martes 18  de  noviembre 2025
OPINIÓN

La inteligencia artificial no globaliza al capitalismo, lo fragmenta aún más

Un análisis preciso para contar las cosas como son

Por Mookie Tenembaum

En cada rincón del mundo, el capitalismo encontró formas de adaptarse a las particularidades culturales de cada sociedad. No es lo mismo hacer negocios en China que en Estados Unidos, ni en India que en Suecia. A pesar de que el sistema económico global se sustenta en principios compartidos, la manera en que las personas interactúan, toman decisiones y valoran el éxito está arraigada en siglos de historia y tradiciones. Ahora, con la irrupción de la inteligencia artificial (IA), estas diferencias se amplifican y transforman de maneras inesperadas.

En China, donde las relaciones personales son la piedra angular de los negocios, la IA no reemplazó el guanxi, sino que lo potenció. No se trata solo de quién conoce a quién, sino de quién puede anticipar mejor las necesidades del otro. Algoritmos sofisticados analizan patrones de consumo, preferencias y redes de contacto, facilitando conexiones estratégicas que antes dependían exclusivamente de la intuición y la experiencia. En un país donde la confianza y la reputación lo son todo, la IA no desplaza las antiguas reglas del juego, sino que las vuelve más eficientes, amplificando su impacto en un mundo donde la velocidad y la precisión son cada vez más determinantes.

India, por otro lado, siempre fue un terreno fértil para la creatividad improvisada. El jugaad, esa capacidad de encontrar soluciones ingeniosas con recursos limitados, es parte de la mentalidad nacional. La IA aquí no se adopta con el mismo enfoque estructurado de Occidente, sino como una herramienta que se dobla y adapta según las circunstancias. Mientras en Silicon Valley se invierten años en la optimización de un producto antes de lanzarlo, en India la flexibilidad es la norma. Los algoritmos se ajustan sobre la marcha, respondiendo a necesidades cambiantes con la misma espontaneidad con la que una comunidad rural reorganiza su economía para sobrevivir a una mala cosecha. La IA en India no es una estructura rígida; es un río en constante cambio, navegando entre restricciones con una lógica más intuitiva que matemática.

Estados Unidos, con su cultura del hustle, convirtió a la IA en una extensión de su propia obsesión por la productividad. No es casualidad que las mayores empresas del mundo en este rubro sean estadounidenses. Aquí la automatización es una necesidad en un sistema que premia el esfuerzo individual y castiga la ineficiencia. Si en el pasado la clave del éxito era trabajar más horas que el resto, ahora es delegar esas horas a las máquinas. En este contexto, la IA se convierte en la aliada perfecta de una cultura que glorifica el rendimiento y el logro personal, incluso a costa del bienestar.

Suecia, en cambio, no busca maximizar la producción a cualquier precio. La moderación y el equilibrio son valores fundamentales en su sociedad, y la IA encontró aquí un terreno donde el objetivo no es la sobrecarga, sino la armonía. Mientras en otros lugares la IA se usa para exprimir cada segundo del día, en Suecia se implementa para reducir las horas laborales sin perder eficiencia. El concepto de lagom, que significa encontrar el punto justo entre exceso y escasez, impregna incluso la manera en que se diseña y aplica la tecnología. No se trata de hacer más, sino de hacer lo suficiente, optimizando la calidad de vida.

Estas diferencias no son menores. A medida que la IA redefine el capitalismo, lo hace de manera distinta en cada cultura, amplificando las características que ya existían en lugar de homogeneizarlas. Lo que en un país se entiende como eficiencia, en otro puede ser visto como explotación. Lo que en un lado es flexibilidad, en otro puede parecer improvisación. El capitalismo no es solo un sistema de producción e intercambio; es un reflejo de las mentalidades que lo sostienen. La inteligencia artificial no cambia esas mentalidades, pero sí las lleva a sus extremos, y acelera procesos que antes tomaban generaciones.

Las cosas como son.

Mookie Tenembaum aborda temas de tecnología como este todas las semanas junto a Claudio Zuchovicki en su podcast La Inteligencia Artificial, Perspectivas Financieras, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.

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