viernes 24  de  enero 2025
Cuba

La muerte prevenible de un cubano que buscaba asilo en EEUU

Roylan Hernández Diaz había sido puesto en aislamiento seis días antes en una cárcel en Luisiana porque rechazó sus alimentos en protesta por su detención

El largo viaje de Roylan Hernández Diaz emigró de Cuba sin imaginar que terminaría en una celda de paredes blancas en el ala de confinamiento solitario de una cárcel en Luisiana.

Cerca de él estaban sus últimas pertenencias: un tubo de pasta de dientes, algunos vasos desechables y una hoja de papel que explicaba cómo podía solicitar su liberación del centro de detención de inmigrantes. Pero a él ya le habían negado tres veces la libertad.

El cubano había sido puesto en aislamiento seis días antes porque dijo que rechazaría sus alimentos en protesta por su detención. Los carceleros lo pusieron allí aun después de que el personal médico lo remitió a tratamiento de salud mental tres veces y documentó un trastorno intestinal que le provocaba un dolor insoportable.

Y durante al menos una hora antes de que descubrieran que se había ahorcado, nadie abrió la puerta para revisar si estaba vivo, según AP.

Su muerte podría haberse prevenido. Una investigación de The Associated Press en torno a la muerte de Hernández en octubre pasado encontró que hubo supuesta negligencia y aparentes violaciones de las políticas gubernamentales por parte de los carceleros del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), en un momento en el que la detención de inmigrantes ha alcanzado niveles récord y han surgido nuevos cuestionamientos sobre el trato que le da el gobierno de los Estados Unidos a las personas que buscan refugio.

ICE requiere que los inmigrantes detenidos en confinamiento solitario sean observados visualmente cada 30 minutos. El video de vigilancia muestra a una carcelera que pasa dos veces por la celda de Hernández en la hora previa a que fuera encontrado y que escribió en la carpeta guardada en la pared junto a la puerta de la celda. Sin embargo, no levantó la cubierta de la ventana de la puerta de la celda ni trató de mirar dentro. La última persona que miró por la ventana fue un empleado de la cárcel no identificado, 40 minutos antes de que Hernández fuera encontrado.

Una persona que trabaja en la cárcel y que habló con la AP bajo condición de anonimato dice que descubrieron después que Hernández no podía ser visto desde la ventana.

Yarelis Gutiérrez Barrios era la pareja de Hernández. Ella había estado con él desde hacía tres años mientras viajaban a través de Sudamérica y Centroamérica, siempre en busca de la manera de llegar a los Estados Unidos. El hombre que conoció era fuerte, dice, determinado a ganar su solicitud de asilo, no el tipo de hombre que se rendiría fácilmente.

“Creo que lo dejaron morir”, dice ella.

El interior de la celda donde estaba recluido Hernández cuando murió no tenía vigilancia de video, según la Oficina del Sheriff del condado de Ouachita, la agencia de orden público local llamada para investigar poco después de que fuera encontrado muerto.

Pero la Oficina del Sheriff obtuvo un video del pasillo fuera de su celda que captura la última hora antes de que encontraran su cuerpo. Esto es lo que muestra:

--1:19 p.m.: una carcelera camina hasta la puerta de Hernández. Toma una carpeta de la pared junto a la puerta, escribe en ella y regresa la carpeta a la pared. Nunca mira por la ventana de la puerta de la celda de Hernández.

--1:26: un hombre vestido de civil pasa por la celda, se detiene a abrir la cubierta de la ventana en la puerta de la celda y mira al interior. La Oficina del Sheriff dice que el hombre era un empleado de la cárcel, pero no tiene su nombre en sus registros.

--1:54: la carcelera regresa. Una vez más, toma la carpeta, escribe en ella y la pone en su lugar sin mirar dentro de la celda.

--2:04: Tres miembros del personal y quien parece ser un administrador de la cárcel pasan frente a la celda y llenan casi todo el pasillo. Un capitán de la prisión rodea a la pequeña multitud y camina junto a la pared y la puerta de la celda de Hernández. El capitán, identificado por la oficina del sheriff como Gerald Hardwell, dijo después a los investigadores que había notado un “fuerte olor” que emanaba de la celda.

Hardwell se detiene y levanta la cubierta en la puerta de Hernández, como lo hizo el hombre vestido de civil. Comienza a golpear la puerta con la mano izquierda. Más tarde le dijo a la Oficina del Sheriff que no podía ver a Hernández.

Un minuto después, regresa con un juego de llaves. Usa la mano izquierda para levantar la cubierta en la puerta, la mano derecha para abrir la cerradura y empuja para abrir la puerta.

Hardwell asoma la cabeza dentro de la celda y huye de la celda, y cubre su boca con la mano izquierda.

Había descubierto que Hernández se colgó con una sábana atada al poste de su litera.

El forense del condado de Ouachita registró la hora de su muerte a las 2:15 p.m. -10 minutos después de que estuviera aparentemente muerto para Hardwell y otros en la cárcel- y dijo que fue visto por última vez a la 1:50 p.m., contó la forense adjunta Joy Davis a la AP. El video muestra que el personal médico permaneció fuera de su celda mucho después de que fue descubierto, y que su cuerpo no fue retirado de la celda sino hasta casi las 4 p.m.

Las fotos tomadas de su cuerpo muestran que Hernández podría haber estado muerto varias horas antes de que se encontró, con base en cómo se había acumulado la sangre en sus manos, según un análisis realizado a petición de la AP por el Dr. Nizam Peerwani, el médico forense de Fort Worth, Texas, y experto forense del grupo de defensa Physicians for Human Rights (Médicos por los Derechos Humanos).

Peerwani descubrió que la cárcel no notó varias señales de advertencia que indicaban que Hernández merecía más atención: una historia bien documentada de problemas intestinales, sus negativas repetidas a recibir tratamiento de salud mental y sus huelgas de hambre. Peerwani dice que la muerte de Hernández no se debe a “la comisión de un acto de violencia perpetrado contra él, sino a una supuesta omisión”.

Permanece la pregunta de si era necesario que permaneciera en aislamiento. De acuerdo con las pautas del Cuerpo de Servicios de Salud de ICE, en las primeras 72 horas de que fuera aislado por amenazar con una huelga de hambre, un proveedor de atención médica debería haber revisado si se podía mantener allí a Hernández. Esa revisión de 72 horas debió ocurrir a más tardar el 13 de octubre.

No hay referencia a que se realizara ninguna revisión en el informe de muerte de detenidos de ICE. El informe de ICE dice que el día de su muerte y los cuatro días previos, una enfermera observó que Hernández parecía normal y no estaba angustiado.

Y bajo los estándares nacionales de detención basados en el desempeño de ICE, cualquier persona en aislamiento debe ser monitoreada al menos cada 30 minutos.

El video mostrado por el sheriff sólo incluye la hora previa a que Hernández fuera encontrado muerto, así que es imposible determinar cuántas veces fue observado.

El empleado de la cárcel que habló con la AP bajo condición de anonimato dice que Hernández se colgó en una orilla de la celda que no se podía ver a través de la ventana de la puerta. El mismo empleado dijo que era de conocimiento común que los carceleros registraran falsamente las revisiones que se supone debían realizar.

ICE y LaSalle Corrections, la empresa privada que administra la cárcel, se negaron a informar si la carcelera que apareció fuera de la celda de Hernández fue despedida o si algún otro empleado fue considerado responsable.

ICE y LaSalle no respondieron la mayoría de las preguntas para esta investigación.

Scott Sutterfield, ejecutivo de desarrollo de LaSalle, se negó a responder cualquier pregunta “debido a un litigio pendiente”. Sutterfield se unió a LaSalle el año pasado después de trabajar como director interino de la oficina local de ICE para la ejecución y remoción en Nueva Orleans; él negó una de las solicitudes de Hernández para ser liberado.

“Puedo decir que LaSalle Corrections está firmemente comprometida con la salud y el bienestar de todos quienes están bajo nuestra custodia”, dijo Sutterfield.

“No podemos hablar por un contratista de la agencia”, dijo Cox, el vocero de ICE, en un correo electrónico. Y agregó que ICE “obliga a su personal, contratistas incluidos, a mantener los más altos estándares de comportamiento profesional y ético.

Además, aunque cualquier muerte bajo custodia es desafortunada, las muertes bajo custodia de ICE son extremadamente raras y ocurren a una tasa alrededor de 100 veces menor que el promedio nacional para personas en custodia federal y estatal en todo el país”, dijo Cox.

Ocho personas han muerto bajo custodia de ICE desde octubre, cuando inició el año fiscal, una menos que las ocho que murieron durante el año anterior.

FUENTE: Con información de AP

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