LA PAZ.-EFE
El mandatario, que gobierna Bolivia desde el 2006, busca apoyo para que la población vote "Sí" a ese cambio que le permitirá la nueva candidatura y aspirar a un cuarto periodo hasta el 2025
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El presidente de Bolivia, Evo Morales, se quejó este martes de una "guerra sucia" de parte de la oposición, pero dijo que no se rendirá y confía en ganar en el referendo que dentro de 12 días dirimirá si puede volver a postular a la Presidencia en 2019.
El gobernante se refirió al tema en una entrevista con los medios de comunicación estatales, en la que también insistió en negar la denuncia de un supuesto caso de tráfico de influencias a favor de una firma china de la que es ejecutiva una de sus exparejas.
Morales leyó mensajes extraídos, según dijo, de redes sociales en los que se le llama "indio", "mari…", "drogadicto" e "ignorante", mostró "memes" en los que se le compara con monos, llamas y cerdos y un vídeo en el que una opositora lo tilda de "narcotraficante".
Sostuvo que esta clase de mensajes "inundan" las redes sociales, que la derecha coincide con el Gobierno de EEUU en considerarlo un "narcotraficante" y también rechazó las duras críticas que le hizo hace poco el escritor cubano Carlos Alberto Montaner en el artículo "Una calamidad llamada Evo", publicado en el Nuevo Herald.
Aseguró que las acusaciones no le "desmoralizan" pero las hace públicas para que el pueblo sepa que "soporta" mentiras y ofensas y que, en su criterio, son hechas contra todo el movimiento indígena.
Agradeció los apoyos que recibe "pese a tanta guerra sucia" y acusó a la oposición de querer destrozarlo porque es un "indio" que ha cambiado Bolivia con sus políticas.
Enfatizó en que el pueblo debe preguntarse qué ofrece la derecha para impulsar el "No" a la reforma constitucional que se votará el próximo 21 de febrero, en el que se dirimirá si los bolivianos aceptan o no que vuelva a postular a la Jefatura de Estado en 2019.
El mandatario, que gobierna Bolivia desde el 2006, busca apoyo para que la población vote "Sí" a ese cambio que le permitirá la nueva candidatura y aspirar a un cuarto periodo hasta el 2025.
Morales volvió a sostener que la derecha usa "mentiras" sobre su vida privada e insistió en rechazar la denuncia de que la empresa china CAMC Engineering supuestamente firmó contratos con el Estado porque en la misma trabaja Gabriela Zapata, expareja del mandatario con la que en 2007 tuvo un hijo que falleció poco después.
La polémica sobre Zapata, que hoy tiene 29 años, ha ocupado parte de la atención mediática porque vive en una lujosa casa, no se sabía hasta ahora del niño que tuvo con Morales y porque la empresa china firmó contratos con el Estado por 566 millones de dólares.
El gobernante sostuvo la semana pasada ante los medios que no veía a Zapata desde el 2007 pero después ambos posaron en una foto durante una fiesta de carnavales, al parecer del 2015.
Al respecto, explicó este martes que esa foto era casual y el resultado de que siempre le piden posar para las fotografías.
"Yo me acuerdo: una señora con cara conocida se acercó para hacerse sacar una foto en el carnaval. Es una verdad. ¿Quién es esta? Es una cara conocida y cuando ya se hace sacar la foto yo (dije) creo que es la Gabriela. Y de eso hacen escándalo", relató Morales sobre el momento en que se produjo la imagen.
El gobernante también reiteró que no sabía que Zapata trabaja para esa empresa y que su Gobierno ha anulado uno de esos contratos por incumplimiento en los plazos de construcción de un ferrocarril.
Esa decisión prueba que no hay tráfico de influencias, afirmó.
Morales concluyó la entrevista expresando su seguridad de que el "Sí" ganará el referendo del 21 de febrero, aunque las encuestas conocidas hasta ahora se contradicen sobre si hay o no apoyo mayoritario a su intento de volver a ser candidato.
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