LA PAZ.- Faltan dos años para las elecciones de Bolivia y ya se vive un clima político de mucha incertidumbre. Desde las trincheras del oficialismo y la oposición prevalece la división, mientras el país está sumido en un caos económico.
LA PAZ.- Faltan dos años para las elecciones de Bolivia y ya se vive un clima político de mucha incertidumbre. Desde las trincheras del oficialismo y la oposición prevalece la división, mientras el país está sumido en un caos económico.
Por el lado del oficialismo, se observa que el presidente Luis Arce ya no tiene el afecto de la gente. Las encuestas las pierde por la crisis económica que el niega pero que el 80% de los bolivianos le enrostra su existencia.
Los casos de corrupción también entran en la escena y desde ya se dice que no sería el mejor candidato de la izquierda para 2025. El Oficialismo abriga la esperanza de que sea solo un mal momento y pase.
En una entrevista, Arce dijo que Bolivia es la economía más estable con unos indicadores financieros solventes y líquidos. Pero una encuesta del diario Página Siete, sentencia que 44% de los bolivianos piensa que hay una “crisis económica fuerte” y 38%, una “crisis moderada”. Y solo el 31% cree que Arce tiene la capacidad de resolverla.
Es muy probable que aquellos que están desencantados con Arce estén de lado del expresidente Evo Morales, quien por cierto ya no apoya a Arce pese a ondear los colores de la misma bandera del Movimiento al Socialismo (MAS).
Hay un comportamiento social que se debe considerar y es que un estudio de la empresa Diagnosis muestra entre otros factores, la aparición de un grupo demográfico (de alrededor del 16% de la población) que se manifiesta “indiferente” respecto a la gestión gubernamental.
Este grupo no sale de los sectores sociales tradicionalmente opositores al MAS, sino de los segmentos menos educados y más pobres del electorado que constantemente ha votado por el MAS. De ahí que Diagnosis considere que son “evistas” que han dejado de apoyar al Gobierno.
La división de la izquierda boliviana en dos alas se inició por el antagonismo entre Morales y Arce respecto a la forma en que el segundo debía gobernar y con quién debía hacerlo. El conflicto reside en que Morales, que ha gobernado Bolivia tres veces, quiere volver al poder en 2025 y Arce también aspira repetir la hazaña.
Ese deseo de llegar a la presidencia en ambos dirigentes, hace tal vez irreconciliable una postura de unión porque además las agresiones de unos y otros han estado en la palestra.
Y dentro de este escenario según las cifras de los sondeos, si las elecciones fueran ahora, la oposición ganaría ampliamente frente a las dos fracciones del MAS. Pero…en esa otra acera también se vive una situación similar de enfrentamientos y divisiones.
En un trabajo publicado en el diario El País de España se dijo que lo difícil para la corriente opositora sería encontrar la forma de definir un candidato único.
Los líderes más conocidos de la oposición no aparecen en buenas posiciones en los sondeos. Pero en el sentimiento colectivo está el deseo de que aparezca una figura nueva para salir del ciclo de gobiernos izquierdistas que comenzó en 2006, lo cual pudiera lograrse con una estrategia de unidad.
El opositor con mayor intención de voto es Luis Fernando Camacho, el gobernador de Santa Cruz está preso en una institución carcelaria de La Paz, acusado por su participación en el derrocamiento de Evo Morales. Desde Santa Cruz, Camacho dirigió las protestas que enmarcaron la renuncia de Morales el 10 de noviembre de 2019
Recientemente, Fernando Camacho y el vicegobernador Mario Aguilera, binomio opositor Creemos, dejaron ver sus disputas con un cruce verbal poniendo en vilo a la Gobernación de Santa Cruz.
Las diferencias se decantaron con las declaraciones de Camacho, quien, en entrevista con el diario El Deber, fue duro con Aguilera, de quien dijo que, “en absoluto”, no es de su confianza. Lo tildó de golpista. Dijo que a los tres días de su “secuestro violento”, el vicegobernador solicitó a la Asamblea Departamental una explicación sobre la ausencia temporal, figura consignada en el artículo 25 del Estatuto Departamental que para el caso establece “suplencia gubernamental” y “suplencia temporal”.
“Es decir, cuando todavía no se conocía bien mi situación jurídica, él ya planeaba asumir el cargo y así consolidar el objetivo del golpe masista, sacando del cargo al gobernador elegido por el voto”, dijo Camacho sobre Aguilera.
“Hemos visto cómo el MAS ha sido insistente en pedir que asuma el cargo el vicegobernador. Estamos ante una estrategia del MAS que utiliza al vicegobernador para tomar la Gobernación y así neutralizar Santa Cruz como fuerza democrática y opositora”, insistió Camacho en la entrevista.
En entrevista con la red Unitel, Aguilera se defendió de las alusiones de Camacho, con quien ganó las elecciones departamentales de 2021 con el 55,6% de los votos. “Sobre un golpe a la Gobernación, no creo que exista alguno, menos que yo sea parte de ello”, afirmó.
Lamentó las declaraciones del gobernador y apuntó a Suárez. “Hay una línea que ha sacado el asesor del gobernador: dice que soy pieza clave para el golpe”, dijo.
Antes, en conferencia de prensa, descalificó las declaraciones de Camacho: “Son acusaciones durísimas y sin fundamento”
Evo Morales tiene plomo en el ala por las denuncias de abusos sexuales contra menores, las cuales estuvieron relativamente dormidas, pero que ha comenzado a reactivarse.
El jurista Ludwing Ledezma anunció a principios de julio que impulsará la reactivación de cuatro procesos penales, por presunto estupro, contra el expresidente de Bolivia, Evo Morales, porque existen pruebas suficientes y esos delitos no prescriben; además, anunció que llevará el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Nosotros vamos a reabrir, activar, como quieran llamarlo, estos cuatro procesos penales (contra Morales); más aún, la investigación por proceso con vínculos con el narcotráfico al señor Evo Morales porque tiene serios vínculos con Maximiliano Dávila, el ‘narcocoronel’, que está en San Pedro y que es buscado por la DEA”, advirtió Ledezma.
El jurista denunció que los procesos activados anteriormente en la ciudad de La Paz se encuentran borrados en el sistema informático del Ministerio Público y del Poder Judicial; precisó que verificó los datos para conocer el estado actual de los procesos; pero, al poner el nombre de Juan Evo Morales Ayma, no arrojó ninguna información. Es más, nunca fue notificado.
El gobernador del departamento boliviano de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho-preso desde hace casi siete meses-, compareció en julio a una audiencia virtual por el caso Golpe de Estado I, que investiga los hechos suscitados en la crisis de 2019 que derivaron en la renuncia del entonces presidente Evo Morales, acusado de fraude electoral, según un trabajo publicado en Infobae.
Lo que llamó la atención fue el aspecto que presentó el político opositor, bastante diferente del que había mostrado la última vez que apareció en una audiencia. “Lo vemos muy deteriorado y estamos todos muy preocupados”, expresó su abogado, Martín Camacho.