jueves 13  de  febrero 2025
PERFÍL

¿Quién es Henry Ramos Allup, el hombre que llevará las riendas de la Asamblea Nacional?

Henry Ramos Allup, a quien identifican por sus dotes de orador, ocupará la presidencia del Parlamento cuando el 5 de enero lo confirmen por votación

El actual secretario del partido Acción Democrática (AD), Henry Ramos Allup, vuelve, 10 años después, al hemiciclo donde empezó su amplia carrera política. Pero ahora no será desde un curul de diputado sino desde la silla de presidente de la Asamblea Nacional en Venezuela, cuando el 5 de enero se confirme con la votación parlamentaria.

El abogado nació el 17 de octubre de 1943 en Valencia (estado Carabobo) donde empezó a mostrar sus inclinaciones políticas como presidente del centro de estudiantes del Liceo Martín Sanabria, con solo 15 años de edad. En Valencia comenzó a militar en Acción Democrática, partido que seguía su padre, Emilio Ramos Rached, y su madre, Amanda Allup. No abandonó al partido blanco desde aquella época.

Ramos Allup, quien a sus 72 años acumula tres matrimonios e igual número de hijos, fue electo diputado por Carabobo en el antiguo Congreso Nacional en 1994, y en 2000 se convirtió en uno de los parlamentarios opositores en representación de Distrito Capital.

El actual secretario general de AD también fue electo diputado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para el Parlamento Latinoamericano en 2010, y desde 2012  ocupa el cargo de vicepresidente de la Internacional Socialista.

Ramos ha destacado por sus dotes para la confrontación parlamentaria, que en la época de la denominada “cuarta república” consistía en ejercicios de retórica y duros enfrentamientos entre adecos y copeyanos y algunos miembros de la izquierda, representados en el MAS y el PCV. Ilustrado y de verbo fino, pero con un peculiar estilo popular.

Ha sabido sobrevivir a las peores épocas de su partido, Acción Democrática. Tras el terremoto político de 1998 en Venezuela, demostró tener capacidad para mantenerse vigente. Mientras otros dirigentes de AD y Copei fueron desapareciendo, el valenciano no solo se quedó, sino que tuvo protagonismo. Entre los conflictivos años 2001 y 2005 tuvo un rol importante en la Coordinadora Democrática, que fue una de las plataformas de oposición para enfrentar el autoritarismo que representaba Chávez.

Fue uno de los defensores de la polémica decisión de no participar en las elecciones parlamentarias de 2005, que buscaba denunciar la falta de democracia en el país y lo parcializado que estaba el Consejo Nacional Electoral, considerado por la oposición, un apéndice de la presidencia de la República.

Posteriormente admitió públicamente que se trató de un error. “Nos equivocamos por seguir la corriente de opinión abstencionista. Hemos debido, como actores políticos, advertir del error. Fue un error y punto”. En aquel momento quienes presionaron para no dejar de votar fueron Julio Borges, quien peleó la candidatura a presidente de la AN con él; Henrique Capriles y Carlos Ocariz, todos de Primero Justicia. 

En un intento de diálogo que se desarrolló en Miraflores en abril de 2014, tras las protestas de 2013 y 2014, Ramos Allup aprovechó sus dotes de orador y se “robó el show” en una noche en la que la oposición desnudó las carencias argumentativas  de los dirigentes del Gobierno de Maduro. Frases como "no me suene la campana" o "tengo 15 años esperando este momento", para advertirle al vicepresidente Jorge Arreaza que lo dejara hablar tiempo suficiente para argumentar las ideas que llevó a Miraflores, se hicieron populares desde ese momento.  

Algunos exmiembros de su partido lo señalan de autoritario y de no haber permitido la formación de nuevas generaciones y de adueñarse de la vocería y dirección del partido blanco, del cual es secretario general desde hace 15 años. Su estilo irónico, popular y directo, sin filtros, levanta pasiones entre detractores y seguidores.  No obstante, la mayoría reconoce su dedicación al otrora "partido del pueblo", al que pertenecieron históricos presidentes de la era democrática: Rómulo Betancourt, Rómulo Gallegos, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez en dos ocasiones y Jaime Lusinchi.  

Su regreso al parlamento vuelve a otorgar protagonismo al partido Acción Democrática, uno de los principales sino el principal blanco de los ataques de Chávez y del oficialismo desde sus inicios. En su contra, este mismo pasado le hace ver como un político de la denominada y estigmatizada por el chavismo "cuarta,república", justamente cuando la oposición se presenta como el cambio.

No obstante, el experimentado político se considera lo suficientemente preparado y dispuesto para continuar y dirigir el Legislativo. “Si a mí me toca dirigir el debate se le respetará a todo el mundo el tiempo y al vencerse tiene que dejar de hablar y si quieren hablar otra vez pasan a segundo turno. Respeto a todo el que pida la palabra, no es eso que de repente los diputados de oposición se anotaban y desaparecían de la lista porque a Diosdado no le daba la gana que alguien hablara de la oposición”, dijo hace unos días cuando su nombre comenzó a sonar como “presidenciable”.

Allup se impuso en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre al candidato oficialista Daniel Aponte. El representante de la MUD obtuvo 69,83% de los votos, casi 83.000 sufragios más que su contrincante, en el circuito que integran las parroquias San Agustín, San Pedro, San José, San Bernardino y El Recreo.

El parlamentario opositor, conocido por su tono de voz e inflexiones, que hacen recordar a los grandes oradores de AD, como el denominado “Padre de la Democracia”, Rómulo Betancourt, no descarta sus aspiraciones presidenciales y en una de tantas entrevistas que ha concedido desde que su nombre comenzó a sonar para dirigir los debates en la AN, lo admitió, pero con tono relajado aclara: "a mí eso ni me angustia, ni me desespera, ni me perturba. Yo tengo carrera política desde que tenía 14 años".  

Ahora que tiene el foco en su trabajo parlamentario dice que hará cumplir las tareas de la asamblea: legislar, debatir y controlar.  "A los venezolanos les pedimos que nos vigilen, que nos exijan, que nos observen. Seremos leales al electorado que confió en nosotros. No vamos a ser un contrapoder, vamos a ser el poder autónomo legislativo",

Para él, el respeto volverá al hemiciclo porque la nueva mayoría parlamentaria hará sus deberes sin “retaliaciones o persecuciones”. 

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