jueves 19  de  septiembre 2024
OPINIÓN

El pragmatismo estadounidense en acción

Visión analítica desde Washington DC, la capital del país, donde el poder y sus efectos tienen otra perspectiva
Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

El pragmatismo es una de las contribuciones más distintivas de Estados Unidos al campo de la filosofía, influenciada por las corrientes europeas.

Fue el estadounidense Charles Peirce el primero en acuñar el término, en la década de 1870, aunque se hizo popular a principios del siglo XX.

En esencia, el pragmatismo enfatiza enfoques y soluciones que funcionarán en la práctica en lugar de ser ideales en la teoría.

El pragmatismo ha guiado la política estadounidense, dentro y fuera del país.

“Cuando el presidente Franklin D. Roosevelt y el rey Abdulaziz Al Saud, fundador de la actual Arabia Saudita, se encontraron a bordo del USS Quincy en el Canal de Suez el 14 de febrero de 1945, se puso en marcha una improbable asociación entre Estados Unidos y Arabia Saudita”, según un artículo publicado en Council on Foreign Relations, de Steven A. Cook y Martin S. Indyk.

En esa ocasión, Estados Unidos necesitaba libre acceso a las grandes reservas de petróleo de Al Saud, y Arabia Saudita necesitaba protección de amenazas provenientes de países vecinos y grandes potencias.

Esta remembranza sale a colación luego del controversial viaje del presidente Joe Biden a Israel y Arabia Saudita en busca de restablecer lazos con el gigante petrolero del Golfo Pérsico y particularmente enviar un mensaje contundente a Rusia y China por sus intentos de querer aumentar su influencia geopolítica en detrimento del liderazgo estadounidense.

El auge en la producción interna de combustibles fósiles de Estados Unidos y el giro estratégico de la administración de Barack Obama hacia Asia restaron prioridad a la relación en el pasado.

Ahora Biden “espera una renovada influencia para conseguir un aumento en los suministros de petróleo que reduzca los altos precios de la gasolina que están impactando negativamente el presupuesto de los estadounidenses”, según Indyk y Cook.

¿Estará lista Arabia, como miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo más Rusia (OPEP) para anunciar el ansiado aumento de producción que alivie los bolsillos internacionales?

Con las elecciones de medio mandato en mente, la Casa Blanca parece creer que sí.

Sin perder la vista en el panorama político nacional, Biden ha dicho que no se sentirá decepcionado si Donald Trump decide presentarse nuevamente a la presidencia en 2024.

Tanto el mandatario como el Partido Demócrata parecen creer que, con Trump como rival por la Casa Blanca, habrá más posibilidades de ganar un segundo mandato.

Los demócratas esperan que Trump anuncie pronto si se presentará, preferiblemente antes de las elecciones de noviembre, calculando que las controversias políticas sobre el asalto al Capitolio en 2021 impacten a los votantes sobre si quieren otros cuatro años de Trump.

Sin embargo, hay un riesgo en este argumento.

Trump todavía tiene un apoyo enorme en el Partido Republicano y en todo el país y si declarase su deseo de presentarse de nuevo, podría crear un impulso imparable, haciendo más probable que triunfe sobre Biden.

Por cierto, ese comentario de Biden parece eliminar cualquier duda de que busca un segundo mandato.

No hay duda de que una carrera presidencial Biden-Trump en 2024 generaría un interés mediático aún mayor que en 2020.

Por el lado republicano la dificultad ante un posible anuncio de Trump sobre su postulación en 2024 se presenta porque tendrán decidir si respaldan al expresidente como miembro entusiasta del movimiento” Make America Great Again’ (MAGA) o tomar una posición más neutral y concentrarse en temas como la economía, la inmigración o la educación.

La congresista republicana Liz Cheney (Wyoming) se enfrentó a Trump y asumió el liderazgo durante las revelaciones que surgieron en el Comité legislativo que investiga el violento levantamiento del 6 de enero.

Como consecuencia, la legisladora ha enfrentado presiones personales y políticas.

Por su parte, Biden aprovechó su gira por Medio Oriente para enfatizar la importancia de firmar un nuevo acuerdo con Irán para disuadir a Teherán de desarrollar armas nucleares al tiempo que criticó a la administración Trump por desechar el acuerdo anterior firmado por la administración Obama en 2015.

Trump denunció el acuerdo de 2015 y afirmó que no impediría que Irán adquiera armas nucleares en el futuro.

Biden espera tener razón, pero serán los resultados de sus enfoques gubernamentales los que tendrán la última palabra al mejor estilo pragmático.

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