SINGAPUR.- REDACCIÓN DLA / dpa
SINGAPUR.- En esta ciudad estado asiática conviven varias culturas y el bienestar económico que la caracteriza.
SINGAPUR.- REDACCIÓN DLA / dpa
Cuando apenas comenzábamos a oler pachuli, el guía turístico señaló la calle donde empieza la barriada Little India, donde un elefante escultural, hecho de miles de bombillas de todos los colores, anuncia la presencia de la milenaria cultura hindú.
“Aquí, en la desembocadura del río, comienza la historia”, recordó el guía. “Donde el explorador británico Stamford Raffles creó un puesto de comercio libre de impuestos en 1819”.
Entonces, el pequeño asentamiento floreció como puerto comercial internacional en medio de las crecientes economías asiáticas y se convirtió en una moderna ciudad cosmopolita con rascacielos, salpicada por las culturas de la región.
"Todos somos inmigrantes", dijo con aire de orgullo.
Efectivamente, los cinco millones de habitantes que conforman esta ciudad estado, situada en el extremo sur de la península de Malaca, que apenas alcanza las 85 millas cuadradas, provienen de chinos, malayos, hindúes y otros orígenes aledaños.
Por eso, mientras atravesamos el barrio hindú escuchamos a lo lejos el cántico musulmán que llama a rezar en la mezquita. Es Kampong Glam, la barriada donde se concentran los malayos con su fe islámica. Aquí el manto sari de la mujer se transforma en el velo que cubre la cabeza.
Luego llegamos a Chinatown con su aroma de cilantro. A la entrada de un restaurante hay una figura de gato dorado que ofrece la buena suerte. Adentro, entre paredes pintadas de rojo brillante y espejos enmarcados en dorado, las orquídeas engalanan el apacible ambiente del local.
Afuera, donde la calle está repleta de puestos de venta, abundan los bálsamos de tigre, que es la célebre pomada hecha de mentol, alcanfor y aceites naturales para aliviar los dolores musculares y de cabeza. A esto suman las grandes ofertas de fundas para teléfonos celulares, las imitaciones de carteras y perfumes de marca que los vendedores aseguran su autenticidad.
De pronto, luego de andar un par de calles, encontramos un templo budista, donde los cánticos de monjes y el olor a incienso inundan el entorno. Nos quitamos los zapatos y entramos a la hermosa edificación, donde aseguran exponen un diente de Buda, el precursor del budismo, que vivió en el norte de la India hace 2,500 años.
Para terminar, nada es mejor que tomar la excursión en bote por el río que conduce a Marina Bay, donde aún prevalecen las viejas mansiones coloniales inglesas junto a las altas edificaciones que anuncian la prosperidad de una ciudad estado que figura entre los países más avanzados del mundo.
Cuándo viajar
En verano el flujo de visitantes es mayor, pero puede visitar Singapur durante cualquier otra época del año, incluso en invierno cuando la temperatura continúa siendo cálida.
Cómo llegar
Recomendamos consultar un agente de viajes especializado en la zona asiática, que le ayude a coordinar el viaje. La aerolínea Singapur Airlines, una de las cinco mejores del mundo según los especialistas, ofrece servicio aéreo desde Nueva York, Los Ángeles y San Francisco. Si porta pasaporte estadounidense, canadiense o europeo no necesita solicitar visa o permiso de entrada. Cualquier otra nacionalidad del documento de viaje debe consultar el consulado del país asiático. Visite el portal YourSingapore.com o DisfrutaSingapur.com para obtener información detallada sobre el destino turístico, incluyendo hospedaje, clima y gastronomía.