SABANA DE MENDOZA, Venezuela.- En una intersección abarrotada en las cuatro direcciones, los asistentes a un mitin gritan y encienden sus celulares al caer la noche mientras la líder opositora María Corina Machado se sube a la parte trasera de un camión como si fuera candidata a la presidencia, a pesar de que el régimen de Nicolás Maduro no le permitió presentarse a las elecciones previstas para el 28 de julio,
“María Corina! María Corina!” grita la gente, a veces al unísono, en la pequeña localidad de Sabana de Mendoza. estado Trujillo, en los Andes venezolanos. Los gritos son ensordecedores.
El desafío de Machado es saber si puede transformar su fama y carisma en votos para Edmundo González Urrutia (el tranquilo exdiplomático), quien fue elegido como candidato unitario por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la principal coalición opositora, después de que Machado no pudiera postularse debido a una inhabilitación política impuesta por el régimen, que según los opositores es arbitraria. De hecho, Machado manifiesta desconocer la medida, pues nunca le ha llegado una notificación formal en la que se le informe de su sanción.
“No me acuerdo como es que se llama”, dijo sobre González Danis Cegarra, una costurera de 48 años que esperaba a Machado junto a sus dos hijos. “Aunque no lo conozcamos mucho lo vamos a apoyar. Bueno, yo lo voy a apoyar, porque yo quiero un cambio, sobre todo porque tengo mis hijos”, expresó.
González es el tercer candidato que la PUD promociona en lo que va de año.
Machado, que fue legisladora, inició 2024 como la candidata de la coalición opositora tras su arrolladora victoria en las primarias presidenciales de octubre, pero el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, cuyas decisiones siempre favorecen al régimen, ratificó una decisión administrativa que la inhabilitó para cargos públicos. En marzo, ella misma nombró a su sustituta, la exacadémica Corina Yoris, quien también fue vetada. Cuatro días más tarde, la PUD eligió a González.
Machado es presentada ahora en sus mítines como “líder de la oposición” en lugar de como candidata. González, de 74 años, todavía no ha pisado un escenario, ni solo ni con ella.
“Parece ser un diplomático muy tranquilo que se basa en el consenso. María Corina está ahí echando fuego en la tribuna”, dijo Ryan Berg, director del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de estudios con sede en Washington. “Su trabajo es movilizar a la gente para que vote por Edmundo, pero será interesante ver cómo es él si alguna vez sale en público, porque va a ser todo un desequilibro de caracteres verlo junto a ella”, sostuvo el analista.
Unidad entorno a González
González inició su carrera como adjunto del Embajador de Venezuela en Estados Unidos a finales de la década de 1970. Luego estuvo destinado en Bélgica y El Salvador y fungió como Embajador de Caracas en Argelia.
Su último puesto fue como Embajador en Argentina durante los primeros años de la presidencia de Hugo Chávez, quien llegó al poder en 1999 y transformó Venezuela con políticas socialistas como la nacionalización de industrias y el lanzamiento de programas sociales. Chávez escogió a Maduro como su reemplazo antes de fallecer a causa de un cáncer en 2013.
Más recientemente, González trabajó como asesor de relaciones internacionales y escribió sobre Venezuela durante la Segunda Guerra Mundial. Semanas atrás dijo que tiene previsto lanzar su campaña a finales de mayo. Además, dijo que espera que varios líderes de la oposición lo representen durante la campaña.
En Sabana de Mendoza, unas dos horas y media después de lo previsto, Machado pronunció un día de semana un encendido y alentador discurso de 20 minutos desde lo alto de un vehículo. Dedicó uno de esos minutos a hablar de González.
“Este pueblo va a elegir a esta persona, a Edmundo González Urrutia, nuestro candidato a la presidencia”, afirmó mientras sostenía un cartel con el rostro del candidato. "Es un hombre bueno, es un hombre honesto. Yo le pido a todos ustedes que me han acompañado y me han transmitido confianza y cariño, que votemos con firmeza y con seguridad por un hombre que va hacer un gran trabajo”, dijo a la multitud.
Machado no solo ha ayudado a unificar a una oposición fracturada y marcada por los individualismos, sino que su campaña ha atraído la atención -y la rivalidad- del partido oficialista, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
En al menos dos ocasiones en el último mes, el PSUV ha celebrado mítines en el mismo día y la misma comunidad en la que Machado tenía previsto dirigirse a sus partidarios.
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La líder opositora venezolana, María Corina Machado, durante un mitin en Sabana de Mendoza, Venezuela.
AP/REGINA GARCÍA CANO
Crisis social, política y económica
El rostro de González aparecerá tres veces en la boleta de los comicios del 28 de julio, una por cada uno de los partidos a los que representa oficialmente. El de Maduro, que aspira a la reelección para un tercer mandato, estará 13 veces.
Los 11 años de Maduro en la presidencia han estado marcados por una crisis social, política y económica que fulminó a la clase media, sumió a millones de personas en la pobreza y convirtió a aliados del régimen chavista en millonarios. Bajo su mandato, más de 7.7 millones de venezolanos abandonaron el país para establecerse, fundamentalmente, en otras naciones de Latinoamérica y el Caribe.
Los efectos de la crisis eran evidentes a lo largo de la carretera rural que va hasta Sabana de Mendoza. Las viviendas y negocios abandonados se suceden a lo largo de varios cientos de metros. Las gasolineras cerradas están oxidadas. La gente se abanica para combatir el calor debido a la falta electricidad para que una máquina enfríe el aire.
Hermógenes Alvarado, un camionero desempleado de 56 años, dijo que votaría por “el otro” candidato, González, aunque no sepa nada sobre él. Pero apuntó que cualquiera que no sea Maduro volverá a crear empleos en su comunidad.
Junto a Alvarado, esperando a que abra una gasolinera, está Moisés Mendoza, de 29 años, dice que no estaba tan seguro acerca del sustituto de Machado. Este fabricante de maracas, hamacas y cerámicas no cree que su voto sea automáticamente transferible. Para él, la abstención es una opción.
“Yo no sé quién es Edmundo, y me imagino que la gente opositora va a darle el apoyo a él para poder sacar a este gobierno”, dijo Mendoza. “Si no me convence, no voto", opinó.
FUENTE: Con información de AP