ALBERTO SCHARFFENORTH
Especial
En los últimos meses hemos visto como han crecido de forma exponencial las referencias al uso de drones, que es como se les llama, quizás un poco incorrectamente, a los pequeños artefactos voladores operados a control remoto, su denominación oficial es UAV (Unmanned Aerial Vehicle).
Hace sólo un par de años era curioso ver alguna noticia sobre la existencia de estos artefactos más allá de los medios especializados en novedades tecnológicas. No obstante en lo que va de 2015 hemos escuchado desde la incursión de un cuadricóptero en los mismísimos jardines de la Casa Blanca, reportes de uso por parte de ladrones para escudriñar en casas y detectar puertas abiertas o ausencia de sus inquilinos, hasta dos encuentros peligrosamente cercanos, uno con una aeronave comercial sobre el cielo de Tallahassee y otro con un helicóptero en la playa de Aventura.
LEA TAMBIÉN: ¿Qué cosa es el internet de las cosas?
Y es que la proliferación de estos dispositivos se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades en todas las ramas del Gobierno. Organismos de seguridad, policías, departamentos militares y de fronteras. Existen casos comprobados de trasporte de drogas a través de los bordes de los estados de Texas y de Arizona. A este respecto, se ha logrado que los fabricantes de estos dispositivos coloquen limitaciones de fábrica en sus sensores de GPS impidiendo que estos puedan acercarse a aeropuertos, bordes nacionales e instalaciones como La Casa Blanca. Lamentablemente ello no garantiza que delincuentes y terroristas no puedan violar estas configuraciones de fábrica y convertir uno de estos dispositivos en una peligrosa arma.
Una de las medidas que se han discutido e incluso entrado en vigencia en algunos estados es la restricción de operación de los drones a operarios licenciados y asociar su propiedad directamente a ellos, el problema es que la alta sofisticación tecnológica implantada en los robots voladores hace que sea increíblemente sencillo manejarlos, tanto, que existen ya modelos programados para seguir automáticamente a un objeto o una persona en movimiento.
La cantidad de cosas útiles que se pueden realizar con la ayuda de estos nuevos habitantes del espacio aéreo es inmensa: inspección de instalaciones industriales, supervisión de tráfico, control de cosechas, incursión en terrenos peligrosos, monitoreo atmosférico. Definitivamente la solución no es restringirlos al punto de la asfixia pero ese va a ser el reto de autoridades y reguladores buscando el justo equilibrio entre beneficios y amenazas. No muy distinto al arte de mantener un objeto flotando en el aire.
Drones en números
7.500 La cantidad actual de drones simultáneamente en vuelo en el territorio de USA
198 Los incidentes reportados en 2014 con drones en USA
3 El puesto que ocupa el estado de Florida en incidentes con drones
400 El monto en dólares que cuesta un dron perfectamente funcional
200 La distancia en pies a la que se cruzó un dron en marzo pasado con un avión comercial en Tallahassee
*Alberto Scharffenorth es experto en Mercadeo Tecnológico, empresario de telecomunicaciones y Creador de la Fundación Aldea Digital
Twitter: @digitalaldea
