JOSUÉ BRAVO
Especial
“No he defraudado a los guatemaltecos”, dijo Otto Pérez Molina al someterse a los tribunales de justicia
JOSUÉ BRAVO
Especial
Fueron 20 semanas de protestas cívicas continuas las que mantuvieron viva la esperanza de los guatemaltecos, de ver a su presidente fuera del poder y aspirar a cambios drásticos en el sistema estatal que había mantenido por años una historia salpicada de impunidad.
Con la renuncia anoche por acusaciones de corrupción del presiente, Otto Pérez Molina, en medio de una crisis política sin precedentes en la historia democrática de Guatemala, el “¡Sí se pudo!” es el grito más espontáneo de celebración de los guatemaltecos que, hastiados de tanta corrupción, dieron una lección de civismo al lograr su cometido sin derramar una sola gota de sangre.
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Desde la madrugada de este jueves 3 de septiembre, decenas, cientos y hasta miles de ciudadanos con banderas, pitos, pancartas y cualquier otro grito de celebración; muestran su alegría de haber presionado lo suficiente para llevar la crisis hasta lo que hoy se conoce.
Sometimiento a la justicia
La dimisión del mandatario luego de una orden de captura girada por un juez penal y su sometimiento a la justicia; era un escenario impensable hasta hace algunas semanas cuando a disciplina de militar, el general retirado se atrincheraba a su Gobierno negando toda vinculación a los actos de corrupción que desbarataron su Gobierno.
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Pérez Molina —quien niega todos los cargos— podría ser acusado de cohecho pasivo, asociación ilícita y defraudación tributaria; al ser vinculado como uno de los líderes de la red de defraudación aduanera La Línea, misma que tiene encarcelada y en el banquillo de los acusados, a su exvicepresidenta Roxana Blandetti, quien renunció en mayo anterior.
Presión popular
La presión popular no solo vio caer a Baldetti y ahora a su presidente, sino la sacudida de su gabinete que Pérez Molina hizo desde abril en un intento de limpiar la imagen de gobierno, decisiones infructíferas ante una coalición popular que no hizo diferencias de clases, raza o religión; manteniendo la presión necesaria para que la Corte Suprema de justicia y el Parlamento no retrocedieran como en el pasado en el proceso de acusarlo.
El presidente de Guatemala Otto Pérez Molina asiste con su abogado César Calderón
una audiencia de primera declaración en un juzgado de Ciudad de Guatemala. (EFE)
El presidente fue acusado el viernes 21 por el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) de liderar la estructura de defraudación aduanera junto a Baldetti.
Documentos decomisados y escuchas telefónicas
175,000 documentos decomisados y 89,920 escuchas telefónicas han servido a la Fiscalía y la CICIG para preparar la acusación contra una treintena de funcionarios públicos sobre este caso, entre ellos el presidente.
Una conversación telefónica de Pérez Molina con el detenido exdirector de recaudaciones de impuestos, Carlos Muñoz, fue presentada por la Fiscalía como prueba en juicio contra la exvicepresidenta (2012-2015), Roxana Baldetti, quien fue arrestada por el mismo caso de la Línea.
En el audio, Pérez Molina le cuestiona por qué no ha obedecido una orden para modificar a un funcionario de la entidad, un comportamiento que es penado por la ley, según recordó la fiscalía.
Grabaciones que lo incriminan.
“Entrémosle… ¿Por qué no me quiere cambiar el de Recursos Humanos? ¿Cuál es el rollo?”, le dice el presidente de Guatemala a Muñoz, director de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) en aquel momento y sobre quien presuntamente pesan más de 12 grabaciones que lo incriminan.
Pruebas suficientes para que el proceso judicial en su contra camine a paso rápido como ha sucedido esta semana, cuando Pérez Molina se convirtió en el primer presidente de Guatemala en serle retirado el privilegio de la inmunidad.
La fiscal general de Guatemala, Thelma Aldana, espera que todo culmine con una sentencia condenatoria, según dijo a la prensa internacional.
Guatemaltecos celebran la renuncia del presidente. (EFE)
“Hay una persecución penal (contra Pérez Molina) e iremos a debate. Luego a una sentencia, que de acuerdo a mi apreciación y lo que conozco del caso, tendrá que ser condenatoria", dijo.
Pérez Molina ya se encuentra en el juzgado B de Mayor Riesgo, a cargo de Miguel Ángel Gálvez, quien le hará saber los hechos por los cuales es acusado. Está acompañado de su abogado defensor César Calderón. El ex presidente, niega haber defraudado a los guatemaltecos.
“Siempre lo dije, vamos a llevar aquí el debido proceso, creo yo que ha llegado el momento luego de haber pasado el trámite del antejuicio y la votación en el congreso, llegó el momento de presentarse a los tribunales y para ir a los tribunales tenía lista la renuncia la tenía desde anteayer. El día de ayer a eso de las 7 de la noche al firmé”, declaró el aún mandatario.
Otto Pérez Molina aún es presidente porque aún queda que el Parlamento acepte su carta de renuncia. “Lo que estamos diciendo, primero que nada, es que siempre hice un llamado para que se respetaran los debidos procesos en nuestro país. Diciéndole al pueblo de Guatemala que esta situación que me toca vivir es lamentable pero que estoy dispuesto a enfrentarla como siempre lo he hecho y dado la cara”, dijo a una emisora local.
El mandatario hizo un llamado al país a dejar a un lado los odios y rencores, “que Guatemala tiene que seguir aunada, conjunta, respetando los procesos y alejada de las grandes diferencias que hay en nuestro país que es la más desigual de toda Latinoamérica y casi de todo el mundo”, dijo.
“Yo verdaderamente me siento tranquilo de poder responder y dar la cara ante esta acusación que me están haciendo (…). Prefiero presentarme a los tribunales ante una acusación que considero injusta pero prefiero eso a que se pudiera dar una polarización o enfrentamiento de violencia en Guatemala”, prosiguió.
“Estoy pasando momentos muy difíciles, seguiré dando la cara (…). Voy a enfrentar el procesa con la valentía y el coraje que me ha caracterizado, pude salir del país y pedir asilo pero este es el camino que escogí (…). Puedo tener la certeza de que quienes creen en mí no los defraudé. Estoy con la frente en alto pasando momentos muy difíciles”, cerró el mandatario.
El mandatario fue recibido en los tribunales por una multitud que le gritaba “¡Ladrón!, ¡Ladrón!”.