BUENOS AIRES.-STEFANO PORCILE
Especial
La participación de la canciller argentina Susana Malcorra, como mediadora en el caso Venezuela-OEA, puede entenderse como la primera parada hacia el puesto de Secretaria de la ONU; analistas políticos y economistas revelan el impacto político y comercial para la región de su intervención en el conflicto.
La ministra de Exteriores del Gobierno del presidente Macri le pidió a la Organización de los Estados Americanos (OEA) una vía alternativa a la Carta Democrática para encontrarle una solución dialoguista al conflicto venezolano. Su pedido pateó el tablero diplomático de la región y colocó en la vereda de enfrente al Secretario General, Luis Almagro, quien había denunciado una “alteración constitucional” en el país que preside Nicolás Maduro.
La intención de Malcorra es frenar la sesión urgente que busca el Consejo Permanente de la OEA para analizar la crisis venezolana y encontrar una salida de diálogo al asunto. Para muchos, llama la atención el accionar de la Canciller ya que el presidente Mauricio Macri en más de una oportunidad manifestó su opinión negativa sobre el Gobierno de Maduro y el chavismo en general.
Jorge Castro, analista internacional y presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico (IPE), evaluó la situación y el rol de Malcorra en el conflicto.
“La preocupación que hay en Argentina a través de la cancillería se refiere a la profundidad de la crisis venezolana. En Venezuela lo que está en discusión es una desintegración de la economía, de la sociedad y del estado. El riesgo mayor que enfrenta Nicolás Maduro no es ni en enfrentamiento con la oposición ni las sanciones internacionales por parte de la OEA. Su gran problema es que se generalicen los saqueos y que éstos transformen en una insurgencia. El país lentamente se está disolviendo a la vista de todos”, sostiene Castro.
En más de una ocasión, el presidente Mauricio Macri apuntó contra Nicolás Maduro y su gabinete tildándolo de autoritario y poco democrático. Para muchos, la intervención de Malcorra en Venezuela contradice los dichos de Macri y su política antichavista.
En discrepancia, Castro cree que la participación de la Canciller argentina “no contradice al presidente en absoluto. La posición que tomó Macri apunta a la reconciliación nacional para evitar la profundización de la crisis. Lo que sucedió es un agravamiento del conflicto político interno. Venezuela es una nación con estado fallido, esto que está pasando es un proceso en pleno desarrollo”.
“Para América Latina lo que sucede es relevante sobre todo por la relación de la región con Estados Unidos. Venezuela es el quinto exportador de petróleo del mundo. Los acontecimientos del país tienen resonancia no sólo latinoamericana sino mundial”, concluyó.
Por su parte, el economista especialista en mercados internacionales, Luis Palma Cané, analizó la situación del país sudamericano y dijo: “Venezuela es uno de los países de la región que más desequilibrios tiene en forma simultánea por implementar políticas populistas. Con una inflación estimada para este año del 180% y una caída del producto interno bruto no menor al 15% es sin dudas el peor. El desenlace previsible es que Maduro termine su Gobierno antes de tiempo. La historia muestra que cuando los gobiernos populistas se quedan sin dinero en las arcas, el presidente cae”.
Para finalizar, Palma Cané aseguró: “En términos económicos la repercusión mayor se da en el efecto contagio que demuestra la crisis venezolana por su Gobierno populista a corto plazo. Es importante que los países de América Latina comprendan que esas políticas son inviables. El impacto en los niveles de la actividad comercial de la región son mínimos porque su peso no es tan determinante como el de Brasil”.
Esta podría ser la primera parada de Malcorra hacia lo que algunos rumores locales consideran su objetivo final: el puesto de Secretaria General de la ONU. De encontrar una respuesta dialoguista, la Canciller argentina quedaría muy bien posicionada en el ámbito internacional latinoamericano y sumaría puntos para ser la próxima sucesora de Ban Ki-moon.
Si sus intenciones son ocupar el puesto del surcoreano o no, es un misterio. Lo que es una realidad es que Malcorra decidió apostar por una solución pacífica al conflicto de Maduro, y su rol en la región comienza a tomar protagonismo.
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