jueves 21  de  marzo 2024
PAÍS EN CRISIS

Racionamiento eléctrico profundiza la crisis económica en Venezuela

El 70% de las industrias del país ya registraron una caída de la producción antes de enfrentar los apagones

CARACAS.-PEDRO PABLO PEÑALOZA
Especial

El racionamiento eléctrico, impuesto por el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, que incluye la reducción de la jornada laboral y otorga tres días libres a la semana a los trabajadores de la Administración Pública, le baja el suiche al sistema productivo nacional, así lo denuncian expertos y representantes gremiales.

“Ya existe una paralización de empresas manufactureras por falta de materia prima, y ahora con las interrupciones del proceso productivo se dañan equipos, tarjetas electrónicas y cuesta arrancar los sistemas”, advirtió el vicepresidente de la patronal venezolana Fedecámaras, Carlos Larrazábal.

Desde este lunes 25 de abril comenzó a regir en casi todo el país un plan de “ahorro” energético que se extenderá, al menos, durante 40 días. El servicio será interrumpido diariamente por un lapso de cuatro horas, en el marco de las medidas especiales que está adoptando el Ejecutivo nacional para paliar la crisis eléctrica, cuyas causas atribuye al fenómeno meteorológico de El Niño y la prolongada sequía que afecta al complejo hidroeléctrico de Guri, ubicado en el estado Bolívar.

Además de los cortes de luz, el vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz, anunció el martes 26 de abril que los días miércoles y jueves no serán laborables para los funcionarios públicos, que ya tenían los viernes libres y solo trabajaban medio turno el resto de la semana.

Usuarios del metro de Caracas esperan a que se restablezca el servicio tras uno de los programados apagones. (EFE)

El presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, cuestionó la respuesta del Gobierno en un país que “necesita tiempo para trabajar, 24 horas si es posible, para poder recuperar todo el terreno perdido en la producción de bienes y servicios”.

“No solamente nos enfrentamos a todos estos mecanismos de controles que dependen de la burocracia del Estado, sino que ahora se nos cierran los espacios para poder cumplir con los permisos y las actividades que tienen que ver con el aparato burocrático del país, que se restringe a dos días”, expresó el portavoz de los empresarios.

Martínez señaló que la situación que enfrenta el sector privado este año es tan grave, que ya se pone en riesgo su desempeño en 2017. “Todos los informes que tenemos de las industrias y las empresas están comprometidos”, enfatizó.

Números rojos

El ministro de Comercio Exterior, Jesús Faría, reconoció en una entrevista concedida al canal de noticias Globovisión, el miércoles 27 de abril, que Venezuela padece “un cuadro macroeconómico difícil”.

Un grupo de personas protesta por el racionamiento eléctrico frente a una panadería, que fue
saqueada durante una manifestación en Maracaibo. (EFE)

“Uno de los más complejos de los últimos años”, prosiguió Faría, “pero hay una explicación que es objetiva, que escapa del alcance y del control del Gobierno, y es el impacto que ha tenido la caída brutal de los precios de petróleo”.

Para ilustrar el desmoronamiento de las finanzas públicas, el presidente Nicolás Maduro detalló el 14 de marzo que en los primeros dos meses de 2016 la República percibió 147 millones de dólares por la venta de petróleo. “Hace un año estaban ingresando al país 3.500 millones de dólares”, comparó el Jefe de Estado.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) calculó que, a consecuencia del desplome de los precios del crudo, Venezuela recaudó en 2015, por concepto de renta petrolera, entre 20 y 25.000 millones de dólares. En 2013 ese monto superó los 80.000 millones.

El pronóstico del FMI sobre la economía venezolana es realmente dramático: 700% de inflación y un retroceso del Producto Interno Bruto (PIB) de 8%. “Con este choque petrolero, de alrededor de 20 puntos del PIB, la situación económica claramente no es sostenible en el mediano plazo en Venezuela”, declaró Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, a la agencia Efe.

Un informe de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) reveló que 70% de las industrias del país registraron una caída en sus niveles de producción en 2015. De acuerdo con Conindustria, la capacidad utilizada por las empresas está por debajo de la mitad (43,87%) debido a una mezcla explosiva de razones que pasan por la incertidumbre política, la falta de proveedores y divisas, los controles de precios y el descenso de la demanda provocada por la inflación y la destrucción del poder adquisitivo. 

La firma Ecoanalítica elaboró dos hipótesis sobre el desempeño del PIB venezolano en 2016. “Nuestro escenario base con una contracción de 6,5%, y un segundo escenario, con un supuesto de colapso en el sistema eléctrico, con una contracción de 11,3% en base interanual. Dada las condiciones actuales respecto al racionamiento eléctrico, este segundo escenario es factible”, concluyeron.

En aprietos

La economista Anabella Abadi sostiene que “la pobre infraestructura y la calidad de los servicios públicos, son una importante traba que desincentiva el desarrollo de los negocios en Venezuela”.

Abadi destaca que “los cortes no programados limitan enormemente la productividad e incluso generan daños en los equipos industriales y comerciales, mientras que los programados –de ser cumplidos- permiten a los empresarios organizar los procesos productivos, pero igualmente condicionan su desempeño”.

“Tú no estás operando, no puedes abrir tu negocio, pero tienes que pagar impuestos, un mínimo de carga eléctrica y un mínimo de agua. Estamos pagando sin producir ni recibir los servicios”, describe Cipriana Ramos, presidenta de Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio).

Ramos subraya que esta situación altera el rendimiento de los trabajadores, que en el sector privado tampoco pueden cumplir con su jornada completa. “Tenemos que hacer malabarismos para mantener a un trabajador medianamente tranquilo frente a la situación del país, pero además ahora llegan trasnochados a la oficina porque no pudieron dormir por la falta de luz. Esto afecta muchas cosas”, resalta la vocera de Consecomercio.

El coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete), Servando Carbone, cree que en la práctica el Gobierno del llamado “Presidente obrero” está “imponiendo un paro” en Venezuela. A la falta de materia prima, resalta el dirigente sindical, ahora se suman los cortes de luz que obstaculizan la labor del sector productivo.

Carbone sospecha que la culpa de la crisis no la tiene El Niño sino “el fenómeno de la estafa”, que habrían perpetrado altos funcionarios de la revolución con los contratos del sector eléctrico. Además, denuncia que las empresas que fueron expropiadas por el Gobierno terminaron “quebradas” en manos de militares.

El representante de Unete apunta que la recesión económica amenaza la estabilidad de los puestos de trabajo y, en particular, expresa su preocupación por los efectos del racionamiento sobre la administración de justicia y los distintos servicios que deben prestar las instituciones del Estado venezolano.

“Voy a una inspectoría y no hay despacho. Lo mismo pasa en los tribunales. Este racionamiento es un pretexto ante la incapacidad del Gobierno para controlar la situación. ¿Cómo puede progresar un país así?”, se pregunta Carbone.

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