Este martes se cumplen 207 años del natalicio de Mariana Grajales Cuello, mujer de estirpe guerrera y madre de algunos de los más bravos patriotas que lucharon por la independencia de Cuba.
Este martes se cumplen 207 años del natalicio de Mariana Grajales Cuello, mujer de estirpe guerrera y madre de algunos de los más bravos patriotas que lucharon por la independencia de Cuba.
Nacida en Santiago de Cuba el 12 de julio de 1815, Mariana Grajales tuvo 14 hijos, tres niñas y 11 varones, entre estos últimos descollaron los mayores generales Antonio y José Maceo Grajales.
Mariana fue enfermera del hospital de sangre del Ejército Libertador durante la Guerra de los Diez Años, labor en la que auxilió a centenares de enfermos y heridos, incluidos muchos de sus hijos.
Además de su faena como enfermera, la madre de los Maceo trasladó armas y pertrechos a los mambises. También arreglaba la ropa de los combatientes. La crónica y la historiografía la recuerdan como una mujer recta, pero a la vez dulce e inteligente.
Mariana no solo entregó a su familia a la causa de la independencia de Cuba, sufriendo en carne propia la muerte en combate de su esposo Marcos Maceo y de tres de sus hijos: Justo, Fermín, y Julio.
Uno de los testimonios más conocidos sobre Mariana Grajales es el que ofreciera el Apóstol José Martí, quien la visitó durante su exilio en Jamaica, en 1892.
Mariana Grajales murió el 28 de noviembre de 1893 en Kingston, Jamaica, a los 78 años de edad. Tras su fallecimiento, el propio Martí escribió en el periódico que había fundado un año antes: “Patria, en la corona que deja en la tumba de Mariana Maceo, pone una palabra ¡MADRE!”.
Según el certificado de defunción emitido por el doctor S. Henderson, Mariana Grajales falleció a causa de Mal de Bright y congestión pulmonar.
Su última voluntad fue que, una vez que Cuba fuera libre, sus restos se trasladaran a su tierra natal para tener descanso eterno.
No sería hasta la década de los años 20 del pasado siglo que el Ayuntamiento de Santiago de Cuba promovería el traslado de sus restos a Cuba.
El 22 de abril de 1923 una comisión cubana se reunió en el Cementerio Católico Saint Andrew’s (Jamaica) con el objetivo de exhumar los restos de Mariana Grajales. Sus restos fueron trasladados hasta la ciudad de Santiago de Cuba y depositados un día después en capilla ardiente en el Salón de Sesiones de la Cámara Municipal o Ayuntamiento, donde el pueblo cubano le ofreció su último adiós. Su sepultura tuvo lugar en el cementerio de Santa Ifigenia.