Javier Ceriani, el hombre detrás del personaje

“Fue duro. Al principio me decían: ‘no vas a triunfar en esta ciudad porque eres argentino, tienes el pelo largo, hablas como hablas, no eres políticamente correcto, no te vistes como hay que vestirse para la televisión’. Y la realidad fue que muchos mitos se fueron rompiendo, como también me decían: ‘no vas a salir de Miami, vos sos un producto de Hialeah’. Y la verdad es que yo me internacionalicé. Si tengo ganas, voy y hago cosas en México”, reveló el presentador durante la grabación del segmento Cara a Cara con Osmín Martínez, director de DIARIO LAS AMÉRICAS, que próximamente será emitido en el portal del periódico.

Es precisamente con ese estilo irreverente y controversial que llega de lunes a viernes a los hogares de los televidentes con su programa de espectáculo Ceriani, que la Mega Tv transmite en el horario de las 7 p.m.

El también actor afirma que la imagen que muestran las cámaras no es reflejo fiel de su persona. Por el contrario, sólo quienes lo conocen lejos de los sets saben quién es en la vida real.

“Mi personaje genera muchos mitos. A veces piensan que soy un fiestero, que me la paso de rumba, que soy un loco. Y la verdad es que no soy así. Soy súper tranquilo, no tomo ni alcohol. Tengo la vida ordenada, soy trabajador”, expresó. “Mi personaje distorsiona un poco porque se divierte, se viste como le da la gana, porque tiene libertad en escena”.

A pesar que lo perciben como “polémico” e “indomable”, Ceriani afirma que es todo lo opuesto.

“Soy bastante controlable, porque controlo la información que tengo. A veces piensan que soy un desbocado y no, yo controlo lo que digo, porque si dijera todo lo que sé, sería un caos”.

En realidad, según reveló, esa imagen la ha creado desde pequeño, tal vez inconscientemente. Disfrazarse, andar de pelo suelto y llamar la atención siempre han sido rasgos innatos de su personalidad.

Con el paso del tiempo, sin embargo, a veces necesita liberarse de este personaje que lo acompaña. Y es en la intimidad de su hogar donde suele desprenderse de él, como acostumbran hacer los actores fuera de los escenarios.

“A veces estoy en mi casa y tengo ganas de no estar vestido, de tener el pelo atado, de no estar glamoroso. Y por otro lado, después que hago este personaje con el que critico, hablo y me expongo, necesito descansar y tomar energía”, confesó.

“Me genera también mucho estrés. Hubo momentos en los que tuve que cuidarme de que no me pasara nada, de que no supusieran donde vivo, y otras cosas que me pasan cuando no estoy en la pantalla o en la radio”, agregó.

Con su programa, que lleva un par de meses al aire, pretende cautivar a su audiencia reinventándose cada vez que expone un tema. Aunque dice no ser esclavo de los ratings, su mayor desafío a la hora de realizar Ceriani es saber qué el público desea ver.

“En este momento me están siguiendo mucho los Millennials, pero no sé qué es lo que les interesa, que buscan, que ven en mí que les gusta”, indicó.

Asimismo, afirmó que hoy en día es necesario más investigación, conocimiento y trabajo para lograr programas exitosos.

“Parte de los fracasos en la televisión a nivel nacional son porque los ejecutivos no saben quién es el público, cosas básicas como que no puedes llamarle a un programa La Banda si no tienes música regional, porque para el mexicano de Los Angeles, la banda es música regional. Y si le pones a un programa La Banda, pero aparece un muchachito de 20 años cantando pop, estas confundiendo al público”, comentó.

Según su criterio, es esencial investigar y utilizar el auge del internet y las redes sociales a favor de la televisión, para que este medio regrese a regir las comunicaciones.

“Hago laboratorio con los programas, pero básicamente quiero que la televisión vuelva a ser el futuro, y que regrese a lo que tiene que ser, lo nuevo, lo más moderno, como lo que está siendo la internet”, acotó.

Tal vez sea una visión algo idealista, pero insiste en que vale la pena “intentarlo hasta que se pueda. De hecho, hago prácticamente dos programas, uno para el aire y el otro para internet”.

Otro gran reto ha sido luchar contra la típica imagen del periodista de espectáculo.

“Es difícil porque también he hecho cosas investigativas que estuvieron buenas, y a veces por un chisme se desdibuja el trabajo de uno”, afirmó.

Incluso, busca escarbar más allá de la noticia porque asegura aburrirse con el cotilleo.

“A mí particularmente me aburre la farándula, me cansa hablar del trasero de JLo o del noviazgo de tal”, aseguró.

“Trato de ver más allá del chisme, de ir más allá de la primera capa de la cebolla. Si Ricky Martin está con su novio y lo único que se está hablando en las redes es sobre que es gay, entonces busco qué está pasando con su carrera”, agregó.