sábado 23  de  marzo 2024
Médicos en Cuba

Más salario pero menos poder adquisitivo

La canasta ha aumentado 4,5 veces su valor, mientras el salario de un médico especialista pasó de 1.740 a 5.560 pesos, 3,2 veces más

En medio de la peor crisis sanitaria de la historia de Cuba, el castrismo lanzó la Tarea Ordenamiento, la reforma económica que ha incluido un aumento de los salarios estatales, pero también de los precios de productos y servicios básicos, acordes con la nueva masa monetaria y el nuevo equilibrio oferta/demanda, sostiene DIARIO DE CUBA. Para sufragar "el nuevo salario", se rompió la alcancía común con la que, como sociedad, los cubanos pagaban los costes de los servicios públicos que constituían el "socialismo". El Gobierno individualizó la factura de cada cual, pasándose así de una redistribución socializada a una meritocracia donde gana más quien mejor sirve al castrismo, no a la sociedad.

DIARIO DE CUBA plantea que "No juzgaremos aquí si la Tarea Ordenamiento se hizo bien —¿habrá un aumento de productividad que compense la expansión monetaria?—; si es justa —¿bajo qué criterios se distribuye la renta?—, o legítima —¿el mismo Gobierno que colapsó la economía es el indicado para transformarla?—. Nos limitaremos a medir el efecto de la Tarea Ordenamiento sobre el ingreso de médicos y enfermeros".

A continuación reproducimos este análisis de DIARIO DE CUBA

La isla tiene más de 13.000 instituciones sanitarias, entre ellas 35 hospitales clínico-quirúrgicos, 449 policlínicos y 11.432 Consultorios Médicos de la Familia. Esa estructura absorbe el 10% de la fuerza laboral del país, entre ellos, 180.000 médicos y enfermeros.

Para medir cómo la Tarea Ordenamiento los ha tratado, comparamos la variación de precio de una canasta de bienes básicos con la variación del ingreso de este personal sanitario.

Se seleccionaron para la canasta bienes no afectados —tanto como sea posible— por la pandemia, para que no pueda alegarse, como ha hecho recientemente el ministro de Economía, que a la Tarea Ordenamiento se le juzga injustamente achacándosele culpas impropias.

Los costes de los bienes de esta canasta han variado fundamentalmente por dos razones: el Estado los subió directamente, o encarecieron por la devaluación monetaria impulsada por el Gobierno.

Calculando, la canasta ha aumentado 4,5 veces su valor, mientras el salario de un médico especialista pasó de 1.740 a 5.560 pesos, 3,2 veces más, y el de los enfermeros superiores, de 1.030 a 4.410 pesos, subiendo así 4,3 veces.

Ambos grupos perdieron poder adquisitivo, aunque los médicos salieron relativamente peor que los enfermeros. Si antes los médicos, una vez pagada esta mínima canasta, disponían de un remanente salarial del 38%, ahora solo les queda un 14%. Mientras que los enfermeros, cuyos salarios no alcanzan para pagar este básico consumo, pasaron de quedarse un 4% por debajo, a un 8% de faltante.

Como el objetivo aquí no era medir si el salario es suficiente para vivir, la canasta se conformó dejando fuera gastos indispensables de aseo, pequeñas reparaciones del hogar y de electrodoméstico —algo frecuente en una Cuba de casas y equipos viejos— medicinas, servicios, comunicación, ropa u ocio, que de añadirse a la canasta, mostrarían la insuficiencia del salario de este personal, que lejos de mejorar, se ha agudizado.

Obviamente, estos cálculos solo transparentan el descenso del poder adquisitivo, no muestran los problemas que causa la escasez, que se refleja en un incuantificable golpe al bienestar de médicos y enfermeros por pérdida de tiempo de ocio que, ahora deben dedicar a forrajear —buscar, localizar, madrugar, trasladarse y hacer colas— para obtener un poco de la cada vez más escasa comida.

Resumiendo, con la Tarea Ordenamiento, el castrismo redujo el salario real de médicos y enfermeros precisamente cuando más se les necesita, afectando así al inmenso gremio —representan casi el 5% de la fuerza laboral— que Fidel Castro consideraba su "ejército de batas blancas".

Lo alarmante es que esta pérdida de poder adquisitivo del personal sanitario no es un efecto inesperado, sino algo planificado que se justificó alegando que este sector había recibido aumentos salariales previos. ¿Será que el castrismo desprecia a sus sanadores tanto como Roma despreciaba a los traidores?

FUENTE: DIARIO DE CUBA

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