Son efectivas contra el dolor, tienen propiedades bactericidas y antimicóticas, así como efectos tónicos y estimulantes
La ciencia encargada de la extracción y uso de estos componentes terapéuticos, se conoce desde hace miles de años como herbolaria. (Archivo)
Una planta medicinal es aquella que cuenta con propiedades terapéuticas capaces de combatir ciertas dolencias y ayudarnos a prevenir enfermedades. Al igual que los fármacos, funcionan en base a ciertos químicos llamados ingredientes activos, que eliminan o atenúan síntomas específicos. n
Las drogas vegetales que se obtienen de estas plantas, pueden alojarse en tallos, cortezas, hojas, frutos, semillas o flores, y pueden suministrarse como cápsulas, comprimidos, cremas, infusiones, jarabes, tinturas, ungüentos, entre otros. n
La ciencia encargada de la extracción y uso de estos componentes terapéuticos, se conoce desde hace miles de años como herbolaria, aunque actualmente, los especialistas la denominan fitoterapia. Se le considera una variante de la medicina alternativa, como es el caso de la acupuntura, la bioenergía y la aromaterapia. n
Medicina milenaria n
El uso de remedios de origen vegetal se remonta a la época prehistórica, siendo una de las formas más extendidas de la medicina, pues es una práctica a la que han recurrido todas las culturas conocidas a lo largo de la historia. Los griegos y los romanos fueron los grandes maestros de la herbolaria, pero también las poblaciones autóctonas de los Andes se sirvieron de las plantas para prevenir y aliviar dolencias.
Los indios americanos conocían las propiedades de la coca y la lima; los aztecas, las del cacao, la vainilla, la pimienta, y el tabaco; mientras que los indios norteamericanos curaban con aloe, cáscara sagrada, jalapa, sauce y lobelia. n
Ya en la Edad Media se inicia el comercio de las plantas medicinales, pero es en el siglo XIV que se instaura la verdadera ciencia botánica. Progresivamente se dilucidan las estructuras químicas de los compuestos y comienza un creciente estudio de las propiedades farmacológicas, en función de los llamados principios activos y sus mecanismos de acción. n Fue así como la actual industria farmacéutica tomó los conocimientos tradicionales para replicar sintéticamente los principios activos de los remedios vegetales tradicionales, respetando las etimologías de estos componentes, como en el caso del ácido salicílico, que debe su nombre a la corteza del sauce de donde proviene. n Entre fármacos y esencias n
Las plantas medicinales se agrupan en 2 grandes grupos, el primero incluye aquellas cuyos principios activos, es decir, sus propiedades farmacológicas están destinadas a la farmacopea o a la fabricación de versiones sintéticas. Este constituye el 99.3% del total de los remedios vegetales, y entre sus representantes está la piña o ananás, cuyas propiedades desinflamatorias son la base de un sin número de medicamentos. n
Mientras que, el segundo grupo, reúne a las llamadas plantas aromáticas o de esencia, que representan alrededor de un 0.7 % del total de las plantas medicinales. En esta categoría se incluyen: la lavanda, el geranio, la salvia, la caléndula, la melisa y el tomillo. n Los aceites esenciales son compuestos de varias sustancias orgánicas aromáticas, que pueden ser alcoholes, acetonas, cetonas, éteres aldehídos, y que se producen y almacenan en los canales secretores de las plantas. Estos tienen un reconocido efecto sedante, antiespasmódico y desinfectante. En este grupo encontramos: el hinojo, el eucalipto, el tomillo, la manzanilla, la lavanda, el tilo y el romero. n n n Opciones a la mano n
- Hierbabuena: funciona como antigripal y relajante muscular, además mejora el síndrome de colon irritable y la digestión. n - Equinácea: Nos protege de los resfriados y las infecciones virales, reduce la inflamación y agiliza la cicatrización. n
- Jengibre: descongestionante natural, tiene propiedades antihistamínicas. n
- Regaliz: regula los niveles de testosterona y estimula la fertilidad. También es un excelente antiinflamatorio y alivia los problemas digestivos. n
- Salvia: antiséptico y antiinflamatorio, especialmente recomendado para tratar las picaduras, la varicela y el herpes. n
- Ajo: previene las enfermedades cardiovasculares, la hipotensión e incluso el cáncer. Además, es antiviral y antimicótico. n
- Espino blanco: protege las arterias coronarias, ayudando al corazón a bombear la sangre y rebajando la presión arterial. n - Tomillo: es uno de los mejores antibacteriales naturales, excelente para combatir hongos. Ha sido utilizado históricamente para tratar la bronquitis.