CARACAS.-REDACCIÓN
El gobierno de Nicolás Maduro ha señalado que tal acción es producto de un "boicot financiero", planeado por los Estados Unidos. La medida constituye un golpe a la imagen del país en los mercados financieros mundiales
CARACAS.-REDACCIÓN
Tras una revisión periódica de gestión del riesgo en Venezuela, el grupo Citigroup, la mayor empresa de servicios financieros del mundo, ha decidido cerrar las cuentas corresponsales que mantiene el ente bancario con el Banco Central de Venezuela y el Banco de Venezuela, respectivamente.
“Después de una revisión periódica de gestión del riesgo en Venezuela, Citi ha decidido suspender la banca corresponsal y el mantenimiento de ciertas cuentas en el país”, expresó el grupo a través de un comunicado, quienes cerrarían ambas cuentas en un período de 30 días.
No obstante, el banco estadounidense ha dejado en claro que dicha decisión refleja “compromiso” con la nación sudamericana.
Citigroup aclaró que la decisión no forma parte de una medida política, puesto que la medida abarcará tanto a clientes públicos como privados en el país , de acuerdo con declaraciones de Juan Iraiman, vocero de Citigroup, lo que afectará a alrededor de un 20% de los clientes de la institución en el país.
"Esta decisión no es un reflejo de nuestro compromiso con un país al que hemos servido por casi cien años", añadió el banco sobre su histórica relación con Venezuela y que tal lineamiento no significa que se interrumpirán ni se reducirá la presencia de la entidad en el país.
Tal decisión ha caído de mala manera al gobierno del presidente Nicolás Maduro, quien ha señalado desde ya que tal acción es producto de un "boicot financiero", planeado por los Estados Unidos, argumentando que el prestigioso banco había notificado "sin aviso y sin protesta" el cierre de la cuenta.
Consecuencias
La medida constituye un golpe a la imagen del país en los mercados financieros mundiales y pone en riesgo las operaciones de pago de importaciones que se realizan a través del Sistema Marginal de Divisas (Simadi) o el Sistema de Divisas Complementarias (DICOM) uno de los dos controles que sostiene el gobierno socialista para las operaciones con moneda extranjera, lo que estaría afectando las importaciones privadas, quienes manejan sus operaciones por este canal.
El sistema cambiario obliga a que los pagos de las importaciones que llevan a cabo los sectores público y privado sean honrados por el BCV. De cerrarse la cuenta, no se podrían cancelar los pagos de las compras externas a los clientes, esto según Alejandro Grisanti, de la firma Knossos Fondo de Inversión, reseñado por El Nacional
La decisión, además, podría registrar un “efecto espejo”, ya que la medida con repercusión internacional, es reflejo de las condiciones económicas que ostenta en estos momentos el país sudamericano.
Bajos montos
Apartando los inconvenientes de pagos que sostendrán las importaciones privadas y la calificación negativa a nivel de imagen y moral que podría obtener Venezuela tras el cese de sus operaciones en Citibank, expertos en el tema afirman que los efectos a nivel económico no serían fuertes para el país caribeño, puesto que los montos manejados en dicha entidad serían "pequeños".
"El banco cerró algunas cuentas del gobierno que probablemente tenían allí con la finalidad de pagar cheques en el mercado internacional”, expresó Gerardo Álvarez, economista y docente de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), en una nota reseñada por el periódico El Impulso
Otra de las consecuencias que podría acarrear esta decisión de Citibank con las cuentas venezolanas podría ser que analistas de riesgo internacional pudieran ajustar, hipotéticamente, la calificación de riesgo país, con la nación latinoamericana.
¿Y ahora?
Para que la operación de entrega de divisas fluya, el BCV abre unas subcuentas a cada institución financiera en el país, y a través de ellas se hacen las transacciones de pago de importaciones del Simadi. Con el cierre de cuentas, la forma para generar este tipo de transacciones queda sin definirse.
Con esta medida, al gobierno de Nicolás Maduro le quedarán dos opciones para trabajar este aspecto. La primera, que el BCV busque firmar un contrato de corresponsalía con otra institución financiera internacional, o decidir cambiar el Convenio Cambiario N° 20 actual y permitir que cada entidad bancaria venezolana utilice su propio corresponsal internacional para hacer las operaciones con Dicom.
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