jueves 30  de  octubre 2025
ANÁLISIS

Milei, Trump y la geopolítica del Atlántico Sur

La apuesta personal de Milei por Trump y la estabilización económica interna se combinaron para generar un escenario inédito

Diario las Américas | FABIÁN CALLE
Por FABIÁN CALLE

La relación entre Javier Milei y Donald Trump no puede entenderse únicamente desde la afinidad ideológica o el estilo político. Existen factores geopolíticos, estratégicos y económicos que ayudan a explicar por qué Estados Unidos, bajo la actual administración republicana, ha dado un respaldo tan fuerte y, para muchos, inesperado al gobierno argentino.

El Atlántico Sur y la Antártida: el tablero estratégico

Uno de los elementos clave es la importancia creciente del Atlántico Sur. En caso de conflicto global, los portaaviones norteamericanos no ingresarían por Panamá, que además puede ser neutralizado con relativa facilidad. La proyección marítima hacia el sur es vital, especialmente con el horizonte de la Antártida: en menos de treinta años vence el Tratado Antártico, y ya las grandes potencias (Estados Unidos y China en primer lugar) están pensando en un escenario de deshielo, explotación de recursos naturales y mayor competencia.

En este contexto, Argentina adquiere un peso estratégico que trasciende lo regional.

Un vecindario áspero con Washington

El mapa político sudamericano no juega a favor de Estados Unidos. Brasil, bajo Lula, mantiene una relación áspera con Washington: confrontativa en lo ideológico, cercana a Venezuela, China, Rusia e Irán, con discursos que apuntan a debilitar al dólar o justificar agresiones de Moscú y Teherán. Chile, aunque con cambios en el horizonte, sigue gobernado por la izquierda; Petro en Colombia es aún más hostil hacia Washington. Ante este panorama, Milei se presenta como un aliado singular: proamericano, prooccidental y procapitalista.

Trump y la memoria política

Al margen de la geopolítica, Milei cultivó con habilidad su relación personal con Trump. Lo apoyó públicamente cuando muchos daban por segura la victoria de Kamala Harris. Ese gesto, en política internacional, no se olvida. Trump recuerda a quienes estuvieron a su lado en los momentos difíciles.

Además, su administración cuenta con figuras clave que conocen bien América Latina: Marco Rubio en el Departamento de Estado, Mike Waltz como embajador de EE. UU. en la ONU o Susan Wiles como jefa de gabinete. Muchas de esas figuras son de Florida, hablan español y comprenden los matices políticos de la región. Por eso no sorprendió que una de las primeras medidas fuera aplicar sanciones por “significativamente corruptos” a Cristina Fernández de Kirchner, sus hijos y allegados, restringiendo visas y negocios con empresas estadounidenses.

Un apoyo económico sin precedentes

Ese entramado político y personal derivó en un respaldo concreto: un swap que permite a la Argentina afrontar con mayor facilidad sus compromisos externos de 2026 e incluso parte de 2027, además de intervenciones directas comprando pesos. Washington solo había intervenido antes en yuanes y euros, nunca en la moneda argentina.

El mandato social de Milei

En el plano interno, Milei asumió con un mandato social claro: estabilizar la economía y controlar la inflación. En 2023, la Argentina se hundía en un caos con precios que cambiaban a diario y una inflación que proyectaba cifras hiperinflacionarias de cinco cifras. Hoy, el país muestra signos de recuperación: crecimiento estimado en torno al 4-5% para este año y el próximo, una inflación drásticamente reducida y un desempleo que, si bien subió, no lo hizo de manera alarmante.

Ese logro económico explica, en gran medida, el resultado de las recientes elecciones legislativas. El “círculo rojo” y parte de la prensa no supieron leer el clima social: la ciudadanía premió la estabilización tras el desastre de 2019-2023, un período que dejó una huella traumática y que borró incluso de la memoria colectiva el recuerdo del colapso de Fernando de la Rúa.

La confluencia de factores geopolíticos, la apuesta personal de Milei por Trump y la estabilización económica interna se combinaron para generar un escenario inédito: Argentina aparece como el principal aliado estratégico de Washington en la región. Una posición que, lejos de ser circunstancial, puede marcar el rumbo de la política hemisférica en los años por venir.

Fabián Calle, enlace con Argentina y miembro sénior, MSI²

Publicado originalmente en el Instituto de Inteligencia Estratégica de Miami, un grupo de expertos conservador y no partidista que se especializa en investigación de políticas, inteligencia estratégica y consultoría. Las opiniones son del autor y no reflejan necesariamente la posición del Instituto.

Más información del Miami Strategic Intelligence Institute en www.miastrategicintel.com

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