domingo 16  de  febrero 2025
REPUBLICANOS

Trump promete en su coronación cambiar el rostro de Estados Unidos

El magnate hizo un recuento del aumento de la criminalidad en Estados Unidos en los últimos años, algo que ha atribuido a la actual administración del presidente Barack Obama, aunque sin mencionarlo por su nombre

MIAMI.-RUI FERREIRA
Especial

@ruiefe

La coronación de Donald Trump como candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos estuvo precedida de una propuesta inusitada, por su incapacidad de ser cumplida y la demagogia del postulado. La expuso Reince Priebus, el presidente del Partido Republicano al presentarlo: “Donald Trump les vas a ayudar a pagar la hipoteca, el colegio de sus hijos y su jubilación”.

Nunca, en la política estadounidense, ni siquiera durante el lanzamiento de la política del ‘New Deal’ de Franklin Delano Roosevelt, ningún político estadounidense se atrevió a tanto. De hecho, las reglas de la sociedad impiden una generosidad de tal magnitud.

Pero fue la noche de Trump. Esperada por décadas desde que a mediados de los años 70 del siglo pasado comenzó a heredar los talentos de su padre, Fred Trump, quien le enseñó los trucos del desarrollo inmobiliario a partir de una pequeña inversión en edificaciones populares en la barrida de Brooklyn.

Los delegados lo recibieron como un ungido  tras el discurso de presentación de su hija Ivanka en el que, como sería de esperar, todo fueron virtudes personales y familiares y poco de política. Eso vendría más tarde. Pero hubo patriotismo. “Él ama a su país, a su gente. Que lo juzguen por su trabajo, por los trabajos que ha creado. Nadie cree más en ustedes que mi padre. Será vuestro mayor campeón”, dijo su única hija.

Y en eso, Donald Trump ingresó al recinto bajo la batuta de la banda sonora de la película Air Force One donde, alguien como Harrison Ford, interpretó a un mandatario de mentirita. “Delegados y amigos. Yo, muy agradecido, acepto vuestra nominación para la presidencia de Estados Unidos”, dijo. Y fue un momento apoteósico. Como el final de la Guerra de las Galaxias, que Ford también protagonizó.

Trump inició el discurso con un argumento bastante válido, al recordar que su nominación está avalada por el mayor número de delegados que alguna vez un candidato republicano ha obtenido. “Seremos un país sereno pero también de ley y orden. Nuestra convención ocurre en un momento de crisis en que los ataques a nuestros policías amenazan nuestra forma de vida”, subrayó.

“Les garantizo que la violencia en nuestro país terminará muy temprano. A comenzar en enero de 2017 (fecha de toma de posesión) la seguridad será restaurada. La función principal del Gobierno será asegurar la seguridad de sus ciudadanos”, agregó el magnate inmobiliario.

“No nos podemos dar al lujo de ser políticamente correctos por más tiempo. Así que si quieren escuchar las mentiras bien elaboradas y las mentiras de la prensa vaya a la convención de la próxima semana”, puntualizó en referencia a la Convención Demócrata que comienza el próximo lunes.

Trump hizo un recuento del aumento de la criminalidad en Estados Unidos en los últimos años, algo que ha atribuido a la actual administración del presidente Barack Obama, aunque sin mencionarlo por nombre, sino que habló de la ciudad de Chicago, la base política del mandatario. “Esta misma noche allí hay gente en las calles que libremente salen a amenazar a la gente”, dijo.

Esto dio paso a una crítica hacia la inmigración a través de la frontera, donde ha propuesto construir un muro, definiendo a miles de inmigrantes a quienes acusó de ser responsables de una ola de criminalidad. En particular, mencionó el caso de un hispano que tras asesinar a una joven estadounidense fue liberado dos veces y ahora está siendo buscado por las autoridades. “Nadie merece ser sacrificado por una política de fronteras abiertas”, dijo.

En su discurso de una hora, acusó a la administración de no proteger a sus ciudadanos en el exterior, de humillar al país con una política “que no significó nada” en Siria y Libia y devino en un ataque directo a su rival demócrata, la exsecretaria de Estado y al mismo Obama. “Su peor error fue la decisión de poner a Hillary Clinton a cargo de política exterior. Vamos a derrotarla en noviembre”, afianzó y fue recibido con una ovación.

Curiosamente, Trump citó al rival demócrata de Clinton, el senador por Vermont, Bernie Sanders, para describir como el Medio Oriente estaba políticamente estable antes de Clinton llegar al despacho de Foggey Bottom. “Ahora una crisis de refugiados amenaza (el mundo) occidental. Este es el legado de Hillary Clinton. Muerte, destrucción y debilidad”, agregó. Pero, “el legado de Hillary Clinton no debe ser el futuro de Estados Unidos. Hay que cambiar el futuro”.

“El americanismo y no el globalismo debe ser nuestro credo porque debemos asegurar que otros países traten a Estados Unidos como Estados Unidos se merece. El pueblo americano volverá a ser fuerte de nuevo”, dijo. Y su plan es comenzar por garantizar la seguridad “en casa”, en los barrios contra la delincuencia y el terrorismo. Para ello ha prometido la creación de “trillones” de nuevos empleos, aunque no precisó como, para reconstruir “los nuevos Estados Unidos”.

“Mi mensaje es que las cosas deben cambiar y deben cambiar ahora mismo”, subrayó. Y poco después enfatizó: “Yo sé que llegó el momento para la acción, el momento en que la gente no puede defenderse por sí misma y nadie conoce el sistema mejor que yo. Es por eso que solo yo puedo arreglarlo. He visto de primera mano cómo el sistema es usado contra nuestros ciudadanos como lo fue usado contra Bernie Sanders, él nunca tuvo una oportunidad. Jamás”, dijo Trump en un giro muy personalista, asegurando que “miles de demócratas se unirán a nuestro movimiento porque vamos arreglar el sistema”.

En una frase que, posiblemente a la larga será controversial, Trump se comprometió a establecer medidas para garantizar la seguridad en el país. “En esta carrera yo soy el candidato del orden en las calles”, dijo, enfatizando con un gesto enérgico de las manos.

El magnate inmobiliario prometió la destrucción “absoluta y rápida” del Estado Islámico y enfatizó sus planes de crear mecanismos para impedir el ingreso de ciudadanos musulmanes a Estados Unidos. “No los queremos en nuestro país”, agregó, criticando la postura de Clinton de ser benevolente con los refugiados del conflicto en el Levante.

“Quien quiera que sea que apoye la violencia jamás será bienvenido en nuestro país. La inmigración ha provocado una fuente de desempleo, en particular en la comunidad latina y afroamericana. Vamos a crear empleos para el pueblo americano”, ha asegurado.

Trump volvió a insistir en que va a construir un “gran muro en la frontera” para “frenar a las pandillas, las drogas y la delincuencia en nuestras comunidades”. Los delegados a la convención de Cleveland lo aplaudieron hasta el delirio.

“La paz será restaurada cumpliendo las leyes contra los miles que han extendido sus visas de permanencia. Esta noche quiero que todos los americanos, cuyos derechos han sido negados como inmigrantes, y sus políticos, quiero que escuchen esto: el (día que tome posesión) los americanos van a despertar en un país donde las leyes serán respetadas. Vamos a ser considerados por todos, pero mi mayor compasión será con nuestros ciudadanos luchadores”, y el público contestó: “Estados Unidos, Estados Unidos”.

Y, como era previsible, Trump ha prometido acabar con el “Obamacare”, para que “cada uno de vosotros puedan escoger sus médicos”.

Al final de la jornada, Donald Trump aseguró que es el único que puede gobernar a Estados Unidos aunque, al contrario de lo aseverado por el jefe de su partido, nunca se comprometió con ayudar a los estadounidenses a pagar su hipoteca, el colegio de sus hijos y mucho menos la jubilación. “Les digo esta noche a los padres de este país. Estoy con ustedes y ganaré para ustedes”. Y nada más.

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