BUENOS AIRES- EFE
Los temores sobre posibles irregularidades expresados en las últimas semanas por la oposición no se vieron reflejados, hasta el momento, en hechos
BUENOS AIRES- EFE
Transcurrida media jornada electoral, los argentinos votan con normalidad en los comicios para elegir al sucesor de Cristina Fernández en la Presidencia de Argentina tras doce años de kirchnerismo.
Los temores sobre posibles irregularidades expresados en las últimas semanas por la oposición no se vieron reflejados, hasta el momento, en hechos.
"Los comicios se desarrollan con total normalidad", dijo a la agencia oficial Télam el juez bonaerense con competencia electoral, Laureano Durán.
Según Durán, en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país, con más del 37 % del padrón nacional, las irregularidades detectadas hasta el momento "serían casos aislados" que están pendientes de verificar.
Se trata de supuestos cortes de papeletas denunciados por el frente opositor Cambiemos en La Plata, la capital bonaerense, para eliminar la candidatura de su alcalde, Julio Garro.
Tanto las fuerzas políticas como organizaciones no gubernamentales han movilizado a decenas de miles de personas para fiscalizar las 95.000 mesas mixtas habilitadas en todo el país.
A través de sus teléfonos móviles, unos 200 argentinos advirtieron de incidentes leves, en su mayoría falta de papeletas, en las mesas de votación a través de la aplicación "Ojo con el voto", desarrollada por la ONG Poder Ciudadano.
Los candidatos presidenciales madrugaron para votar y llamaron a los argentinos a ejercer su derecho y a velar por la transparencia del proceso.
Con el objetivo de favorecer la transparencia, la Cámara Nacional Electoral ha reforzado los controles en el cuarto oscuro y ha puesto en marcha medidas como el seguimiento por GPS de los camiones que trasladan las papeletas o la copia por triplicado de las actas electorales.
El peronista disidente Sergio Massa, candidato del frente Unidos por una Nueva Alternativa (Una) llamó a los argentinos "a cuidar el voto", tras depositar su sufragio en un colegio de la localidad bonaerense de Tigre, en la periferia norte de la capital argentina.
El líder de Cambiemos, el conservador Mauricio Macri, confió en que el Gobierno extreme las medidas para garantizar la transparencia de las elecciones.
"Los argentinos no vamos a aceptar de vuelta que pase nada del orden de lo que pasó en Tucumán", advirtió Macri, en referencia a las denuncias de fraude e irregularidades que empañaron los comicios a la Gobernación de esta provincia del norte argentino el pasado agosto.
Daniel Scioli, candidato del oficialista Frente para la Victoria, llamó a los argentinos a "seguir construyendo sobre lo construido".
La mandataria argentina, Cristina Fernández, quien votó en la localidad patagónica de Río Gallegos, se mostró satisfecha por entregar a los argentinos "un país normal", tras doce años de gestión kirchnerista y anunció que se dedicará "a militar" una vez deje su cargo, el próximo 10 de diciembre.
Varios de los candidatos aprovecharon su contacto con la prensa tras depositar su voto para referirse al otro acontecimiento de la jornada en Argentina: el partido que disputa en Londres la selección nacional de rugby, Los Pumas, contra Australia por la semifinal del campeonato del Mundo.
"Los Pumas son hoy la expresión de lo que debe ser el país", dijo Scioli, que llegó a la política tras una fructífera carrera deportiva como piloto de lanchas.
"Los Pumas representan hoy mucho de ese cambio que queremos los argentinos", apuntó Macri, que alcanzó la alcaldía de Buenos Aires después de una larga gestión en la presidencia del club Boca Juniors, uno de los equipos emblemáticos de Argentina.
Los últimos sondeos difundidos antes de la veda electoral daban como favorito a Scioli, seguido de Macri y de Massa, aventajados sobre los tres candidatos restantes, la progresista Margarita Stolbizer, el expresidente Adolfo Rodríguez Saá y Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda.
Las encuestas abren la puerta a una segunda vuelta, en noviembre, dado que el presidente de Argentina debe superar el 45 % de los sufragios o el 40 % con diez puntos de diferencia sobre su más inmediato rival y ninguno de los favoritos parte con ventaja suficiente para disipar el fantasma del ballotage.
Más de 32 millones de argentinos están convocados hoy a las urnas para elegir al nuevo presidente del país, once gobernadores, renovar parte de las cámaras de Diputados y Senado y votar, por primera vez, a los legisladores del Parlasur.
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