En el pasado histórico de Venezuela, las mejores representaciones del liderazgo político han tenido una resonancia eterna por su legado y aporte al desarrollo económico, social y político del país. Para nadie es extraño que los integrantes de la llamada “generación del 28”, integrada por la diversidad ideológica de esos tiempos, eran admirable expresión del sacrificio, tesón y capacidad de trabajo para construir como estudiantes universitarios un proyecto de país, que se discutía en las aulas de la UCV y en las calles de toda Venezuela. A pesar de la implacable dictadura de Juan Vicente Gómez, la consigna preferida era “Saca la pata lajٕa” como grito de protesta y rebeldía contra la tiranía gomecista, portando sus boinas negras, símbolo de la esperanza de libertad que esa juventud aspiraba y soñaba, marcando la historia para siempre.
Entre esos combativos estudiantes se encontraban el joven Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, presidente de la Federación de Estudiantes de Venezuela, FEV, Miguel Otero Silva, Jóvito Villalba, gran tribuno estudiantil, el poeta Andrés Eloy Blanco, Juan Oropeza, Juan Bautista Fuenmayor, Rodolfo Quintero, Miguel Acosta Saignes, Edmundo Fernández, Elías Rafael Vegas, Humberto Tejera, Kotepa Delgado, Fernando Key Sánchez, Germán Suarez Flamerich, entre otros.
Ellos, con sus luchas estudiantiles, con persecuciones, exilios, cárceles en las mazmorras de Puerto Cabello, y la tenebrosa Rotunda, donde con grillos y pesadas bolas de hierro cubriendo sus jóvenes piernas, eran sometidos a las privaciones elementales de un ser humano, no escapando a la muerte provocada por las torturas y otras por la acción destructiva de sus cuerpos de las graves enfermedades epidérmicas e infecciosas de la época.
Sus sacrificios, perseverancia de lucha y defensa de sus ideales en el tiempo, alcanzaron la notoriedad histórica, porque lograron alcanzar sus sueños de libertad y construcción de una Venezuela libre, democrática y moderna. A ese sacrificio de lucha permanente, como diría Lord Sir Winston Churchill, con “sangre, sudor y lágrimas” obtuvieron la presea de la victoria de la razón y de las ideas sobre la barbarie, la carnicería y la violencia política. Honor a quien lo merece. “La generación del 28” debe ser siempre recordada con respeto y justicia.
Antes debemos destacar la égida acción y ejemplo histórico, colmado con el sacrificio en vidas humanas y sangre en el campo de batalla real, por la valiente acción de los estudiantes, seminaristas y jóvenes que al mando de los generales patriotas José Félix Ribas, y Vicente Campos Elías, un 12 de febrero de 1814 en la recordada “Batalla de la Victoria”, sellaron con su sangre juvenil los campos aragüeños. Elevando su sacrificio a la gloria de la libertad e independencia futura del yugo español que azotaba a Venezuela. El Libertador Simón Bolívar concedió el título de “Vencedor de los Tiranos” al joven patriota José Félix Ribas. ¡Gloria eterna a esos jóvenes patriotas por su gran hazaña libertaria!
La generación estudiantil del 58, igual que la del 28, que luchó contra la dictadura de Pérez Jiménez, también aportó sus mártires y liderazgo oportuno para reconstruir a Venezuela y sus instituciones democráticas. Muchos de los nuevos gobernantes ya curtidos y con las experiencias adquiridas en la lucha clandestina, y del exilio, emergieron como líderes y Presidentes de la República, ejemplos: Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, respectivamente.
En el 2007 surge otra joven explosiva generación de lucha y combate contra la dictadura chavista narco madurista, surgida a raíz del cierre de RCTV Canal 2, por el gobierno de Chávez, decisión absurda que obliga a los líderes estudiantiles universitarios, organizados en el llamado “Parlamento Estudiantil” a protestar a nivel nacional, lo que representó un combate frontal contra la represión oficial y sus cuerpos de seguridad, apoyados por los grupos paramilitares, los mal llamados “colectivos”. Entre esas batallas desiguales, surge un nuevo liderazgo que en poco tiempo copó la escena como líderes de partidos políticos y parlamentarios ante la AN.
Juan Guaidó, y sus grupos de compañeros de luchas estudiantiles, ahora convertidos en líderes sociales y parlamentarios, asumieron con dignidad su papel histórico. Entre ellos podemos citar algunos nombres que recuerdo, algunos son mis amigos personales, cuando en mis funciones de Secretario Ejecutivo de la MUD, Miami, tuve el honor de compartir experiencias políticas inolvidables. Ellos representan la actual “Generación Guaidó” en sus partidos políticos, y en el legado histórico en construcción con sus activismos y sacrificios personales. Nuestro eterno reconocimiento personal.
Recuerdo al valiente diputado Freddy Guevara, hoy preso en una embajada, al joven médico y excelente líder social José Manuel Olivares, hoy diputado en exilio, Stalin González, flamante 2do vicepresidente de la AN y negociador en Oslo, Marco Aurelio Quiñones también diputado, Dip. Juan Andrés Mejías, Dip. Lawrence Castro “Cachaco”, Rafael Rojas “Guayaba”, Verónica Brito, candidata a gobernadora en el estado Amazonas, Dip. Gaby Arellano, exilio en Colombia, David Smolansky, exalcalde de El Hatillo, hoy, en la OEA, el sacrificado y torturado diputado Juan Requesens, secuestrado sin juicios en forma ilegal y arbitraria por la dictadura, nuestro amigo Roberto Marrero, otra víctima del régimen usurpador. Incomunicado, sin juicio, por el delito de ser el jefe del gabinete del presidente Guaidó, y Kennedy Bolívar, abogado, gremialista, dirigente estudiantil en la Escuela de Derecho de la UCV, expresidente del Sindicato de Trabajadores Judiciales, SOUNTRANJ, actualmente estudia doctorado en Educación, en Nova Southeastern University, dirigente en el exilio en USA a través de su Movimiento Comunitario Moveré, todos son integrantes de la “Generación Guaidó”, a quien acompañan con solidaridad de acción y pensamiento, siguiendo al líder destacado de esa nueva camada de patriotas.
La juventud venezolana se ha caracterizado por su constante búsqueda de nuevos senderos de libertad y democracia, sin importarle el sacrificio de sus sueños y gestas. Sus energías, firmes ideales, fuerza e ímpetu para defender a “capa y espada” los dignos ejemplos de sus históricos antepasados, desde la lucha independentista hasta la presente, por recuperar la nueva independencia del castro comunismo, sus aliados terroristas y narco traficantes del resentimiento chavista madurista.
Honor a nuestro presidente Guaidó, el “muchacho líder” y a su generación del cambio. ¡Bendiciones, vamos bien!