domingo 6  de  julio 2025
BRASIL

Censura en redes sociales se afianza de cara a comicios de 2026

Expertos dicen que el Tribunal Supremo de Brasil actúa con trasfondo político al estrechar censura a las redes sociales y coartar derechos con discrecionalidad

Por Sofía Nederr

BRASILIA.- La censura en Brasil alcanzó otro eslabón tras la decisión del Tribunal Supremo de estrechar las normas para las redes sociales. El máximo tribunal decidió el 26 de junio unas reglas que afectan a X, TikTok, Instagram y Facebook, empresas que en adelante deberán eliminar "de inmediato" publicaciones que violen la ley, sin esperar la orden de un juez.

De esta manera, tendrán que retirar contenidos que promuevan acciones antidemocráticas, terrorismo, discursos de odio, pornografía infantil y otros crímenes graves.

8 de los 11 magistrados del máximo tribunal avalaron la "inconstitucionalidad parcial" del artículo 19 del llamado Marco Civil de Internet. Vigente desde 2014, esta norma surgió para proteger los derechos civiles en el entorno digital, incluyendo la neutralidad de la red, la libertad de expresión y la privacidad.

El artículo cuestionado por la Corte establece que las empresas tecnológicas solo son responsables si se niegan a acatar un mandato judicial para suprimir los contenidos cuestionados.

El constitucionalista brasileño Andrés Marsiglia expresó que la norma que busca eliminar, sin orden judicial, contenido "antidemocrático", "terrorista", "discriminatorio", "de odio a las mujeres", "homofóbico y transfóbico", "que induzca al suicidio", se basa en conceptos "que son lo suficientemente subjetivos como para resultar en censura”.

En un análisis en X, Marsiglia indicó que que, en caso de duda y para evitar sanciones, las plataformas “optarán por eliminar el contenido excesivo y quienes no estén satisfechos tendrán que emprender acciones legales". Refirió que la pornografía infantil ya está eliminada por las políticas internas de las redes sociales.

El abogado, también especialista en libertad de expresión, consideró que la tesis defendida por el tribunal se enfrenta a la

la subjetividad de los conceptos de contenido a eliminar, así como a la indiferencia entre el texto y el contexto. Esto último, “da lugar a interpretaciones literales de las publicaciones, con el mismo tratamiento para diferentes publicaciones”.

Otro aspecto resaltado por el experto es el relativo a la ausencia de un organismo de control. En este sentido, el Tribunal Supremo de Brasil “asume que las empresas se autorregularán, pero no indicó un organismo responsable de supervisarlas”.

Andrés Marsiglia también ha enfatizado que la regulación de internet en Brasil busca reducir la fuerza electoral que ha tenido la derecha en los últimos 7 años.

“En 2018, la derecha llegó al poder a través de las redes sociales; en 2022, su fuerza en las redes sociales condujo a las elecciones más censurables de la historia. En 2024, Twitter fue suspendido; en 2026, tendremos regulación, y dicen que es porque la derecha está desinformando. No se trata de las redes sociales”, puntualizó.

En agosto de 2024, uno de los jueces del tribunal supremo, Alexandre de Moraes, bloqueó temporalmente el acceso a la red X por negarse a acatar órdenes judiciales sobre el combate a la desinformación.

Censura disfrazada

El argumento del presidente de la Corte Suprema, juez Luis Roberto Barroso, es que el tribunal preserva "en la mayor medida posible la libertad de expresión, sin permitir, sin embargo, que el mundo caiga en un abismo de incivilidad, legitimando discursos de odio o crímenes indiscriminadamente practicados en la red".

Por su parte, el magistrado Kassio Nunes, uno de los tres en votar por mantener el artículo del Marco Civil de Internet dijo que “la responsabilidad civil es principalmente de quien causó el daño" y no de las plataformas.

Lucas Ribeiro, internacionalista y periodista brasileño, señala que “siempre hay una manera disfrazada” de aplicar la censura mediante el argumento de proteger a los ciudadanos.

En entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, Ribeiro señala que el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva no tiene mayoría en el Congreso y por eso descansa en las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia: de 513 diputados, el oficialismo tiene cerca de 85.

“El gobierno hoy tiene el apoyo de la Suprema Corte de Brasil, la cual está cada vez más parecida a Venezuela: tiene una incidencia, cierto tipo de compromiso con el Partido de los Trabajadores (PT). Cuando al PT no le alcanzan las iniciativas por el Congreso, lo hace por la Suprema Corte. El partido de Lula y la Corte son como una sola cosa”, indica.

Lucas Ribeiro insiste en que, en Brasil el gobierno parece más un apéndice del máximo tribunal: “Hay una dictadura del poder judicial que atropella el Congreso e impone sus reglas. Con esta última decisión sobre las redes sociales, el tema ya fue al Congreso que dijo que no quería votar sobre el Marco Civil de Internet. La Corte alegó que hubo omisión”.

El analista añade que la decisión de la Corte sobre las redes sociales conlleva a la autocensura porque impone que respondan por lo que otros dicen.

Además, acota, el asunto es discrecional por cuanto cualquier mensaje puede ser señalado como discurso de odio, fake news, machismo o misoginia.

“Antes había el principio de la neutralidad de la ley. Las redes sociales no pueden responder por crímenes que alguien hace. Son responsabilidades individuales. Con miedo a demandas judiciales, las redes sociales comenzarán a sacar un montón de contenido”, señala.

Ribeiro añade que es posible que posteriormente se defina el organismo o el funcionario que funja como una suerte de “ministerio de la verdad” para vigilar por los contenidos en redes sociales.

“De alguna, la Suprema Corte e instituciones menores ya estaban haciendo esto, pero lo que pasaba es que cuando había un problema, se hacía una demanda y allí había una decisión de un juez por sacar un contenido, pero ahora es de una manera más amplia la posibilidad de censura”, puntualiza.

Debilidad en redes sociales

Por otra parte, el internacionalista y periodista Lucas Ribeiro señala que “tanto Lula como el PT están muy débiles en redes sociales” y el gobierno tampoco tiene grandes resultados en estas plataformas.

“El gobierno tiene bajísima popularidad y la oposición crece en las redes sociales. Entonces, ellos no tienen capacidad de responder en esas redes. Solo tienen algunos órganos de la prensa tradicional y del gobierno”, enfatiza.

Agrega que, de cara a las elecciones de 2026, el máximo Tribunal está “con un poco de miedo porque ve que hay un crecimiento de sectores conservadores y de la derecha en general en el Brasil y son quienes puede sacar a los magistrados es el Senado, si se logra la mayoría. Podría haber juicios a los magistrados, hay mucho abuso de poder”.

@snederr

FUENTE: Con información de Diario Las Américas/AFP/ Revista Oeste

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