GUATEMALA.-EFE
Una selección de 25 imágenes del fotógrafo Esteban Biba conforman la exposición en la que se muestra la vida de decenas de niños que intentan encontrar una mejor vida más allá de las fronteras de su país
GUATEMALA.-EFE
Con la retina secuestrada por la imagen de una "coyote" conduciendo a un menor centroamericano hacia "La Bestia", el tren que lo llevará a Estados Unidos, el fotoperiodista Esteban Biba apunta a la violencia, la pobreza estructural y la connivencia delictiva de los Gobiernos como causas del flujo incontrolable de la migración en Centroamérica.
"Las autoridades corruptas se aprovechan de la vulnerabilidad de los migrantes", asegura en una entrevista con EFE, Biba, quien durante 8 años ha estado retratando el drama de la migración en este rincón paupérrimo del mundo.
Un viaje en imágenes que nos traslada de las cárceles para migrantes en Estados Unidos a los centenares de deportados que solo sueñan con volver a intentarlo: "Un gran porcentaje de los que vuelven al país van a intentar de nuevo el viaje", asegura con rotundidad y, para mayor énfasis, precisa que serán, al menos, "9 de cada 10".
Una familia completa retorna de México hacia Guatemala. (Esteba Biba)
La migración, señala el autor, no es más que un espejo de los problemas estructurales que arrastra Centroamérica: una geografía diaria de violencia, extorsión, inseguridad alimentaria y explotación infantil aderezada con el discurso hollywoodense de una vida mejor.
"La migración es un problema que refleja muchos problemas más", resume el fotoperiodista, quien actualmente trabaja para la Agencia EFE en Guatemala.
Una selección de 25 de sus imágenes, entre ellas el retrato de un padre cargando a su hija de cuatro años bajo un sol abrasador en México, conforman la exposición "La niñez sin país", coordinada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y que permanecerá abierta hasta finales de mes en la casa Ibargüen, en la capital de Guatemala.
Visitantes observan la exposición del fotógrafo en Guatemala (Biba)
En ella, Biba reflexiona sobre "los defectos que tenemos como sociedad", sobre ese abandono de los menores que los condena a huir como adultos de un país que no los "sabe cuidar" a otro que "no los quiere".
"Los Gobiernos no están cumpliendo su labor con los niños y con muchos de sus ciudadanos. Los Estados no están haciendo lo que deben hacer", sentencia Biba.
En este contexto de pobreza, violencia, inseguridad alimentaria y falta de educación, los jóvenes centroamericanos están condenados a emigrar, apostando su destino a la suerte de no toparse con las mafias.
"El migrante centroamericano es de los seres humanos más vulnerables y pobres", resumen el joven fotógrafo, quien ha retratado esta realidad en Estados Unidos, Guatemala, El Salvador y México.
Los niños trabajadores de Centroamérica (Biba)
Pero entre los migrantes, advierte Biba, "hay" también "estatus": los que tienen dinero pueden sufragarse el coste de un "coyote" que lo traslade a la frontera, mientras que los más pobres tienen que cubrir el trayecto a pie o en tren.
De ellos, añade, "los niños son el sector más indefensos".
En su camino hacia una vida mejor, los migrantes deben soportar la amenaza de una violencia que va más allá del dolor físico, es una flagelo por la falta de comida, de educación y de esperanza; una realidad en la que las autoridades tienen, para Biba, mucha responsabilidad.
Esteban Biba, en plena faena. (EFE)
Muchos migrantes, especialmente los que provienen de los territorios indígenas, sufren una doble discriminación por su condición de centroamericanos e indígenas: sin el dominio del idioma español son además "más vulnerables" y, aún encima, "no hay un Estado protegiéndolos".
En los últimos meses, con la llegada de una oleada de menores no acompañados a la frontera norteamericana, la crisis de los migrantes volvió a copar las portadas de los medios, pero como advierte Biba, se trata de un problema que nunca amaina.
"El número de migrantes sigue siendo el mismo, pero el número de jóvenes y niños aumenta. Eso crea vulnerabilidad", asegura.
"El problema no es la migración, el problema de fondo es una sociedad apática y Gobiernos que cambian constantemente su estrategia", por eso, agrega, "a corto plazo no va a haber una solución a las migraciones humanas de sur a norte".
Sólo a largo plazo, "si cambian las prioridades del Gobierno y de la sociedad", Centroamérica podía encontrar una salida que evite una huida masiva de sus jóvenes.
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