro!

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