CARACAS.- REDACCIÓN
Nadie en Venezuela puede decir que quedó en el olvido el expresidente Chávez, cuya figura todavía inspira sentimientos intensos de amor y odio casi por igual, en esta nación sudamericana amargamente dividida por la política
CARACAS.- REDACCIÓN
Seguidores del fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez, con el actual mandatario Nicolás Maduro a la cabeza, participaron en una serie de actos organizados este sábado en Caracas y otras ciudades el Venezuela, para conmemorar lo que han llamado "la siembra del comandante eterno" a tres años de su muerte, tras combatir por casi dos años un cáncer y cuyos pormenores aún se desconocen.
Tras arribar a la capital venezolana, los mandatarios Evo Morales, de Bolivia; Daniel Ortega, de Nicaragua; y Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador, participaron junto a Maduro en un foro donde resaltaron el liderazgo del fallecido presidente en la promoción de la integración en América Latina y el Caribe.
Han sido “tres años difíciles y aquí estamos. Aquí está el pueblo venezolano de pie, listo para nuevas batallas, listos para seguir luchando por la verdadera independencia y la verdadera dignidad, tres años de lealtad absoluta, tres años de amor, tres años de lucha y Venezuela seguirá la senda de la revolución bolivariana. Que viva el legado de Hugo Chávez!”, dijo Maduro en un discurso televisado en alusión a la permanencia del proyecto de Chávez de convertir a esta nación sudamericana en un Estado socialista.
Todos los oradores se refirieron al decreto ejecutivo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que declaró a Venezuela una amenaza para la seguridad norteamericana, el cual fue extendido por un año, informó dpa.
Ortega ofreció unas palabras en las que destacó su amistad con el fallecido presidente. Dijo que la ratificación del decreto de Obama es algo "tan grave como el bloqueo que tiene Estados Unidos contra Cuba". "Esa medida agresiva es una amenaza contra el pueblo bolivariano", añadió.
Asimismo, instó a Maduro a llevar el caso a las Naciones Unidas para que los países voten "a favor de que se levante esta medida agresiva, esta amenaza contra el pueblo bolivariano".
Chávez "nos enseñó a no tenerle miedo al imperio", señaló Morales en su discurso, en referencia a Estados Unidos.
"Como ser humano, (Chávez) era gran solidario, como hermano latinoamericano, gran integracionista, y como político era uno de los políticos de América Latina y el mundo antiimperialista, que nos enseñó a no tenerle miedo al imperio", dijo.
Agregó que aunque Chávez no esté vivo, "sus sentimientos, su lucha y sus principios siguen con vida para futuras generaciones y otras revoluciones".
"Oligarquías latinoamericanas: respeten nuestras revoluciones democráticas y pacíficas, y si no las respetan quiero que sepan que hay otras maneras de lucha, otras formas de liberar a nuestros países y vamos a ver quién pierde, si las oligarquías o el pueblo", aseveró.
A su vez, Sánchez Cerén inició una arenga con la consigna repetida de "Chávez vive, la lucha continúa".
El mandatario salvadoreño dijo que recordaba al "comandante" por su "incansable trabajo por la integración y la independencia de los países latinoamericanos y por su amor inagotable por los pueblos de nuestra América".
Luego, los jefes de Estado se trasladaron al Cuartel de la Montaña -un antiguo museo militar donde el otrora teniente coronel comandó un fallido golpe en 1992- y allí rindieron honores a Chávez ante el monumento en que se encuentran sus restos.
En el Cuartel se realizó una ceremonia, a la que asistieron también los mandatarios Ralph Gonsalves, de San Vicente y las Granadinas; y Gaston Browne, de Antigua y Barbuda; así como el vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y muchos de sus familiares, entre ellos las hijas de Chávez, Rosa Virginia y María Gabriela.
Maduro sin popularidad
El peso de la crisis y las críticas a la gestión de Maduro han golpeado su popularidad, que ha caído en los dos últimos años. Como salida a la compleja crisis que enfrenta el país, la coalición opositora venezolana ha planteado recurrir de forma simultánea a la vía de la enmienda constitucional, el referendo revocatorio o la renuncia para adelantar el fin del gobierno de Maduro, quien ha dicho que nadie lo sacará del cargo.
Pese a las dificultades que padecen en su vida diaria, muchos venezolanos lamentan su pérdida y están convencidos que de estar vivo enfrentaría la crisis mejor que sus herederos.
“Maduro está rodeado de gente que no sirve, no lo está haciendo bien; pero hay que apoyarlo porque eso nos lo pidió Chávez'', dijo Alfredo González, un jubilado de 74 años, que observaba los ensayos para homenajear al fallecido mandatario que llegó al gobierno en 1999 y fue reelegido en tres ocasiones, la última de ellas en diciembre de 2012.
“Nunca lo olvidaremos. Es una pena que se haya ido tan pronto”, agregó María Valero, ama de casa de 33 años, quien destacó entre los logros de Chávez los servicios de salud gratuitos prestados por médicos cubanos, las viviendas públicas y las computadoras portátiles para los niños de escasos recursos.
Otros están lejos de sentir pena al recordarlo y lo culpan de la crisis, que la ven como consecuencia de años de un severo control estatal que minó el sector productivo privado e hizo al país cada vez más dependiente de la renta petrolera.
“Maduro es culpable de no cambiar las cosas, pero este desastre es la herencia que le dejó Chávez”, afirmó Carmen Araujo, una auxiliar de odontología de 27 años. “(Chávez) hizo algunas cosas buenas, hay gente que no lo reconoce; pero también le hizo mucho daño al país, sembró mucho odio, persiguió a los empresarios, a los comerciantes, y ahora estamos pagando las consecuencias”.
Los críticos del gobierno asocian la inflación y el desabastecimiento al agotamiento de un modelo económico instaurado por Chávez caracterizado por el control de precios y de cambio vigente desde 2003 y el crecimiento del gasto público que ha llevado a aumentar el dinero circulante en la economía a niveles nunca vistos.
Chávez murió el 5 de marzo de 2013, luego de una batalla de tres años contra un cáncer que no le permitió asumir un tercer mandato. En torno a la muerte del mandatario existen una serie de dudas y por ende de historias, según las cuales Chávez pudo haber fallecido el 30 de diciembre de 2012, cuando estaba recluído en un hospital de Cuba, donde no recibía visita ni siquiera de sus seguidores más fieles que lo intentaron.
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