Javi Cruz y Anahí: talento, magia e ilusión en mar abierto

Desde Miami, en una parada de su ruta por el continente americano, la pareja hizo un alto en sus labores para contar a Diario Las Américas cómo es la vida de un artista a bordo de una embarcación destinada al turismo.

El amor por la magia viene de la infancia

Ana Figueroa Cuenca (Anahí) y Javi Cruz tienen al teatro como base de su formación, que se ha alimentado de la práctica constante y el intercambio con distintos maestros. Han actuado en teatros, en estadios de fútbol y en lugares más pequeños, pero cualquier sitio es propicio para la magia siempre que esta pareja se presenta.

Para Anahí, el amor por las artes escénicas llegó entre los juegos y la imaginación de la niñez. “Desde que era niña me ha llamado la atención, desde obras de teatro en el colegio hasta bailar ballet flamenco en una academia, y sin darme cuenta me fui enamorando del escenario”, reveló.

Una vez que conoció a Javi, sumó, “empecé a conocer el mundo de la magia”, o como prefiere decir, “la magia me encontró a mí, y desde entonces somos inseparables”.

Aunque, agregó, “no solo estoy enamorada del escenario, sino de mi vida, soy muy afortunada de poder combinar mi pasión con mi vida personal, profesional y viajar por el mundo, esto es lo que me hace crecer como persona y como artista”.

El hecho de pararse frente al público, con su hermosa presencia escénica, “es un sentimiento indescriptible, un poco adictivo quizás, es donde más cómoda me siento, allí arriba no hay miedos, me puedo expresar libremente y ser quien realmente soy, sin vergüenzas ni barreras”.

Por su parte, desde que era niño, Javi se interesó por la magia: “Fue mi abuelo realmente el que me enseñó los primeros jueguecillos de magia”.

“Llevo en el mundo de la magia profesionalmente hace como 14 años, pero desde que era bien pequeñito ya me atraía el mundo del espectáculo en general. También hacía malabares, hacía magia. Y luego tuve la suerte de conocer a un auténtico mago profesional en mi ciudad, Daniel DaOrtiz. A partir de ahí, él fue el que me dio la mano para entrar al mundo de la magia”.

Como añadió, conoció a Anahí hace 14 años, “y decidimos emprender juntos este sueño que nos ha llevado hasta aquí”.

Cortesía/Javi Cruz y Anahí

Javi Cruz y Anahí en una de sus presentaciones.

Cortesía/Javi Cruz y Anahí

“La vida es mágica”

“La dinámica suele ser seis, siete meses a bordo, y luego paramos, dos o tres meses, y luego volvemos a embarcar. Así llevamos cinco años. Tenemos la misma vida que puede tener un pasajero a bordo”, señaló Javi, que actualmente trabaja para la compañía de cruceros Norwegian, y en una embarcación con capacidad para 5.000 pasajeros.

Actualmente hacen dos shows: Unstoppable, una producción del dúo, y Elements, que, como dijo, “es el espectáculo de magia más grande que hay en los barcos”.

Sobre la rutina de entrenamiento que siguen, Javi subrayó: “para mí el mejor ejercicio es actuar. Luego cuidar un poquito la alimentación, visitar el gimnasio, y luego a nivel mental se requiere concentración, y es algo que la propia práctica te lo va enseñando”.

La pareja suele estar en pie bien temprano. Los días en que tienen presentaciones hacen ensayos técnicos en la mañana, a veces salen, si el crucero está en puerto, aunque prefieren guardar energías durante esa jornada para los dos espectáculos de la noche.

En torno a Unstoppable, “nosotros hemos intentado trabajar para que sea no solamente un show visual, que lo es, pero es una experiencia. Intentamos transmitir un mensaje que te haga reflexionar en cierto modo sobre tu vida y tus posibilidades. Es un espectáculo de magia con un toque diferente, con una puesta en escena más moderna, fresca, que a lo mejor rompe un poco con esa idea clásica del mago. Se disfruta de grandes ilusiones (trucos grandes con cajas, levitaciones y demás), y también tiene su parte participativa y cómica".

Buscan “transmitir ese pequeño mensaje, que es la realidad, que una vez tuvimos un sueño, que era viajar alrededor del mundo con nuestra magia y que a día de hoy es posible. Todo el mundo aprende o se lleva algo. De hecho, este espectáculo me ha enseñado mucho. Todo cambió el día en que descubrí que el objetivo no es la meta, sino el camino”.

“La vida es mágica. Al final, en la sociedad, nos olvidamos de ese niño interior que todos llevamos dentro, que no conoce la palabra ‘imposible’. Nos vamos poniendo esos límites, y es una pena, porque si somos capaces de romper eso, vamos a ver el potencial que llevamos dentro. Hay que hacer caso a nuestro corazón y seguir esos sueños que una vez tuvimos, que los tuvimos por algo”, enfatizó Javi, consciente de que la magia revela lo imposible. Solo hay que afinar la mirada.