domingo 16  de  febrero 2025
NEUROSIS

Viviendo un constante desequilibrio

Más del 40% de la población mundial sufre de este trastorno mental, que es caracterizado por el manejo inapropiado de las emociones

BELÉN GONZÁLEZ
Especial

La neurosis es un trastorno mental sin base orgánica que implica un alto nivel de perturbación emocional, siendo sus manifestaciones principales la ansiedad excesiva, los síntomas de histeria, las fobias, las obsesiones y la depresión.

No se trata de un trastorno psicótico, como la esquizofrenia o el delirio, ni de una reacción temporal a una situación estresante, sino de una serie de alteraciones emocionales caracterizadas por un alto umbral de insatisfacción personal, y que, sin el tratamiento adecuado, tienden a ser crónicas o recurrentes.

El término neurosis, que significa literalmente “lleno de nervios”, fue establecido en el año 1769 por el médico escocés William Cullen para denominar a las llamadas “enfermedades nerviosas”, que incluían todos aquellos trastornos generales del sistema nervioso que no podían explicarse desde un punto de vista fisiológico.

Hoy en día, la neurosis, también conocida como "trastornos del afecto", es considerada por la Organización Mundial de la Salud como la enfermedad más común del planeta, pues afecta, en mayor o menor medida, a más del 40 por ciento de la población mundial.

Conflictos internos

Las personas con neurosis son aparentemente sanas porque se mantiene conectadas a la realidad, pero no son capaces de enfrentar las situaciones estresantes de una manera normal y realista.

Por el contrario, y como mecanismos de defensa, recurren a la negación, el desplazamiento, la proyección, la racionalización, la fijación, la regresión, las fantasías, la formación reactiva, la conversión y el aislamiento, provocando un funcionamiento incorrecto a nivel social, familiar y laboral.

Los especialistas coinciden en que el origen de la neurosis está en los conflictos psíquicos inconscientes del individuo, quien ante situaciones que le generan angustia deja salir sus impulsos agresivos, pero de manera disimulada para acallar su conciencia.

Este comportamiento se vuelve habitual, transformando al paciente en un individuo con una memoria deformada, mal carácter, tendencia a idealizar a la familia, los amigos o la pareja, que se victimiza, manipulador, exagerado en pensamientos acciones y palabras.

Generalmente, tienden a caer en las drogas, en la promiscuidad, e incluso en la autoagresión. Todas estas reacciones no son más que válvulas de escape a una presión que no sabe cómo manejar.

Síntomas neuróticos

La neurosis esta caracterizada por una serie de síntomas entre los que destacan la depresión o distimia, que implica un estado de ánimo melancólico, triste y afligido, así como la ciclotimia, un trastorno del humor considerado una forma suave de trastorno bipolar, que es caracterizado por cambios irregulares y abruptos en el estado de ánimo; la angustia descontrolada ante peligros irreales, ilógicos o desconocidos.

Están también la ansiedad persistentes, las fobias, la obsesión y la compulsión, además de la distorsión del pensamiento racional, evidente en rasgos como la exageración, la generalización y el enfoque negativo, los celos compulsivos y los trastornos somatoformes, como se define al somatizar los conflictos emocionales con síntomas físicos como: dolor, náuseas, debilidad, problemas respiratorios o estomacales, entre otros.

Finalmente en este grupo están los trastornos que disocian, que implican fallos en la memoria, conciencia, identidad y/o percepción, así como los trastornos adaptativos y los trastornos de la personalidad.

Tomando conciencia

Este trastorno es un problema que acompañará a quien lo padece a lo largo de su vida, pero existen herramientas para minimizar su impacto. En este sentido, la base del tratamiento es reducir los niveles de angustia y ansiedad a través de estrategias de psicoterapia.

Algunos de estos métodos son la terapia por autocrítica, que promueve un conocimiento personal que permite descubrir el origen de la neurosis, la terapia Gestalt, en la que se analizan las experiencias a partir de las emociones, la terapia conductual que trabaja generando cambios en conductas indeseables a través de tres métodos: desensibilización, saturación y condicionamiento aversivo, y finalmente la terapia de grupos que busca consolidar la autoconfianza.

En todos los casos, el objetivo es común: modificar la conducta emocional del paciente para que aprenda a manejar correctamente los síntomas neuróticos.

LEA TAMBIÉN:

Temas

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar