MIAMI.- Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, descubrieron una cepa de bacteria intestinal denominada “Minococcus Gnavus”, capaz de mejorar los efectos de la inmunoterapia utilizada para tratar distintos tipos de cáncer.
La inmunoterapia es un procedimiento que aprovecha el sistema inmunológico para combatir algunos tipos de cáncer, como el de pulmón o el melanoma que no responden al tratamiento, del que se benefician aproximadamente uno de cada cinco pacientes.
El estudio publicado en la revista científica Science Immunology, sugiere un nuevo método llamado inhibición de puntos de control para reforzar la inmunoterapia usando los propios microbios intestinales. Este utiliza fármacos inhibidores de los puntos de control inmunológico para liberar los aspectos naturales que mantienen silenciosas a las células inmunitarias, causando que incluso los tumores avanzados se reduzcan rápidamente o desaparezcan.
Algunas de estas terapias emplean las células inmunitarias del cuerpo para atacar y destruir los tumores. Sin embargo, existen sarcomas que contraatacan para suprimir las células inmunitarias agresivas, lo que reduce su eficacia.
Experimentos
El equipo realizó un experimento de observación sorpresa, en el que eliminaron por completo los tumores en ratones utilizando este enfoque de inhibición doble. Inicialmente, inhibieron una proteína llamada TREM2 fabricada por las células inmunes, para impedir que estas atacaran el crecimiento. Demostraron que un fármaco inmunoterápico contra el cáncer era más eficaz cuando se bloqueaba esta proteína.
Posteriormente, en otra prueba observaron que los ratones con dicha proteína tuvieron la misma respuesta beneficiosa al inhibidor del punto de control cuando fueron alojados con ratones que carecían de la misma. Esto se produjo cuando los investigadores se desviaron de su protocolo habitual de separar a los ratones antes de tratarlos con el inhibidor.
Los expertos explicaron que este resultado podría deberse a que los ratones que cohabitan pueden intercambiar microbios entre sí, lo que los llevó a estudiar los intestinos de los ratones que fueron tratados exitosamente con inmunoterapia.
Los investigadores introdujeron Ruminococcus Gnavus en los ratones y luego trataron los tumores con un inhibidor del punto de control y comprobaron que los tumores se reducían, incluso cuando se intentó mitigar el efecto de la inmunoterapia con la proteína TREM2.
Al estudiar los microbios del intestino de los ratones tratados con inmunoterapia, encontraron una expansión de Ruminococcus Gnavus, en comparación con la ausencia de estos microbios que no respondieron a la terapia.
“El microbioma desempeña un papel importante en la movilización del sistema inmunológico del cuerpo para atacar las células cancerosa", explicó el autor principal, Marco Colonna, profesor de Patología.
Un microbio intestinal prometedor
Los expertos recordaron que Minococcus Gnavus se ha encontrado en la microbiota intestinal de pacientes con cáncer que responden bien a la inmunoterapia. “Los microbios también pueden escaparse del intestino y desencadenar una respuesta inmune en el tumor o activar las células intestinales que migran al tumor para montar un ataque”, sugieren.
El informe destaca que los hallazgos arrojan luz sobre una especie de bacteria en el intestino "que ayuda a un fármaco de inmunoterapia a eliminar tumores en ratones. Identificar estos socios microbianos es un paso importante en el desarrollo de probióticos para ayudar a mejorar la eficacia de los medicamentos de inmunoterapia y beneficiar a más pacientes con cáncer”.
“Cada vez hay más pruebas de que la microbiota potencia la inmunoterapia. La identificación de especies relevantes podría conducir a un probiótico de próxima generación que tendría sinergia con la inmunoterapia para mejorar la atención del cáncer", indicaron los investigadores.
El próximo objetivo de los científicos es comprender cómo Minococcus Gnavus ayuda en el rechazo de tumores, lo que puede revelar nuevas formas de ayudar a los pacientes con cáncer.
@Lydr05
FUENTE: Con información de la revista Science Immunology y EuropaPress