CIUDAD DE GUATEMALA.- Este domingo, más de 400 policías guatemaltecos realizaron un operativo en la cárcel de máxima seguridad "El Infiernito", en el cual trasladaron a 225 miembros de la pandilla Barrio 18 que se encontraban internados allí. Los pandilleros habían transformado el penal en su feudo personal, con lujos inusuales como televisores, refrigeradores, animales de granja, y hasta un "call center" desde donde organizaban extorsiones y otros crímenes.
"Ya no queda ningún reo en 'El Infiernito'. Esta cárcel vuelve a estar bajo el control del Estado. La reestructuraremos para convertirla en una prisión de máxima seguridad," declaró el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, en su cuenta de X.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://twitter.com/FJimenezmingob/status/1797305225021170019&partner=&hide_thread=false
"Será repoblada conforme a las condiciones que deben prevalecer en un centro de detención. Son prisiones, no lugares de vacaciones," añadió Jiménez, subrayando las comodidades que los líderes de la pandilla disfrutaban en el penal.
Las imágenes oficiales revelaron que los internos disponían de aire acondicionado, televisores y refrigeradores en "El Infiernito", situada en el departamento de Escuintla, a 70 km al sur de la capital. Además, se encontraron animales de granja, incluyendo pollos y gallinas, e incluso una laguna con cocodrilos, detalló el ministro en un video compartido en X.
En una inspección previa, la policía había desmantelado un "call center" equipado con teléfonos celulares y conexiones a internet dentro de la prisión.
El ministro Jiménez culpó a las administraciones anteriores por permitir que los criminales se apoderaran de las cárceles. "Primero vamos a encontrar todas las caletas (escondites para dinero, armas o celulares), aunque tengamos que derribar todas las paredes y levantar todo el piso. Luego, la convertiremos en una auténtica cárcel de máxima seguridad, con estrictos controles y uso de tecnología," aseguró.
La operación se llevó a cabo tres días después de que el presidente Bernardo Arévalo admitiera que algunas zonas de la capital están "prisioneras" de las pandillas, respondiendo a un llamado de la ONU para frenar el reclutamiento de menores por parte de estas bandas.
Las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha continúan disputándose el control de territorios para cobrar extorsiones a transportistas y comerciantes, entre otros. Las autoridades señalan que aquellos que se niegan a pagar son asesinados. La mayoría de las llamadas de extorsión se realizan desde las cárceles.
En 2023, la violencia criminal dejó 4.361 homicidios en Guatemala, con una tasa de 25 por cada 100.000 habitantes. La mitad de estos homicidios son atribuidos al narcotráfico y a las pandillas, según datos oficiales.
FUENTE: Con información de AFP