CARACAS.- Los trabajadores venezolanos tienen muy poco que festejar en su día. El sueldo mínimo en Venezuela sigue estancado en apenas $3.57 mensuales, mientras que el costo de la canasta básica ronda los $550 para una familia de cinco miembros.
Para los venezolanos se ha hecho una necesidad el tener dos, tres y hasta cuatro fuentes de ingreso para poder vivir en Venezuela
CARACAS.- Los trabajadores venezolanos tienen muy poco que festejar en su día. El sueldo mínimo en Venezuela sigue estancado en apenas $3.57 mensuales, mientras que el costo de la canasta básica ronda los $550 para una familia de cinco miembros.
Estos datos, aportados por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) al mes de marzo pasado, incluyen que una familia de cinco miembros necesita 155 salarios mínimos solo para los gastos de alimentación. De esa manera, los trabajadores venezolanos celebran su día este 1 de Mayo.
Para los venezolanos se ha hecho una necesidad el tener dos, tres y hasta cuatro fuentes de ingreso para poder vivir en Venezuela. Y el monto que le generan esos distintos ingresos puede que no sea constante (todos los meses) y que al final tampoco sean suficientes para poder cubrir todos los gastos que se desean. En conclusión, los venezolanos tienen que hacer magia con lo poco que ganan. Y esto es en el caso de quienes están en edad productiva.
Otra es la situación de los pensionados y jubilados. Esta población recibe del Estado una pensión mensual equivalente al salario mínimo, es decir, $3.57. Eso es lo que perciben después de haber pasado toda una vida trabajando.
Carmen Molina, una venezolana que vive en la ciudad de Mérida, en los Andes venezolanos, es jubilada. Trabajó en el extinto Ministerio de Ambiente por 35 años. Hoy en día recibe mensualmente una pensión de jubilación por Bs. 200 ($5.49). De ese monto, debe restar Bs.32 para una caja de ahorros, por lo que su ingreso es de Bs. 168. Además, Carmen recibe la pensión del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) por Bs.130, a lo que se suma el llamado "Bono de Guerra Económica" (una bonificación decretada por el régimen de Nicolás Maduro, que no incide en el pago de beneficios laborales) que es de $60 mensuales, calculados en bolívares según la tasa oficial del dólar establecida por el Banco Central de Venezuela (BCV).
En total, Carmen recibe $68.18 dólares al mes.
"Con esto puedo pagar el condominio, que son entre 15 y 18 dólares y cubrir algunos pasajes para movilizarme dentro de la ciudad; sin embargo, los servicios como CANTV, TV por suscripción, la renta del celular y el grueso del mercado, lo compro con las remesas que me envía mi hijo desde Perú (…) gracias a Dios estoy sana y por ahora no requiero de ningún medicamento, porque si no, el gasto sería muchísimo mayor y ahí no vale bono, ni remesa, sabemos que afuera, la cosa tampoco está muy buena”, dijo, reseñó el sitio web caleidohumano.org, en su artículo "Trabajar en Venezuela: una nueva forma de esclavitud moderna", escrito por Emmanuel Rivas.
Además, Carmen no cuenta con seguro de vida, ni HCM, ni funerario. Al igual que todos los jubilados venezolanos, está desamparada.
Para los trabajadores que están activos la situación no es muy distinta.
Francis Barrios es una docente que trabaja 40 horas semanales en una institución educativa. Su salario es de unos Bs. 400 mensuales ($10.98). A las 40 horas de trabajo semanales se añaden las que debe dedicar en su hogar para preparar clases, corregir exámenes, entre otras actividades relacionadas a la labor docente.
Barrios recibe un bono de alimentación por $40 y los $60 del Bono de Guerra Económica, con lo que su ingreso mensual es de $110.98 mensuales.
Explica que hace maromas para pagar los gastos con ese ingreso. “Si haces mercado, no puedes pagar servicios; si pagas servicios, se descompleta lo del mercado; y si logras hacer mercado y pagar servicios, no puedes acceder a comprarte un par de zapatos o alguna otra prenda de vestir (…) Esta es mi realidad, y sé que es la realidad de mis colegas docentes, de los médicos, del personal de enfermería y de los demás gremios que, en medio de la crisis, seguimos trabajando en Venezuela”.
La crisis económica de Venezuela ha dejado sin oportunidades a los jóvenes, quienes no pueden pensar en un tener un futuro en su país. La directora del Observatorio de Juventudes de Venezuela, Showny Azar, resaltó durante la presentación del informe de inflación 2023 de Caleidoscopio Humano, que el Estado venezolano no ha desarrollado políticas públicas para los jóvenes.
“Vivimos en un Estado adulto céntrico, que no tiene una política que incluya verdaderamente a las juventudes, no tienen una perspectiva juvenil”, aseguró. En el informe de Caleidoscopio Humano se resalta que los jóvenes venezolanos no pueden costear los gastos de esparcimiento y recreación, actividades fundamentales durante la etapa juvenil.
“En la etapa juvenil es donde se genera identidad, y que el esparcimiento esté tan costoso, tiene a jóvenes totalmente aislados (…) muchos tienen que dedicar sus ingresos económicos a contribuir en su hogar o cubrir sus propios gastos, pero no pueden cubrir sus necesidades de ocio o esparcimiento”, alertó.
A esto se agrega que muchos jóvenes en Venezuela no están siendo productivos, "pero no por su culpa", dijo Azar, que explica que es "por culpa del mismo sistema que los excluye y aleja de los espacios que deberían cubrir (…) cómo le preguntas a un joven cómo se ve en 10 años, cuando ni siquiera podemos saber cómo nos vemos de aquí al fin de semana”, apuntó.
Son muchos los venezolanos que han recurrido a trabajar para empresas extranjeras, ya sea como empleo principal o para conseguir ingresos extra. Estos empleos les permiten ganar en dólares. Si bien, estos ingresos les ayudan a hacer frente a la inflación, también tienen el un lado negativo, pues los montos de los pagos y honorarios no se corresponden con los que estos empleadores les pagan a un trabajador en el país sede de la empresa.
Carlos Albornoz trabaja para una empresa española de marketing. Su sueldo mensual varía entre los $260 y $400. Si se compara con el sueldo mínimo en Venezuela, es una cantidad muy superior; sin embargo, si se compara con el sueldo mínimo en España, que es de unos $1216 mensuales, la perspectiva es distinta. Las empresas extranjeras han encontrado en Venezuela mano de obra profesional y calificada, a muy bajo precio.
Venezuela cerró 2023 con un índice inflacionario de 193%, según cifras ofrecidas por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un ente privado e independiente que sigue el comportamiento de los precios a falta de datos oficiales. Si bien, el dato de inflación significó una mejora desde el 305% de 2022 y más aún del 130.060,2% de 2017 (Venezuela sufrió hiperinflación desde 2017 hasta final de 2021), el alza de los precios en el país sudamericano sigue siendo la más alta del mundo, lo cual continúa pulverizando el salario y destruyendo el poder adquisitivo de la población, con las consecuencias en la calidad de vida.
Por ello, los venezolanos siguen migrando, huyendo de la crisis. Según datos de la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes Venezolanos (R4V) 7.7 millones de venezolanos han migrado como consecuencia de la crisis.
FUENTE: REDACCIÓN / Con información de caleidohumano.org