martes 19  de  marzo 2024
inteligencia artificial

Inteligencia artificial: ¿Un salto hacia el futuro o un paso hacia el abismo?

Durante los últimos años se ha elevado el tono de la controversia entre quienes la observan como un beneficio y quienes la perciben como una amenaza
Por ROGERIO MANZANO

El desafío ya está aquí y no es algo nuevo. Desde la década de 1950 se desarrollaron los primeros experimentos en este campo, obra del matemático británico Alan Turing; pero su gran impacto mediático se produjo en 1997 cuando el campeón de ajedrez Garry Kaspárov fue derrotado por Deep Blue, una computadora especializada en el juego ciencia.

En términos generales, la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) se aprecia como un sistema informático que, no solo reproduce e iguala la capacidad del pensamiento humano, sino también que dota a las máquinas de una velocidad y masividad de reacciones superiores a las del hombre. Sin embargo, esta línea conceptual se torna más confusa cuando se introducen en la ecuación criterios más complejos como conciencia, honradez, ética o justicia.

De cualquier modo, durante los últimos años se ha elevado el tono de la controversia entre quienes la observan como un beneficio y quienes la perciben como una amenaza. En 2017, la revista Vanity Fair se hacía eco de las declaraciones del multimillonario Elon Musk, cofundador de Tesla, PayPal y SpaceX, quien expresaba preocupación por el rumbo que pudiera tomar la inteligencia artificial. Musk tampoco está solo en su cruzada, otros como el informático Stuart J. Russell, Bill Gates, e incluso el desaparecido Stephen Hawking, también llegaron a mostrar inquietud en su momento.

Pero, ¿amenaza realmente la inteligencia artificial a la raza humana? Si bien aterra a muchos una creciente robotización industrial que haga desaparecer puestos de trabajo, también es cierto que esta circunstancia genera nuevas oportunidades laborales en áreas tan variadas como la ingeniería mecánica o electrónica, la informática, las operaciones financieras o las tareas de oficina.

Un estudio de la empresa multinacional Accenture Ltd. concluyó que para el año 2035 el efecto de AI sobre 12 economías desarrolladas significaría la duplicación de sus tasas de crecimiento económico y que su huella en los negocios incrementará la productividad del trabajo en un 40%. Se estima que es incalculable el alcance que supondrá en materias tan sensibles como la salud, donde las computadoras pudieran realizar diagnósticos de enfermedades en los hospitales, o en el caso de la educación empleando tutores virtuales y aplicando la robótica educativa.

Sin dudas, la AI impondrá un cambio sustancial en la vida humana en este siglo, pero los más escépticos también temen al rol que jugarán los gobiernos en este asunto. Las voces más críticas apuntan hacia China, donde el reconocimiento facial en su extensa red de cámaras de vigilancia está poniendo una herramienta de control demasiado poderosa en manos del Estado. Sin embargo, los gobiernos de Occidente tampoco se encuentran ajenos a estas prácticas, Israel, Estados Unidos o Gran Bretaña, también utilizan numerosos sistemas computadorizados donde la inteligencia artificial es determinante.

De momento sigue la controversia. Resta esperar a que, quienes tienen el cometido de implementar los próximos avances en este campo, tengan la suficiente responsabilidad para tomar las decisiones más certeras, no solo en beneficio de la raza humana, sino también en la preservación de sus derechos y libertades.

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