CARACAS.- LEÓN HERNÁNDEZ
@El_leon
Kluivert Roa, adolescente de 14 años de edad -asesinado por un policía venezolano durante manifestaciones ocurridas este martes, en el estado Táchira, al occidente del país- fue sepultado la tarde de este miércoles, en medio de una comunidad conmocionada por el crimen que le segó la vida.
Numerosas personas acompañaron a la familia del joven, quien era scout. En caravana, familiares, conocidos y otros que por indignación se sumaron, despidieron al estudiante. En el lugar donde cayó su cuerpo, fue colocado un altar por ciudadanos que reclamaron justicia.
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Durante el acto velatorio, Erickson Daniel Roa Sánchez, de 22 años, hermano del fallecido, ofreció declaraciones exclusivas a DIARIO LAS AMÉRICAS sobre la muerte de su hermano.
Salida del colegio se convierte en terreno de guerra
La Universidad Católica del Táchira, escenario de numerosas manifestaciones contra el régimen de Nicolás Maduro en lo que va de año, también era lugar de protestas este martes. A tan sólo unas cuadras, Kluivert Roa tomaba camino a casa, sin saber que en el arma de un policía represor estaba una bala con su nombre.
“Él acababa de salir del colegio donde estudiaba, que está a escasas cuadras de la Universidad Católica del Táchira. Él iba saliendo del colegio a las 11:30 y precisamente iba pasando la manifestación. Cuando a ellos les dan rienda para salir, venía la Policía. Cuando pasó la Policía, ellos salieron corriendo… imagínese, con esas escopetas y eso… ellos salieron a ver si se protegían detrás de un carro y un funcionario que iba sentado atrás en una moto, se bajó y le metió un culetazo que lo tumbó al piso. Y estando él en el piso, le dio un tiro a mansalva en el cráneo”, señaló Erickson.
Un inocente alcanzado por la represión
“Él estudiaba octavo grado de educación básica. A mi hermano le gustaba estar siempre activo, jugando en el colegio. Salir, ir a entrenar con sus ‘panteritas’ [el equipo de baloncesto] en su escuela, hacer las tareas. Un niño que le gustaba ir a la iglesia cristiana, a pedirle al Señor”, indicó el hermano de la víctima.
Antes de condenar el homicidio, el presidente Nicolás Maduro manejó la hipótesis de que los jóvenes habían atacado a los funcionarios policiales, orientados por “la derecha”. Erickson no ocultó la indignación que le generó conocer las primeras versiones del crimen, ofrecidas por Maduro.
“¡¿Qué va a estar participando un niño cristiano en una protesta?! Eso que dijo el señor presidente, que no hay que llamarlo señor, porque no tiene respeto por nadie, de qué él pertenecía a una secta de la derecha, ¿cómo él va a decir eso?, ¿él conoce a la familia? No la conoce. ¿Él quiere tapar el Sol con un dedo?, ¿qué es lo que quiere?”.
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Exigen justicia a Venezuela
“¿Qué vamos a hacer? Esperar a ver qué puede suceder, a ver qué pasa de acá a mañana, qué declaraciones da el tipo, porque el tipo, el policía, se declaró culpable. Y esperar a ver qué sucede, seguir con la justicia. Pedirle justicia a Venezuela, porque esto no puede quedar así”, clamó el hermano de Kluivert.
Mientras, el gobernador del estado Táchira, José Gregorio Vielma Mora, lamentó el crimen, calificándolo como un “hecho aislado”.
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Solo en el mes de febrero, siete jóvenes murieron en extrañas circunstancias en Venezuela. Además de Kluibert Roa Núñez, el 17 de febrero, dos estudiantes de la Universidad de los Andes fueron hallados muertos en un matorral, maniatados y con disparos en la cabeza; un estudiante tachirense fue hallado sin vida el 19 de febrero, con un disparo en la cabeza; un joven tricampeón de Kempo, de 16 años, murió el viernes 20 de febrero en la noche, a causa de un disparo que recibió durante un robo en un autobús y en la madrugada del sábado 21 de febrero encontraron muertos a dos jóvenes que habían participado el día anterior en una protesta.
