sábado 1  de  marzo 2025
SALUD

¿Es el intestino un segundo cerebro?

El sistema digestivo posee su propio sistema nervioso, lo que hace que la ciencia lo considere un "segundo cerebro"

Por Estefani Brito

MIAMI.- ¿Tiene el ser humano un segundo cerebro? Durante muchos años se ha hablado del intestino como un "segundo cerebro" del cuerpo, pero, ¿por qué se dice esto?

El sistema digestivo es un conjunto de órganos, compuesto por la boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, recto y ano, que posee su propio sistema nervioso, lo que hace que la ciencia lo considere un "segundo cerebro".

El cirujano pediátrico Juan Luis Calisto, director del Centro Colorrectal del Nicklaus Children's Hospital de Miami, el primer centro colorrectal pediátrico exclusivo en Florida, explica que el intestino, los vasos sanguíneos y los ligamentos, que unen al tracto gastrointestinal con el resto del cuerpo, contienen más de 100 millones de neuronas, "más neuronas que la médula espinal que está dentro de la columna vertebral", y la capacidad de producir neurotransmisores, como la serotonina, hormona que regula el estado de ánimo.

“Hay que ver al intestino no como el tubo digestivo solamente, sino como todo el órgano que incluye las conexiones hacia el resto del cuerpo, los vasos sanguíneos, el sistema linfático y todo el sistema neuronal que facilita que el intestino se mueva y reciba señales. Y todas estas señales son reguladas por la alimentación y las hormonas que tenemos en el cuerpo”, explica en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.

Comunicación bidireccional

Además de las neuronas y la capacidad de producir neurotransmisores, el intestino también mantiene una comunicación bidireccional con el cerebro, mediante el eje cerebro-intestinal, compuesto por redes neurales, endocrinas e inmunitarias, que envía mensajes entre ambos sistemas.

“El eje cerebro-intestinal es evidente desde hace miles de años, pero ahora se demuestra que hay una conexión directa entre una neurona cortical del cerebro y ese impulso y esa conducción eléctrica termina en el intestino”, indica el médico.

Esto explicaría porqué cuando una persona tiene una emoción fuerte, está enamorada o asustada tiene reacciones intestinales, como las famosas “mariposas en el estómago”, la sensación de náuseas e, incluso, la diarrea, cuando el shock emocional es intenso.

Retroalimentación

Todas las emociones que experimenta el ser humano tienen un efecto en el sistema intestinal y viceversa, el daño del intestino, la inflamación y el estreñimiento, producirá cambios a nivel cerebral, señala Calisto.

“Es una doble acción. Todas las funciones cerebrales como emociones, pensamientos afectan la función intestinal y viceversa, la función intestinal o el estado de salud del intestino también afecta al cerebro. Es decir, se retroalimentan, hay como una comunicación constante entre ellos”, detalla.

Esta retroalimentación entre el sistema digestivo y el cerebro, los vuelve dependientes. “Uno no puede estar bien si el otro no está bien. Si la mente está mal, el intestino no va a funcionar bien y viceversa”, asevera el doctor.

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