La crisis migratoria que comenzó hace más de dos meses en Costa Rica y que involucra a alrededor 5.000 cubanos varados en ese país centroamericano, no solo causó preocupación en el sur de la Florida ante el posible éxodo hacia esta ciudad y las dificultades que esto conllevaría para las autoridades, sino también por el incierto destino que los inmigrantes enfrentarían.
Días después de que se iniciara un plan piloto, los cubanos están arribando paulatinamente a territorio americano, aunque muchos de ellos no cuentan con las herramientas necesarias para abrirse camino o con familia que los acoja durante los primeros meses, que son los más difíciles.
Pero no todo es gris para los recién llegados. Como señala el periodista Daniel Castropé, en una nota publicada en esta edición, la organización sin fines de lucro Fundación Éxodo 1994 que trabaja con sus propios recursos para ayudar a estos inmigrantes, cuenta en estos momentos con dos unidades para alojar a casi 40 personas, tiene asegurados 100 puestos de trabajo en el campo de la agricultura, y se encuentra preparando un albergue en Homestead con capacidad para 200 cubanos.
Aunque Éxodo, con más de 20 años de servicio, trabaja arduamente en este y otros programas de ayuda para inmigrantes de otros países y mujeres víctimas de la violencia, el apoyo de la comunidad cubana aún es incipiente en un momento en que se necesita su cooperación para concretar estos proyectos que tanto beneficiarían a los más necesitados.
La comunidad de cubanos exiliados en Florida siempre ha contribuido con las causas de sus hermanos, y ahora es tiempo para seguir demostrando que el ideal de libertad que los llevó a comenzar una vida en esta orilla, es una buena razón para brindar una mano.