viernes 22  de  marzo 2024
ESCENA

Bailarines venezolanos se reinventan desde varios rincones

La crisis que ha producido la pandemia ha perjudicado la industria del entretenimiento. Pese a ello, bailarines venezolanos se reinventan desde casa
Por ROXIMAR TOVAR

MIAMI.- Indudablemente la incertidumbre y la crisis que ha producido la pandemia del Covid-19 ha perjudicado en gran escala la industria del entretenimiento al rededor del mundo. En Nueva York, los teatros de Broadway cerraron abruptamente a mediados de marzo, lo que conllevó a la cancelación de todos los shows en cartelera, además, se postergaron otros tantos que aun estaban por estrenarse.

A ello se suma la suspensión de conciertos y festivales en diversos países donde, pese a la inestabilidad social, muchas productoras intentan levantar una re-programación en 2021.

En medio de este panorama gran parte de los bailarines celebraron el 29 de abril el Día Internacional de la Danza.

Para conocer algunas de esas historias, DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con algunos bailarines venezolanos que se encuentra en Estados Unidos, República Dominicana y Venezuela.

Celebración en pausa

Leonel Linares es coreógrafo y maestro venezolano en la escuela Staten Island Ballet, en Nueva York, donde vive hace 10 años.

Cuando el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Mark Cuomo, anunció las medidas de cuarentena, la compañía tenía previsto exhibir su gala anual.

"La gala estaba programada para el 14 de marzo y pretendíamos celebrar los 26 años de la compañía, pero nos vimos obligados a suspenderla porque ya muchas personas estaban resguardadas en sus casas", explica Linares, quien en 2004 obtuvo una beca para estudiar en la Joffrey Ballet School, en Nueva York.

Sin embargo, la compañía optó por no parar y desde la plataforma Zoom dictan sus clases de danza.

"Mantenemos el horario habitual para las clases virtuales. Y desde la plataforma se conectan de 10 a 18 estudiantes", manifiesta el venezolano, a quien la compañía le facilitó un computador para continuar la labor desde su hogar. "A pesar de la cuarentena, como profesional no he parado de trabajar".

Además, la escuela registra las clases en la página oficial (http://https://www.siballet.org/).

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Clase de Ballet vía Zoom de la escuela Staten Island Ballet.

Clase de Ballet vía Zoom de la escuela Staten Island Ballet.

Por otra parte, la compañía Staten Island Ballet continuará con la misma modalidad de clases para principios de mayo.

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Del baile a la incertidumbre

Kenya Rivero vivió su primera experiencia en el mundo del baile a los cuatro años de edad. Desde entonces se ha dedicado de lleno a ejercer su oficio como bailarina.

En su natal Venezuela bailó hasta el 2017. Luego, emigró a Punta Cana, República Dominicana para continuar ejerciendo lo que hasta ahora ha sido una de sus grandes pasiones: bailar.

Pero desde que se decretó la cuarentena en República Dominicana, Kenya -a diferencia de Leonel- no ha podido bailar.

"El 13 de marzo fue mi última presentación y hasta el 31 de marzo recibí una remuneración por parte de la agencia de talento con la que trabajo", sostiene Rivero, quien ahora se vale de las redes sociales para exponer su talento y mantener, de cierta manera, un entrenamiento físico.

A sus 28 años de edad, en estos momentos dedica parte de su rutina en casa para realizar los challenges (retos) que plantea la comunidad virtual.

"En estos momentos no tengo una rutina fija, solo hago los retos que aparecen en las redes sociales y además intento conectarme a las clases que dictan bailarines o compañías venezolanas reconocidas desde Instagram Live", asevera.

En su última rutina, que publicó en Instagram, la bailarina comenta las buenas experiencias que le ha otorgado el baile.

"A veces me pongo a pensar en todo lo que la danza me ha obsequiado y, sin lugar a dudas, han sido muchas las experiencias adquiridas y aprendidas. Creo que si tuviera la oportunidad de volver a elegir mi profesión volvería a decir "quiero ser bailarina", escribió en su red social.

Aunque Kenya Rivero confiesa que volvería a escoger esta profesión, la crisis actual que enfrenta el mundo del espectáculo en el país donde vive la ha llevado a considerar la práctica de otro oficio.

"Es crítico el panorama, porque gran parte de mis presentaciones dependen del sector turístico y es poco probable que se reactive inmediatamente. En tal sentido, me tocará buscar otro tipo de trabajo", plantea Rivera.

Presencia en el mundo virtual

El 16 de marzo el gobierno de Nicolás Maduro decretó la cuarentena en Venezuela. Para esa fecha, el cantante venezolano Sixto Rein se encontraba en plena gira nacional de medios.

Una de las bailarinas del cuerpo de baile del cantante, Cindy Rojas, asevera que automáticamente suspendieron el show más inmediato, previsto en la ciudad de Maracaibo.

"La noche del 16 de marzo, cuando se decretó la cuarentena, se canceló mi show en Maracaibo", dice Rojas, quien además comenta que desde octubre el número de presentaciones era considerable, incluso tuvo que trabajar el 31 de diciembre.

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Lamentablemente, este ritmo de trabajo se ha visto afectado. "En estos momentos no estoy recibiendo ningún tipo de ingreso financiero como bailarina, ya que mi trabajo es remunerado por presentación efectuada".

Cindy, al igual que Kenya, comenzó a bailar desde temprana edad. "A los cuatro años inicié en el Ballet de Maryorie Flores", recuerda.

De tal manera, el confinamiento también ha afectado su rutina de vida: Rojas lleva más de 20 años desempeñándose como bailarina, por lo que su casa ahora se ha transformado en un espacio para practicar sus rutinas de baile.

"Me he tenido que reinventar para mantenerme presente en las plataformas digitales y no desaparecer. Y como en estos momento Instagram es un boom, aprovecho la red para proyectar videos asociados a los retos", opina.

La venezolana intenta distribuir su tiempo para buscar la vestimenta adecuada, ubicar un buen plano en su casa, aprenderse las rutinas, entre otros factores que influyen en la producción de sus videos y publicaciones. "Es un proceso, porque además tengo dos hijos y el más pequeño tiene tres años de edad", confiesa.

De las grandes producciones a la sala de casa

Cuando Miami entró en confinamiento, Janeth Briceño no pudo continuar con su labor como coreógrafa en el programa "La Voz" de Telemundo.

"Estaba grabando la semifinal del programa y con el decreto de cuarentena, el programa quedó en esa etapa", cuenta Briceño.

La también venezolana, quien lleva más de 30 años en el mundo artístico, es coreógrafa oficial del canal Telemundo y desde hace dos meses está inactiva en sus labores.

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La coreógrafa Janeth Briceño en el programa

La coreógrafa Janeth Briceño en el programa "La Voz" de Telemundo.

"Además de la cancelación del programa, también tenía programado varios videos musicales y próximamente serían los Premios Juventud en Puerto Rico", afirma.

Ante las actuales circunstancias, muchos cantantes han optado por transmitir sus conciertos vía streaming, pero en el caso de los bailares y coreógrafos esta dinámica no es posible por la naturaleza del trabajo.

Briceño no contempla la opción -a la que han recurrido otros profesionales de la danza, de impartir clases vía online, porque está consciente de que en estos momentos muchos bailarines no tienen los recursos para costear una clase.

"Trabajo con grupos grandes de bailarines, que provienen de muchas partes, y ahorita están en una situación precaria. Me llaman angustiados para saber qué sucederá en nuestro campo. Entonces, ante esta situación ¿cómo podría cobrar por unas clases?", explica.

Janeth, quien además es madre de una niña de seis años, ha conjugado las responsabilidades del hogar con su entrenamiento físico.

"Hago dos horas de clases de ballet diario, pero las distribuyo: una hora en la mañana y otra en la tarde".

De esta manera, Janeth Briceño, quien llegó a Miami en el año 2000 y desde entonces se ha mantenido en la industria del entretenimiento, desea que vuelva pronto la normalidad para continuar trabajando en lo que más le apasiona y le hace feliz: los escenarios.

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Janeth Briceño junto al actor John Travolta y el cantante Pitbull.

Janeth Briceño junto al actor John Travolta y el cantante Pitbull.

Incertidumbre tras la pandemia

El relato de estos bailarines es apena una pequeña realidad de lo que vive, a raíz de la pandemia, gran parte de las personas en el mundo sin importar la profesión a la que se dediquen. Y desde los diversos sectores, como el artístico, la reinvención puede ser una constante que defina los próximos años.

Según datos publicados por The Associated Press, en Nueva York -cuidad catalogada como un imán para la creatividad- el mundo de la danza pinta un panorama angustioso. De 984 bailarines independientes que respondieron a una encuesta reciente, 63% reportó problemas de flujo de efectivo y 76% necesitaba fondos para pagar su renta o hipoteca. El ingreso total promedio de los encuestados era de 33.205 dólares.

“La manera en que he pensado en esto últimamente es que todos vamos a necesitar a los artistas. Y si los necesitamos, entonces tenemos que apoyarlos”, dijo Kathleen Hughes, comisionada interina de Asuntos Culturales de Nueva York.

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