La peor conclusión de una tragedia es que deje indiferente a las personas que observan la situación como algo normal o cotidiano. Ese desgraciado fenómeno está pasando con las repetidas desgracias que están sucediendo en Estados Unidos por el mal uso de las armas de fuego. n No es la primera vez que desde el editorial de DIARIO LAS AMÉRICAS abordamos este asunto pero en nuestra responsabilidad como informadores no queremos que pasen desapercibidos sucesos como el que ayer en el aeropuerto de Los Ángeles que tuvo como consecuencia un muerto, siete heridos y decenas de personas conmocionadas por el pánico.
Al cierre de esta edición, el autor de los disparos se encontraba hospitalizado debido a los disparos de los agentes que repelieron el ataque perpetrado con un rifle. n
El aeropuerto angelino es el sexto con más tráfico del mundo y sólo el año pasado tuvo un flujo de más 63 millones de pasajeros. La tragedia pudo ser aún mayor pero seguramente tampoco este argumento será válido para que las dos posturas enfrentadas sobre la tenencia de armas se sienten a negociar.
Desde nuestro punto de vista no se trata de poner en cuestión la tenencia de armas con objeto recreativo o de defensa, un derecho histórico y arraigado en la tradición del país. nLo que nadie puede negar es que no están funcionando los controles para que personas desaprensivas o con las facultades mentales perturbadas tengan acceso a las armas.
Es de interés para todos, incluidos los vendedores de armas, que el sistema sea mucho más efectivo a la hora de detectar a estos individuos capaces de arrasar con la vida de personas inocentes indiscriminadamente.
Por último, hacer también una llamada de atención a las autoridades sobre la seguridad en lugares públicos que concentran a miles de personas.