Tras cinco siglos de aportes culturales y una fructífera bonanza económica, España mira a sus antiguos territorios en busca de abrigo. Miles de jóvenes han tenido que emigrar por la falta de perspectivas laborales, yo entre ellos.
Todos o la gran mayoría de nosotros nos hemos planteado realizar el viaje de nuestras vidas. Rumbo a un destino desconocido, en busca de un futuro mejor.
A mi memoria viene que mi compatriota Juan Ponce de León, con su desembarco en 1513, arrancó una heróica presencia hispana de más de 500 años en lo que ahora es Estados Unidos. El Domingo de Resurrección de 1513, tres navíos se presentaban frente a una exótica tierra donde nunca hasta enonces había puesto sus pies europeo alguno.
Actualmente es el momento, otra vez, de los emigrantes Españoles o los famosos gallegos, como nos llaman en Latinoamérica. Volvemos a poner la brújula rumbo a Florida y América Latina donde las barreras del idioma son mucho menores. Y esta vez no para conquistar, sino para emigrar en busca de un presente y un futuro mejor.
Las cifras del desempleo en España son de 5,6 millones. Cantidades muy preocupantes y poco esperanzadoras para un futuro próspero y estable.
LEA TAMBIÉN: La hispanidad: más de cinco siglos de arraigo cultural
Un panorama económico deprimente y una desconfianza de la población hacia sus gobernantes son la preocupación general y el sentimiento de los españoles. Todo unido suena como la fórmula para el fracaso personal. Esto último es exactamente lo que representa para muchos jóvenes que se ven obligados a abandonar su patria querida. Jóvenes cualificados y sin empleo no tienen otra opción que convertirse en emigrantes.
Esa es la realidad de nuestros tiempos. Los sueños se rompen una vez que te graduas cuando tu única opción es someterte a las pasantias gratuitas en las empresas donde se aprovechan de la cantidad de candidatos dispuestos a trabajar para enriquecer su curriculum exclusivamente.
Son muchos los españoles que les gustaría abandonar en estos momentos España. Cerca del 80% de universitarios y uno de cada dos menores de 45 años interrogados lo haría si tuviera alguna opción para hacerlo.
Desde el comienzo de la crisis, en 2008, han sido 400.000 los españoles que han optado por buscar suerte fuera del país.
Los países que más españoles recibieron fueron: Reino Unido, Alemania, Francia, Chile y Ecuador.
Otra de las características demográficas más preocupantes en mi España nos dice que la población que se reduce es la más jóven, mientras que aumenta la mayor.
Lo peor de esta situación es no saber cuánto va a durar. La mayoría de los jóvenes que se van lo ven como algo temporal, pensamos en trabajar fuera de casa unos años hasta que "pase la crisis", o al menos su peor parte, para volver a la tierra natal y buscar trabajo allí, cerca de casa. Sin embargo, ¿que es lo que nos espera? Muchos de nosotros hemos madurado fuera de nuestros hogares maternos y hemos apreciado lo que realmente es lichar por un trabajo estable y valorado. Yo difícilmente vuelva a mi tierra.
En varias ciudades latinoamericanas se suele bromear señalando que desde la época colonial no llegaban tantos españoles con un pasaje, dos maletas y el sueño de una vida mejor.
En mi caso aterricé en estas tierras hace tres años. Hoy estoy encantada y orgullosa de la decisión que tomé aunque, como siempre, todos los principios fueron y son duros de recorrer. Hoy no tengo más que agradecimiento para quienes me acogieron en este lado del Atlántico y cierta tristeza y nostalgia de los motivos que me provocaron a tomar este camino lleno de oportunidades, así como amistades nuevas a las que hoy en día considero parte de mi familia.
Clik en el video.
Producción: Generando Imagen de Esther Illa
