FLORIDA.- En un análisis detallado de la reciente reunión bilateral entre Cuba y Estados Unidos sobre migración, surge una perspectiva diferente respecto a las causas de la creciente ola migratoria en la región. Aunque las declaraciones del viceministro de la dictadura cubana Carlos Fernández de Cossío acusan a Washington de ser responsable de los éxodos, las estadísticas revelan una realidad distinta.
Según reseña Diario de Cuba, contrario a la narrativa que atribuye la migración a las sanciones estadounidenses, datos recientes muestran que países como México, Honduras y Guatemala encabezan la lista de emigrados hacia Estados Unidos desde 2020. Cuba y Venezuela contribuyen con porcentajes menores, desafiando la afirmación de que las sanciones son el principal impulsor de la migración.
El análisis revela que, más allá de las acusaciones políticas, la ola migratoria tiene raíces profundas en los problemas internos de Cuba y Venezuela. Ambos países enfrentan desafíos significativos, desde élites corruptas hasta sistemas de gobernanza que perpetúan la miseria y restringen las libertades políticas y civiles.
Además, destaca que las protestas en Cuba en julio de 2021 no estaban dirigidas contra las sanciones estadounidenses, sino que clamaban por "libertad" y el fin de las restricciones internas impuestas por el régimen. Este enfoque en la falta de libertades internas emerge como un factor crucial en la migración masiva.
Negocio global
La investigación revela además que la migración se ha convertido en un negocio orquestado por las dictaduras de Nicaragua, Cuba y Venezuela. Estas naciones buscan objetivos económicos y políticos, aprovechando la coyuntura global de tensiones, especialmente en Ucrania e Israel.
El informe sugiere que la estrategia multipropósito de estas dictaduras convierte la migración en una herramienta política y económica. Desde la generación de recursos financieros hasta la disminución de la presión interna y la búsqueda de levantamientos de sanciones, se plantea que estas dictaduras tienen motivaciones claras.
Desde una perspectiva geopolítica, se argumenta que estas acciones pueden estar vinculadas a un servicio prestado al eje Moscú-Teherán-Beijing. Se sugiere que estas dictaduras latinoamericanas contribuyen a crear tensiones en América Latina como parte de una estrategia global de desestabilización.
La migración desde países latinoamericanos hacia Estados Unidos tiene raíces internas profundas, y la falta de libertades económicas, civiles y políticas internas es el verdadero bloqueo que impulsa este éxodo. En lugar de abordar el problema con nuevas inyecciones de recursos, es necesario un cambio en el régimen de gobernanza para restaurar la prosperidad y la participación plena de los ciudadanos en el desarrollo de sus naciones.
FUENTE: Con información de Diario de Cuba