miércoles 27  de  marzo 2024
FRANCISCO EN PALMASOLA

Soy un hombre perdonado, dice el papa Francisco ante presos bolivianos

La cárcel de Palmasola que visitó el Papa tiene cinco módulos separados entre sí por un muro y dos mallas de seguridad. Aquí las familias viven dentro de los muros de ladrillo y alambre y una bolsa de cocaína es más barata que una botella de agua,

MIAMI.-REDACCIÓN

El papa Francisco se despojó este viernes de todos los oropeles de un pontífice ante los detenidos de la cárcel boliviana de Palmasola, a quienes confesó: “El que está ante ustedes es un hombre perdonado”, “salvado de sus muchos pecados”.

Según publicó la agencia de noticias AFP, frente a un grupo de 2.800 reos y sus familiares, el pontífice recordó que “reclusión no es lo mismo que exclusión, que quede claro, porque la reclusión forma parte de un proceso de reinserción en la sociedad”.

El papa Francisco llegó el viernes a la cárcel de Palmasola, en el inicio de su última jornada en Bolivia.

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El pontífice saludó a los reos y a sus hijos que ya lo esperaban en una zona abierta del penal localizado en la localidad de Santa Cruz, agregó AFP.

La prisión es considerada la más violenta de Bolivia, donde en agosto de 2013 murieron 36 presos y un niño de dos años en una pelea entre reos. El lugar fue pensado para albergar 800 reos, pero actualmente tiene una población de más de 4.000.

El pontífice tiene previsto dar un mensaje a los reos como parte de la visita en un pabellón abierto donde está el grueso de la población penal varonil.

Luego de la visita al penal se reunirá informalmente con obispos de Bolivia y posteriormente se dirigirá al aeropuerto para viajar a Paraguay, el último de los tres países que visita como parte de su gira por Sudamérica.

La cárcel que visitó el Papa tiene cinco módulos separados entre sí por un muro y dos mallas de seguridad. El módulo uno, en régimen abierto, es conocido como ‘La población’ por su parecido con cualquier pueblo, incluyendo calles llenas de hombres, mujeres, niños y animales domésticos. Además hay tiendas, restaurantes, iglesias, gimnasio, sauna, billar y talleres de artesanos. En los módulos tres y cuatro -llamados ‘Chonchocoro’ y ‘Chonchocorito’ respectivamente- están los presos más peligrosos, mientras que en el cinco viven aislados los enfermos, la mayoría con tuberculosis.

En Palmasola, las familias viven dentro de los muros de ladrillo y alambre y una bolsa de cocaína es más barata que una botella de agua, según sostiene Ostreicher.

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